REACTION
† WORLDS COLLIDE III †
Episodio
IX · OTRA MARIPOSA
Corría. El tiempo
apremiaba. Había planeado aquel seguimiento desde hacía un tiempo, pero no pudo comenzarlo antes. Los recientes
desastres que habían sacudido el mundo le habían dejado poco tiempo para seguir
sus planes. Las calles estaban bastante desordenadas y, en general, destrozadas
por batallas recientes. Pocos transeúntes se veían: la mayoría huían
despavoridos de un lado hacia otro. El único movimiento que se podía apreciar
era el de algunas máquinas automáticas voladoras, probablemente armas. No le
daban miedo, pero prefería no ser detectado por ellas para no perder más
tiempo. Si no llegaba al lugar clave con presteza, todo el esfuerzo hecho por
su parte podría haber resultado inútil. El día se dejaba vencer poco a poco por
el ocaso. No sabía si realmente iba a conseguir su cometido, pero su única
manera de averiguarlo era yendo e intentándolo, pues carecía de medios para
poder comunicarse con su lugar de destino. Encontró una zanja bastante grande que escindía su
camino. No dudó en saltar por encima de ella: exhibiendo una ligereza, una
gracilidad y un manejo impresionantes, cayó de pie en el otro lado de la misma
tras varias piruetas después de las cuales continuó corriendo. Su costumbre para
con ese tipo de actividades físicas era tal que no se cansaba en aquel trayecto
tan frenético.
Como si hubieran
leído su mente, algunas máquinas voladoras, tan comunes como los pájaros o
algunos insectos varios milenios atrás, comenzaron a dispararle. No se detuvo
en hacerles frente: se limitó a esquivar los disparos con ágiles movimientos
evasivos, zigzagueando, saltando y corriendo sin parar. No podía permitirse de
ninguna manera llegar tarde, fallar en aquel propósito.
Una vez hubo
dejado atrás a sus artificiales persecutoras, continuó con su camino. No era de
allí, pero parecía manejarse y orientarse lo suficiente como para no tener
problemas con ello.
. .
.
Los sitios altos
siempre habían sido sus preferidos. Eran estratégicamente superiores: podía
verlo todo mucho mejor y estaba más a salvo de cualquier amenaza de corto
alcance, menos que de las de largo alcance, pero lo suficiente como para poder
responder lo más inteligente y ferozmente posible. Mientras avanzaba a paso
firme y raudo por la enorme cornisa de un edificio lleno de estructuras
metálicas externas que le permitían trepar como una araña, vio a un objetivo
desplazándose más rápido que ella tierra abajo, a la altura del suelo. No era
demasiado voluminoso, pero sí parecía alto, aunque lo que mejor le permitía
vislumbrarlo eran sus extrañas y voluminosas vestimentas. El poder diferenciar
que llevaba ropa le hacía pensar que se trataba de un humano, pero no
descartaba la posibilidad de que fuese un androide. En cualquier caso, tenía la
seguridad de que el objetivo era antropomorfo. No tenía nada mejor que hacer,
así que continuó siguiéndolo. Llevaba muchos años viviendo de manera autócrata
y autosuficiente, por lo que no debía rendir cuentas ante nadie, razón que le
evitaba pensar en algo diferente de la continua satisfacción de su pura
concupiscencia, de su voluntad en cada momento. Detestaba sufrir el ataque del
aburrimiento, por lo que se propuso seguir a ese objetivo, que nunca antes
había visto, de cerca. Los separaba mucha distancia, así como una gran
diferencia de altura, por lo que seguía sin ver bien los rasgos detallados de aquel
punto que se desplazaba tan rápido. Ahora que había encontrado un
entretenimiento, no iba a dejar pasar la oportunidad, por lo que no dudó en
poner de manifiesto que su velocidad no tenía nada que envidiar a la de aquel
objetivo de aspecto humano. Poco le importaba que fuese hombre o mujer, humano
o androide: lo que quería era matar el tiempo. No obvió en ningún momento la
dirección que su recién adquirido objetivo llevaba: si se dirigía al lugar que
tenía en mente, podría encontrar algo muy jugoso, pues habían sucedido algunas
ejecuciones de estrategias bastante ácidas por parte de los distintos bandos
que pujaban en aquel territorio.
. . .
Observaba desde
lejos. Sólo dos personas en aquella yerma tierra fuertemente tecnificada.
