REACTION
† WORLDS COLLIDE III †
Episodio X · EN EL AGUA
Aquel chico de
aspecto afeminado parecía estar saludándoles. ¿Significaría eso que no era un
enemigo? En cualquier caso, no sólo repararon en él, sino también en ella. Una
mujer acababa de huir de aquel emplazamiento con una rapidez tal que no les dio
tiempo a visualizarla con detenimiento: sólo pudieron apreciar que llevaba
gafas, que su pelo era de color lavanda
y que sus vestimentas parecían de algún tipo de ejército. Sin más tiempo para
pensar en aquella huidiza desconocida, centraron su mirada en quien los acababa
de saludar. Era alto, tal vez un poco por debajo de los dos metros. Tenía una
tez muy pálida, brazos esbeltos y marcados, hombros estrechos y poco
voluminosos con una notable concentración muscular, piernas largas y finas,
cadera ancha, cuello largo y fino. Su cabello era plateado, vaporoso, liso y
largo hasta casi la altura de los codos. Lo poco que se veía de sus ojos era de
color amarillento y poco saturado, como la pirita. Sus ropas no dejaban lugar
para la indiferencia: un chaleco de color violeta intenso con algunos ribetes
negros y rosas, brazos descubiertos salvo por unos guantes largos de corte
triangular que no cubrían sus dedos, de color rosa con volantes en la zona de
las manos, una enorme y abombada falda de color rosa semitransparente cuya anchura
duplicaba la de su cuerpo, larga hasta sus rodillas, probablemente con un
miriñaque para mantener esa forma y, debajo, medias negras y unas botas altas
de cuero sintético de color negro con cordones rosas. A la altura de la cadera, en la zona trasera,
llevaba un lazo rosa del que colgaban dos tiras algo más largas que su falda.
Su cara estaba cubierta por un antifaz bastante grande con forma de mariposa de
color rosa. Nadie se sorprendió, pues todos allí eran muy llamativos a su
manera y no les importó que él también lo fuera.
Veo que nos
conoces…-Yamiyuki se aventuró a hablar-…pero, lamentablemente, nosotros a ti
no. ¿Podemos preguntar quién eres?
Por
supuesto.-respondió aquel enigmático hombre enmascarado.
Se quitó el
antifaz. La melena empezó a bajar por su cara como si fuera una cascada. Su
rostro era realmente hermoso, y dejaba ver que era muy joven, tal vez de la
edad de Yamiyuki o incluso menor.
Mi nombre es
Yuuji Chou.-se presentó el chico-Seguro que, aunque nunca nos hayamos visto en
persona, mi nombre sí os es familiar, ¿verdad?
Yuuji Chou…-susurró
Yamiyuki pensativo.
Chou…-murmuró
Nikola.
El nombre de la
mariposa estaba cada vez más presente. ¿Sería una coincidencia?
¡Claro!-afirmó
Yamiyuki segundos después-Tú eres Pink Butterfly, ¿no es así? Todas las pruebas
visuales apuntan a ello, además.
El chico sonrió y
asintió con la cabeza.
Pink
Butterfly…-Freya se unió a la conversación-…el héroe enmascarado del siglo XXI.
Tú y tu labor habéis aparecido últimamente con relativa frecuencia en la prensa
de nuestro país.
¡Yo también he
visto algo!-añadió Yurika sorprendida-Solía comentar las noticias de actualidad
con algunos compañeros de clase y, en el tema de activismo ciudadano, siempre
salía su nombre.
Así que éste es
el cosplayer famoso que aparecía en aquel ridículo periódico del
instituto…-dijo Ibara.
Los que no somos
japoneses no tenemos ni puta idea de qué es toda esta historia…-dejó caer
Aquanika.
Bueno…yo soy
japonés y tampoco entiendo esta situación.-añadió Dalton.
Es normal, jefe
Dalton, nos separan cinco milenios.-se excusó el tal Yuuji.
¿También me
conoces a mí?-Dalton se sorprendió.
Antes de que las
comunicaciones se saturasen, justo en el inicio del pliegue temporal, tu nombre
era lo que más se escuchaba en la prensa.-explicó Yuuji-Tu golpe de Estado goza
de gran apreciación ciudadana. Actualmente, se han generado pequeñas
coaliciones altruistas para la gestión de los habitantes del país: con la caída
de los tiranos, intentan sobrevivir de manera pacífica y colaborativa hasta que
la política se restablezca…favorablemente.
Dalton miró a
Marah un momento, quien le hizo un saludo militar mientras le guiñaba un ojo.
Excelente
trabajo.-la felicitó-La gente sólo tiene que esperar a que terminemos lo que
estamos haciendo. Yo mismo reconduciré el país…lo prometo.
