REACTION
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WORLDS
COLLIDE III †
Episodio V · CONTRAVINIENDO
¡Genial!-comentó Metallurgy
con una sonrisa-Creo que es la primera buena noticia que recibo en mucho
tiempo. ¡No sabía que tuvieras una relación! ¡Enhorabuena a los dos!
Dalton y Marah
sonrieron.
Mi nombre es
Chiaki Mitoge, aunque todos me llaman Obulgi o Marah.-saludó la joven-La
explicación básica de quién soy y de cuál es mi cometido es lo que Dalton os
acaba de decir: somos pareja sentimental y, además, trabajamos juntos.
Oficialmente, no soy ni jamás he sido miembro del ejército…oficiosamente, soy
un alto cargo.
Mientras hablaba,
los que la acababan de conocer apreciaron en ella un tono de voz dulce, amable
y melodioso, así como una gesticulación manual y unas expresiones faciales llenas
de cariño, lo cual, combinado con algunos rasgos aniñados de su rostro, hacían
que les recordara a Metallurgy. No podían fiarse de las apariencias ni del
comportamiento de su primer encuentro, pero no dejaba de aparentar ser buena
persona, si bien no sabían si lo era o no. Parecía muy maternal y candorosa,
pero seguían sin conocerla. No obstante, el propio Dalton acababa de confirmar
que esa chica y él estaban saliendo juntos, y él sí que no tenía motivos para
mentirles ni traicionarlos, pues eran compañeros.
Eso parece
interesante.-dijo Freya con una sonrisa pícara-¿Sois tan amables de
contárnoslo? Al fin y al cabo, somos cómplices del golpe de Estado…
¡Vaya!-exclamó
Marah muy entusiasmada-¡Así que éstos son los guerreros que te ayudaron a abrir
las alcantarillas y a derrocar a los políticos corruptos!
No del
todo.-respondió Dalton-Las alcantarillas las abrió Nikola sin mi ayuda…
…aunque Freya
hizo buena parte del resto.-dijo Nikola rascándose la nuca.
No seáis
modestos.-dijo Freya-Yo nunca lo he sido: si habéis hecho algo de lo que os
podáis enorgullecer, hacedlo. Por mucho que la sociedad se empeñe en lo
contrario, eso no significa hostigar ni pisar a los demás. Ambos habéis luchado
muy bien, cada uno en su lado y ahora juntos de nuevo.
Increíble…-suspiró
Marah-…tenía muchas ganas de conocer a estas personas, sobre todo desde el
golpe de Estado en el que no pude participar por lo súbito del plan y por no
estar cerca de la ciudad a causa de una misión. ¡Son todos muy altos!
Se fijó en aquel
heterogéneo grupo. Todos eran más altos que ella y, en orden creciente, veía a
Dalton, Nikola y Yurika, de aproximadamente la misma estatura, superados por
Itami, quien a su vez parecía pequeño al lado de Ibara, superada por poco por
Aquanika, Metallurgy y Yamiyuki, cuyas alturas eran prácticamente iguales…y,
finalmente, Freya, quien era sorprendentemente más alta que todos los demás.
Tú tienes que ser
la líder, ¿verdad?-le preguntó a Freya mientras se le acercaba.
No me gusta mucho
jerarquizar nuestra misión, pero supongo que ése es mi rol.-respondió ella-Mi
nombre es Freya.
¿Dices que no te
gusta jerarquizar y luego nos atas a todos con chantaje cruel y despiadado?-preguntó
Aquanika.
Querida, creo
recordar que quedamos en que ya se habían acabado estos episodios de rebeldía,
¿no es así?-le respondió Freya, tras lo cual volvió a mirar a Marah-Ella es la
doctora Aquanika Vinokourov, una miembro muy importante de nuestra…división de
inteligencia. No es mala persona…no al menos si la comparas con el resto de
nosotros.
Yo soy Yamiyuki
Kuroi.-se presentó el joven de ojos rojos-Doctor asociado, supongo.