Estaban lejos de su vista, pero podía sentir humanidad en ambos. Una diferencia
de altura considerable entre las dos posiciones. Un intento de persecución.
Je…-se sonrió
mientras observaba.
Meros puntos
moviéndose en este lugar tan amplio…-comentó quien le acompañaba.
Siento algo
especial en ambos puntos, ¿sabes?-respondió-Especial y radicalmente diferente
en ambos. Por un lado, a la altura del suelo tenemos a alguien que me recuerda
a años anteriores. Por el otro lado, tenemos…un recurso aprovechable.-señaló a
quien se movía por lo alto del edificio.
¿Crees que podrá
servirnos de algo?-le preguntó la figura acompañante.
Con casi total
seguridad.-reiteró.
. . .
Seguía marchando
a toda prisa. Volvía a sentirse bajo observación, pero esta vez no por las
máquinas, sino por un persecutor que desconocía. Lo sentía a su espalda, algo
alejado en la dirección longitudinal y muy por encima en la vertical. Podía
sentir su presencia, pero de sus intenciones sólo podía desconfiar, pues no las
conocía con certeza. No esperaba nada bueno de aquello, pero tampoco tenía
tiempo para pararse a comprobarlo. Seguiría avanzando mientras nadie se lo
impidiera. Preguntarse si quienquiera o lo que fuera que estuviera siguiéndole
el paso iba a saltarle encima o no era algo que no le permitiría llegar a
tiempo. Lamentaba no tener un vehículo a mano con el que poder llegar antes,
pero no perdía la plena confianza que tenía en su velocidad.
. . .
¿Sus avezados
ojos estaban profesando un engaño o, en efecto, aquel huidizo objetivo estaba
siendo totalmente indiferente? Podía sentir infinidad de flujos psicológicos en
el campo de batalla, y algo le indicaba que esa persona o ese androide al que
perseguía se había dado cuenta de que estaba bajo seguimiento…y, lo que era
más, le daba absolutamente igual. ¿No tenía ninguna preocupación ni ningún
miedo? Se encargaría de dárselo. Su disposición a apropiarse de la zona para
hacerse un nombre estaba más que afirmada, y no tendría reparos en llevarla a
cabo.
. . .
Su colisión será
inminente.-dijo el observador-Vámonos. Observaremos esto desde la lejanía.
De acuerdo.-el
acompañante se desvaneció junto con el observador.
. . .
Lo que se temía
estaba por suceder. Estaba a punto de llegar a su lugar de destino, pero iba a
tener que detenerse casi a las puertas. Escuchó a un cuerpo cortar el aire. No
había duda de que le iban a saltar encima. Se giró y vio confirmadas sus
sospechas. Con unas elegantes volteretas, se apartó, dejando que el recién
llegado individuo aterrizase en cuclillas de su ingente salto, continuando con un
barrido de patada baja que pudo esquivar rodando por el suelo. Acto seguido, se
levantó y encaró a aquel recién llegado. Se trataba de una persona: una mujer.
Vaya…-dijo-…una
congénere entre tantos seres artificiales. Sé que es improcedente, pero me
gustaría preguntarte si puedo ayudarte en algo…tengo prisa.
Je…-respondió la
mujer con desdén-…no sabía si eras un androide o una persona, pero, de cerca,
ya puedo ver que eres un hombre… porque eres un hombre, ¿verdad?
¿Acaso no se
nota?-preguntó el hombre, manteniéndose calmado.
Permíteme
responder que no.-la mujer arqueó una ceja-Pareces toda una mujer...
No caeré en tu
provocación.-respondió el hombre-Si no necesitas nada, tengo cosas que hacer…
¡Alto ahí!-la
mujer se acercó amenazadoramente al hombre-Éstos no son mis dominios…pero van a
serlo pronto. Por ello, te exijo un peaje por adelantado…
Se crujió los
nudillos.
¿Quieres
pelea?-preguntó el hombre-No tengo tiempo ni ganas de iniciar un com…
¿Quién te ha
preguntado?-le cortó la mujer lanzando una patada circular.
¡Para, por
favor!-respondió él bloqueando el ataque con un brazo-¡No nos conocemos de nada!
¡No hay motivos para luchar!
Tal vez tú no los
encuentres…-respondió la mujer retirando su pierna y preparando una patada
frontal alta-…pero yo quiero algo de información. Si vas hacia ese lugar…es por
algo de peso. Nada va bien en ese sitio ahora mismo…
Si quieres
informarte de algo…-contestó el hombre parando el empeine de la mujer con su
mano izquierda-… acércate a preguntar, pero no interfieras en mi camino.