En cualquier
caso…-intervino Yuuji de nuevo-…he venido aquí para acompañaros. Necesito
ajustar cuentas con un enemigo vuestro. Podremos ayudarnos mutuamente. ¿Qué me
decís?
Sabemos que eres
un aliado.-dijo Freya-Nunca imaginé que trabajaríamos juntos, pero, de entrada,
no veo ningún inconveniente. La única dificultad que puede planteársete es que
tengas o no tengas medios para cuidarte: bienes materiales, capital, recursos
necesarios…lo cual doy por conseguido, pues has debido de necesitarlo para
llegar hasta nosotros por tu cuenta. De lo contrario, siempre puedes trabajar
para nosotros y pagar así lo que necesites que te brindemos.
Eso no será un
problema, Freya.-respondió Yuuji-Agradezco que quieras aceptarme como un
compañero de viaje, así como la oportunidad de trabajar, pero no tengo ninguna
estrechez económica: gozo de estudios y trabajo estable, y vengo preparado, así
que, de entrada, no habrá problema.
Como desees,
entonces.-asintió Freya.
¿Así de fácil?-se
quejó Aquanika.
Él nunca se ha dedicado
al crimen.-dijo Freya anticipándose a lo que Aquanika iba a plantearle-Tú sí.
Tengo que atarte de alguna manera, quieras o no entenderlo.
Podría ser un
farsante camuflado en lugar de vuestro “héroe”…-adujo Aquanika.
Lo habría
detectado.-respondió Freya-Te lo voy a explicar de una manera tal que no
quedará ninguna duda: personalmente, no tengo absolutamente nada en contra de
Marah, pero es más que obvio que hemos aceptado trabajar con ella tan rápida y
fácilmente porque tenemos un gran aval de confianza, y es que Dalton la conoce
en profundidad. Al contrario, Marah podría haber desconfiado de nosotros con
todo el derecho del mundo si Dalton no le hubiera hablado de nuestro trabajo y
nuestra organización. De la misma manera, esta vez el aval de confianza soy yo
misma: conozco la labor de Pink Butterfly…de Yuuji…y creo que es un buen
fichaje para lo que nos aguarda. Ha salido en la prensa, tanto escrita como
audiovisual, y siempre impidiendo robos, salvando a víctimas de secuestros,
protegiendo a inocentes, asegurando pequeños comercios contra el latrocinio
callejero…es un altruista y, además, una persona que forzosamente tiene que ser
poderosa: no todo el mundo puede enfrentarse a criminales peligrosos día tras
día.
Haz lo que te dé
la gana.-le espetó Aquanika.
Para eso he
nacido, gracias.-respondió Freya-¿Alguien más tiene algún ruego o sugerencia?
Esto…Freya, me
gustaría comentar algo, aunque no quiero que se malinterprete.-terció Marah.
¿Sí?-atendió
Freya.
No tengo
inconveniente alguno en que este hombre venga con nosotros…-dijo Marah-…y menos
teniendo en cuenta que fuisteis capaces de acogerme a mí con la misma
facilidad. Por un lado pienso que es muy positivo que seamos muchos por lo que
pueda pasar, pero me asalta una ambivalencia, y es el hecho de que…ya sabes,
¿no crees que siendo cada vez más seremos más fáciles de detectar y nos costará
más coordinarnos? Por supuesto que no estoy diciendo que nadie tenga que irse,
pero me gustaría saber cómo piensas acometer esta circunstancia.
No te falta
razón, Marah.-respondió Freya con una media sonrisa-Ser tantos como somos es,
en efecto, un escollo a muchos efectos, pero creo que pronto tendremos que
separarnos. Me parece que nuestros enemigos están empezando a posicionarse
estratégicamente y que, por encima de sus intenciones para ello, nos están
facilitando un “divide y vencerás” que pronto aplicaremos. Cada una de las
personas…o cosas…que nos amenaza, tiene especial enemistad con uno de nosotros,
así que…no sé vosotros, pero veo justo y correcto que cada uno vayamos a por
quien proceda. Cuando vayamos cada uno por nuestra cuenta o, tal vez, en
pequeñas agrupaciones como parejas o tríos, no tendremos esos problemas que
enuncias. Tendremos que lidiar con ambas vertientes.
Entiendo…-respondió
Marah-…y creo que imagino a lo que te estás refiriendo. ¿Algo que ver con el
agua?
¿Agua?-preguntó
Yuuji.
¿Has visto salir
a una mujer y a un adolescente saliendo de ese boquete antes que
nosotros?-preguntó Yamiyuki.
Sí.-respondió
Yuuji-A la mujer la conozco por la prensa de esta época: es Arianelle
Blanchoret. Desconozco quién es el joven.