¡Metallurgy
Watanabe!-la chica de cabello blanco saludó con sus brazos-Cabeza de la
división de logística, imagino.
Me llamo Ibara
Kasumidai.-se presentó con cierta reticencia la pelirroja-Y ésta es mi mascota,
Itami Kirishima. Somos del servicio de mercen… ¿seguridad?
Yurika Kurosu.-se
presentó la guapa adolescente-Alumna aventajada gozando de una fabulosa beca de
prácticas.
¡No olvidaré
vuestros nombres!-dijo Marah con una sonrisa-¿Sois una empresa? ¡Qué
profesionales!
No, no lo
somos.-dijo Freya encogiéndose de hombros-¿Lo parecemos?
Pues…-Marah se
paró a pensar-…lo cierto es que sí.
La verdad es que
me halaga que alguien tenga esa opinión.-respondió Freya-Eso significa que nos
coordinamos y trabajamos bien.
Los demás se
pararon un momento a pensar en lo que acababa de decir, dándose cuenta de la
creación y la evolución de las relaciones entre los diferentes miembros de ese
numeroso, heterogéneo y poco integrado grupo.
Bueno, os debemos
una explicación, ¿no?-preguntó Marah-Veréis, yo también soy…bueno, ya sabéis,
superdotada. Como Dalton y Nikola, mis estudios crecieron a una velocidad
desmedida en comparación con mi edad desde que apenas era una niña, por lo que
aproveché para formarme en…-tragó saliva-…diversas disciplinas. Actualmente soy
una experta en salud, y se me tiene como a la líder nacional en técnicas de
prevención y curación de enfermedades: estoy capacitada para pasar consultas
médicas de todas las ramas, realizar servicios de enfermería y de todo tipo de
terapias actuales y antiguas, tanto físicas, como farmacológicas como basadas
en el Ether. Además, soy una de las pocas personas que quedan vivas en Japón
que domina las artes marciales, por lo que el ejército vio en mí un buen
fichaje. Como Dalton y yo somos pareja, decidimos trabajar juntos para afianzar
nuestra relación y tener unas ganancias que compartir para nuestra futura vida
familiar. Así, mientras él escalaba en el terreno político y en el militar, yo decidí
hacerme médico del ejército, tanto de consulta como de campo, para que nuestros
trabajos fueran frecuentemente en común. Cuando la corrupción venció a la
justicia, la única persona que no había sucumbido en todo el Gobierno decidió
actuar…
…y así fue…-continuó
Dalton-…como empecé a reunir y entrenar a un grupo selecto de soldados que se
convirtieron en mi guardia personal secreta. Realmente nunca he necesitado que
me protejan, pero sí conviene tener apoyo humano en una situación que amenaza
guerra, por lo que decidí aprovechar esta nueva fuerza para contrarrestar la guerra
civil que podría haberse levantado. Afortunadamente, nunca hubo tal guerra, y
las circunstancias se mantuvieron desfavorables hasta que, con la apertura de
las alcantarillas, decidí dar el golpe de Estado que tenía pensado como
alternativa a ir a la guerra, ambas opciones con el fin último de erradicar la
corrupción en el sentido más…bélico…de la palabra. Lo demás ya lo sabéis, salvo
el detalle de que la fecha del golpe de Estado fue una en la que mi guardia
personal secreta se encontraba fuera por motivos de causa mayor. Me gusta ser
precavido, así que puse dos tapaderas: a la de mi ejército para la guerra le
puse la de “guardia personal secreta”…y a la de mi guardia personal secreta le
puse la de la inexistencia. Marah y nuestros amigos han estado demasiado bien
vistos como para que desconfiasen de ellos.
Bueno, ahora ya
sabemos que esa cofia no es un simple complemento.-comentó Yamiyuki con una
sonrisa-Me ha parecido una lucha espléndida la vuestra a lo largo de este
tiempo de tiranía y corrupción que habéis sufrido. Y, Marah, muchas gracias por
las dos veces que nos has ayudado.
¿Dos?-Marah se
extrañó.
Todos os vimos
cuando obrasteis la contención antes de que embarcáramos en la nave de nuestros
supuestos compañeros diplomáticos.-respondió Dalton.
Justo en ese
momento nuestros visores estaban sufriendo interferencias por culpa de una mano
enemiga.-explicó Marah-Distinguíamos actividad y seres vivos en el suelo, pero
no pudimos ver de qué o de quiénes se trataba…pero has resultado ser tú. Hemos
tenido mucha suerte.
Muchísima.-corroboró
Dalton-Lamento que nuestro reencuentro no sea tan ceremonioso ni tan íntimo
como me hubiera gustado después de tanto tiempo lejos de la persona a la que
amo, pero las circunstancias son imperantes…
Tranquilo…-respondió
Marah-…estamos trabajando, al fin y al cabo. Hay cosas más importantes que
nuestros caprichos personales ahora mismo. En cualquier caso, tras esta
reagrupación, deberíamos pensar cómo acometer el problema que supone la
generala Nokanys Lithzaladrell: nos está amenazando directa e indirectamente,
pues está contra los humanos, lo cual es una amenaza directa, y contra su
planeta, lo cual hace peligrar la diplomacia que tanto nos ha costado construir
y nos pone en riesgo de manera indirecta.
No termino de
comprender por qué hay tal diplomacia si ellos nos odian…-dijo Yurika.
Son arrogantes,
pero también buenos pensadores.-le respondió Marah-Hemos podido llegar a un
acuerdo, un tratado de paz, una serie de acuerdos de mutuo respeto y no
intervención: a nadie de aquí se le ocurriría levantarse contra ellos, pero sí
al contrario, por lo que decidimos incentivarlos para que ni siquiera lo
pensaran. A cambio de dejarnos en paz, ellos pueden comprar maquinaria,
tecnología y bienes, así como contratar a personal cualificado a precios muy
bajos, lo cual puede impulsar su economía mientras nosotros estamos a salvo.
Además, los que van a trabajar a su planeta reciben buenos sueldos y no están
confinados en él, pues hemos establecido una línea de transporte bidireccional
y sistematizada.
No obstante, la
generala Lithzaladrell está fuera de esa línea, formando un triángulo con ella…-dijo
Dalton-…un triángulo muy peligroso.
Cierto.-asintió
Marah-Creo que vamos a salir a buscarla. Al fin y al cabo, vosotros habéis
aguantado juntos mucho tiempo y tenéis más que suficiente para defenderos…
No, Marah…-dijo
Dalton cogiendo una de sus manos enguantadas-…sabes que no quieres eso.
Quiero quedarme
contigo…-respondió la joven-…no obstante, eso sería muy egoísta por mi parte.
Te recuerdo que
comando este ejército subrepticio.-dijo Dalton-Creo que voy a modificar tu
contrato. Y no es una orden falsa para que no nos separemos…de verdad necesito
tu cooperación. Tus conocimientos médicos son necesarios, y es urgente.
¿Alguno de
vosotros está herido?-preguntó Marah sorprendida.
No, no se trata
de eso.-respondió Dalton-Sólo alguien con tus habilidades sanitarias y
biomédicas podría participar en la investigación científica que acabamos de
abrir por el bien de nuestra misión.
¿De qué se
trata?-Marah se ajustó las gafas.
Se trata de
Ayako.-respondió Dalton-Por fin la hemos encontrado.
¿Se encuentra
herida?-preguntó Marah alzando la voz-¿Enferma? En cualquier caso… ¿dónde está?
Me alegro tanto de que haya vuelto…
Era el sistema de
seguridad de la nave…el que mencionó la generala.-respondió Dalton-Una criatura
totalmente robotizada con una personalidad demasiado humana…humana, que no
benevolente. Está en estado crítico…hubo un punto en el que casi pensamos que
iba a igualar fuerzas con Nokanys, pero ella casi la destruye por completo.
Nikola ha desarrollado un sistema de control de maquinaria inteligente por
fluidos y, gracias a dicho invento, la hemos reprogramado dos veces, una
temporal y superficial, y otra…aparentemente profunda. Necesitamos que nos
ayudes a devolverla a su estado original.