Es de nuestros
días.-respondió Yamiyuki-Yuu Hiwatari…
…alguien a quien
debí matar hace mucho tiempo.-continuó Freya.
De cualquier
manera…-Yamiyuki continuó su explicación-…vinimos a este hospital en busca de
un equipo médico de alta tecnología para salvar a una persona que
está…enferma…y, cuando llegamos y vimos el hospital vacío, lo máximo que
pudimos llegar a hacer fue preguntarle a esa Arianelle que dónde estaban las
máquinas…y respondió que estaban en el agua.
¡¿En el agua?!-se
sorprendió Yuuji-¡Hay un barco gigantesco no muy lejos de aquí, y no tiene
buena pinta para nada! ¡Creo que está capitaneado por gente de nuestros días!
¡Por criminales de nuestros días! He visto cómo introducían en él paquetes
gigantescos, personas atadas con cadenas…
¿Podrías
llevarnos a ese barco?-preguntó Freya-Tal vez el contenido tecnológico del
hospital Furuhana haya sido llevado hasta allí…al fin y al cabo, Arianelle
tiene aliados de nuestra época, como Hiwatari o Kamiyama.
No perdemos nada
en intentarlo.-Metallurgy parecía conforme-¿Vamos?
Vamos
pues.-Nikola tampoco parecía sentir desagrado por la idea.
Está bien.-dijo
Yuuji-Es todo un honor trabajar con doctores de la talla de Freya, Metallurgy
Watanabe o incluso colaboradores extranjeros, como Aquanika Vinokourov. Yo
también soy de ciencias, que no os extrañe que os conozca…aunque también estoy
al tanto de las nuevas promesas académicas, tanto de los institutos…Ibara
Kasumidai e Itami Kirishima…como de las universidades…Yurika Kurosu. Veo que
este equipo está formado por personas muy inteligentes…espero estar a la
altura.
Algo me dice que
lo estarás.-le dijo Metallurgy con una sonrisa.
Aunque seamos
profesionales reconocidos…-dijo Dalton-…también nos sentimos honrados al
sabernos en la estima de otra persona.
Llevo poco tiempo
en esta época…-dijo Yuuji-…pero sois tan famosos que es imposible que no os
conozca, no sólo a ti, Dalton, sino también a Marah Obulgi, la imagen
representante de casi todas las conferencias de investigación médica, y al gran
Shogun Nikola Chou Tesla, el actual héroe de los ciudadanos.
¿En serio tengo
esa imagen ahora?-preguntó Nikola.
Mucho más que
eso.-Yuuji le sonrió-Tendrás un gran futuro después de lo que has logrado. ¿Nos
movemos?
Todos asintieron.
No se habían desplazado de allí ni medio kilómetro cuando un pelotón de hombres
armados y ataviados con trajes de seguridad de cuerpo entero, casco incluido,
dio un alto al grupo, rodeándolos y apuntándoles con sus armas.
Qué oportunos…-maldijo
Itami.
He visto a mucha
gente vestida así en ese barco…-les informó Yuuji-…parece que nos han oído
pensar en voz alta…
¿Queréis subir al
barco?-preguntó uno de los hombres-¡Ya lo creo que subiréis! ¡Pero en calidad
de esclavos!
Permíteme dudarlo.-dijo
Yuuji.
Dispararemos si
es necesario…-amenazó otro hombre.
¿He de
asustarme?-insistió el chico de ojos amarillentos.
Un tercer hombre
disparó contra Yuuji: de su arma salió un rayo de energía de aspecto
amenazador. Con gran rapidez, Marah dejó salir un rayo de sus gafas, con tal
suerte que ambos rayos chocaron, apagándose el disparado por el hombre, mucho
más pequeño que el generado por las gafas de la chica. Tras el choque, el rayo
de Marah arrolló al hombre que había disparado.
¡Démosle una lección
a esa insolente!-gritó el primer hombre que había hablado.
¡De eso
nada!-exclamó Yuuji.
Marah se vio
acosada por tres hombres. Sus pesados guantes se convirtieron en taladros
cónicos con los que paró los golpes cuerpo a cuerpo de dos de ellos, teniendo
que lanzar una patada para alejar al tercero. Cuando las armas con las que los
hombres atacaron se rompieron por los taladros, Marah deshizo la transformación
de sus guantes y agarró a uno con una llave que le permitió lanzarlo contra el
otro.
Por muy bien que
me salga…-dijo Marah-…nunca me gustará demasiado luchar…
¿Dónde está
vuestra caballerosidad?-preguntó Yuuji-¿Qué forma de invitar a una señorita es
ésa?