¿No la han
convertido en un robot?-preguntó Marah-Ese trabajo es más propio de ingenieros,
como tú. Daría cualquier cosa por ayudar a Ayako, y, de hecho, lo voy a
intentar, pero…
No es un robot
cualquiera.-dijo Dalton-Es un bio-androide, una especie de híbrido…en cualquier
caso, te escribiré un dossier completo que tendrás en tu base de datos cuanto
antes.
Está bien.-asintió
Marah-Acepto la misión. ¿Qué he de hacer?
Venir con
nosotros.-respondió Dalton-Hay un lugar que no hemos visitado todavía: el
hospital Furuhana. Es el más grande de todo Japón, está en esta ciudad y…tiene
un gigantesco laboratorio biológico entre sus instalaciones. Podemos ir a
comprobar la situación, pedir ayuda, buscar suministros, establecer una base de
trabajo y…también investigar para tu anterior misión de arresto: Arianelle
Blanchoret trabaja o, al menos, ha trabajado allí.
Será lo que
haremos, pues.-Marah se irguió e hizo un saludo militar que Dalton le
devolvió-¿Qué hará el resto entonces?
Chicos…-Dalton
alzó la cabeza y miró a los gigantescos robots-…perdonad por esto. Hace tanto
que no nos vemos y os tenemos aquí, observando y escuchando sin más. Creo que
es hora de ponerse manos a la obra. Me encantaría que bajaseis de esas máquinas
para daros un abrazo, pero el tiempo apremia. Que dé un paso al frente quien
esté dispuesto a participar en una misión de busca y captura contra la generala
Nokanys Lithzaladrell.
Absolutamente
todos los robots armados gigantes dieron un paso al frente. Dalton hizo un
saludo militar. A su lado, Marah lo imitó. Los robots se lo devolvieron.
¡Bravo,
soldados!-exclamó Dalton-¡Bravo, amigos! ¡Celebraremos esto cuando hayamos
solucionado el problema de esa persona de intenciones dudosas! Sólo os pido dos
cosas…que la traigáis viva…y que todo os salga perfecto, sin bajas ni lesiones.
¡Alzad el vuelo y romped filas en el aire!
Los acompañantes
de Marah en el asalto de la nave se retiraron, perdiéndose velozmente en el
horizonte.
Bienvenida a tu
nueva misión, Marah.-dijo Dalton tendiéndole una mano-Confío en ti lo
suficiente como para poder simultanearla con la anterior.
Alcanzaré todas
las metas que nuestro ilustre jefe plantee.-Marah sonrió y agarró la mano del
chico.
Nikola no pudo
evitar alegrarse y aplaudir. Lo siguió Metallurgy, justo antes de Yurika.
Mirándose con complicidad, Yamiyuki y Freya también aplaudieron. Ibara, Itami y
Aquanika no vieron motivos para hacerlo.
Y, tras este
momento tan romántico…-dijo Freya-…hablemos del “con lo bien que me había
quedado” de ese tipo desconocido.
Ese hombre…-Metallurgy
se agarró un brazo y miró hacia el suelo.
¿Qué pasa con ese
hombre, Metallurgy?-preguntó Freya.
¡Él puede ser el
artífice de lo que ha pasado con Ayako!-apremió Nikola-¿Puedes decirnos algo de
él?
Ese hombre…-susurró
Metallurgy-…es la única persona de este mundo que se ha ganado…mi…mi…mi odio.
Bueno aqui por lo menos tienen algo de descanso para contar algo mas de historia. Me gusta el final con lo de "No vieron , motivos para aplaudir"
ResponderEliminarEs,sobretodo, muy tipico de Ibara jajaja.
La generala es Dios no podrán con ella fácilmente.
¡Claro que no! Lo fácil aburre, y yo quiero que esta historia sea divertida.
EliminarTodos conocemos el asco de Ibara y Aquanika por lo romántico... en fin, ya estás puesta al día, ¡esta noche más y espero que mejor!