El hermoso y
afeminado joven lanzó una bellísima patada contra uno de los hombres,
haciéndole perder el conocimiento tras crujirle el cuello. Sin perder un
segundo, saltó con presteza hacia otro hombre, separó sus piernas 180 grados en
el aire y lo golpeó de frente. Sin duda, parecía un bailarín, un auténtico
artista en el campo de batalla. Solidarizándose con él, Marah se unió a la
escaramuza, abriéndose paso con patadas muy pesadas.
No sientas que me
debes nada.-le instó Yuuji mientras apartaba a un hombre golpeándolo con la
palma de la mano izquierda-Si no te gusta pelear, puedes mantenerte al margen.
Somos compañeros, ¿no es así? Sé que no nos conocemos de nada, pero quiero
demostrarte que puedes confiar en mí…tú y todos.
De…-tartamudeó
Marah-… ¡detrás de ti!
Yuuji se giró y
vio a un hombre saltando sobre él con una porra de aspecto contundente en las
manos. Sacó su arma y paró el impacto. Llevaba una especie de cetro enmangado
de color rosa bastante largo, de forma cilíndrica, aparentemente muy duro y
resistente y con una punta cónica bastante roma de un tono rosa más claro. La
empuñadura era del mismo color que la punta, y de ella colgaban hermosos lazos
de color rosa pastel semitransparente.
¡Haaaaah!-exclamó
Yuuji.
Lanzó por los
aires al hombre con un empellón de su arma. Acto seguido, se encaró a los
restantes.
¡Triple
Castigo!-exclamó.
Lanzó un golpe
con su cetro. Como si se multiplicara, los hombres recibieron tres golpes de
rango bastante amplio.
¡Doble
Pena!-siguió.
Hizo un
movimiento parecido pero en sentido contrario, convirtiéndose esta vez en dos
golpes con la misma celeridad.
¡Juicio Único!-terminó,
lanzándose a por ellos.
Una estocada pasó
por todos ellos, como si Yuuji blandiese un florete. Quedó detrás de ellos,
colocado en una elegante y extravagante pose.
Y así se abren
las…-susurró Yuuji-… ¡Seis Garras de la Mariposa!
En el área en la
que estaban los hombres, se dibujaron seis chorros de energía cortante de color
rosa que arrastraron a todos los enemigos y los lanzaron por los aires.
Y no volváis, por
favor.-dijo Yuuji mientras cruzaba las piernas y chasqueaba los dedos.
Un enorme tornado
se formó frente a él y arreció contra los enemigos, que, en lugar de caer al
suelo tras el impacto anterior, salieron volando con el tornado.
¿Controla el
viento?-preguntó Yurika sorprendida.
¡Es el poder del
viento, sí!-corroboró Yamiyuki-Algunos de mis antiguos camaradas lo poseen, y
también algunas personas de mi familia lejana. Es realmente devastador.
Malditos…-oyeron
una voz-…seáis.
Un rezagado se
arrastraba hacia ellos gateando debido al dolor de los golpes.
¡No!-exclamó
Marah.
Le dio una patada
en el costado con una de sus botas gigantescas, haciéndole perder el
conocimiento.
Buen trabajo,
Marah…-la elogió Yuuji-…compañera. Hemos acabado con todos entre los dos.
Igualmente…-dijo
Marah algo cohibida-…buen trabajo, Yuuji.
Tras aquella
pequeña escaramuza, el cada vez más numeroso grupo se puso en marcha hacia el
barco: se habían encargado de que esos hombres extraños no los capturaran ni
pudieran delatarlos en el viaje de regreso, pues les habían quitado la
posibilidad de tal viaje. Ahora se encargarían de contar ellos con el factor
sorpresa y asaltar ese barco.
Mientras
avanzaban corriendo hacia la localización del vehículo marino, Yuuji les
comentaba que no debía de quedarle mucho tiempo para zarpar. ¿Llegarían a
tiempo? Y, de ser así, ¿encontrarían algo de utilidad?
Jajajaja yo le encuentro similitudes a todo (veo/leo demasiado anime/manga) y tu héroe me ha recordado a cuando las Sailor descubren a la Guerrero V. Me encanta este personaje, parece divertido. También me hizo gracia la "pataleta" de Aquanika, no es lo mismo ni por asomo pero parece que ha olvidado que era enemiga de Freya xDDD veremos como termina todo.
ResponderEliminarAquanika y Freya buscan tocarse las narices mutuamente, es un círculo vicioso. No había pensado en Sailor V cuando ideé a Yuuji hará unos 9 años (ese personaje es así de antiguo, sí), pero la verdad es que hay un cierto parecido, sí. ¡Mañana nos vemos en el episodio 11, a partir del cual habrá una gran subida de adrenalina!
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