Eres demasiado
educado…-le achacó la mujer-…sobre todo con alguien que está intentando
partirte la cara.
La mujer lanzó un
fugaz y peligroso gancho alto. Él lo paró agarrándole el puño con la mano
derecha. Los ataques de ella eran potentes y amenazadores, como los zarpazos de
una fiera hambrienta, mientras que los bloqueos y la guardia de él eran
taimados, serenos, equilibrados y muy bellos posturalmente.
Mientras
forcejeaban, gracias a los movimientos evasivos, los saltos y las pequeñas
carreras para alcanzarse mutuamente, avanzaban inexorablemente hacia el lugar
al que ambos querían llegar.
Ninguno de los
dos conocemos el nombre del otro…-insistió el hombre-…esta batalla no tiene
sentido…
¿Acaso se
necesita una razón para divertirse?-preguntó la mujer mientras lanzaba ataques
constantemente-¿No te lo pasas bien? ¿No disfrutas un buen mano a mano? Parece
que dominas bien las artes marciales…déjate llevar, ¿de acuerdo?
Ese tipo de
frivolidad no encaja con mi manera de ser.-rehusó el hombre-En ningún momento
voy a abandonar una misión por un tipo de necesidad apetitiva de violencia
grautita…
Realmente tengo
mis razones…-respondió la mujer mientras continuaba atacando-…pero dudo que
valgas lo suficiente como para que te las cuente.
¿Dudas de mi
valía pero me atacas como si fuera un adversario respetable hablando de
marcialidad?-el hombre no daba crédito-¿Cuán mal te ha tenido que sentar todo
este caos del pliegue temporal para haber acabado así?
¿Insinúas que no
estoy bien de la cabeza?-la mujer aumentó la intensidad de sus movimientos
agresivos.
Tampoco demasiado
mal…-se explicó él-…pues veo que me entiendes.
¡No te burles de
mí!-le espetó ella-¡Vas a lamentarlo!
Deja de
distraerme, por favor…-le instó él mientras la esquivaba de tal manera que la
obligaba a perseguirlo hasta su objetivo-…no quiero tener que ponerme serio
antes de tiempo.
¡Tómate esto en
serio!-exclamó ella-¡Tu vida está en juego!
Lanzó un potente
puñetazo hacia su contendiente. Él lo desvió con su mano izquierda y con la
derecha lanzó un estiloso golpe frontal con el dorso de la mano directo al
hueco entre las clavículas.
¡Bien!-se sonrió
la mujer mientras esquivaba aquel ataque-¡Te has dignado a lanzar tu primer
ataque!
Y no será el
último si esto sigue así…-amenazó el hombre.
Sin esperar a que
ella respondiera, ya fuera física o verbalmente, él se alejó con una vistosa y
grácil cadena de volteretas en sentido a su lugar de destino, que ya veía a lo
lejos.
¿Intentas
huir?-preguntó la mujer echando a correr tras él-¡No seas cobarde!
Siguieron
persiguiéndose durante unos minutos. El enorme edificio que a ambos interesaba
ya se veía muy cercano.
¡Conque mis
sospechas eran ciertas!-se aventuró a decir la mujer-¡El hospital Furuhana!
Déjame en paz,
espero a alguien.-dijo seria y secamente el hombre irguiéndose ante la mujer.
¿Me lo
presentarás?-preguntó ella lanzando un rodillazo.
No se te ha
perdido nada con esa persona.-respondió el hombre.
Se abrió de
piernas. Dobló su pierna izquierda, parando la rodilla de la mujer apretándola
entre su corva. Acto seguido, cerró las piernas para colocar el cuerpo de la
mujer frente al suyo y lanzó un empujón con las palmas de ambas manos. Ella se soltó del agarre y lo esquivó saltando
hacia atrás.
Juguemos a un
juego diferente…-dijo la mujer echando mano de su cinturón.
Del cinto llevaba
prendida un arma enfundada. Sacó un ejemplar bastante antiguo de un sable de
caballería y, asiéndolo con la mano derecha, apuntó al hombre y se lanzó hacia
él. Cuando creía que le iba a cortar la cabeza otorgándose la victoria, escuchó
un golpe seco: lo llevaba muy bien
oculto, pero aquel hombre tenía un cetro enmangado muy duro y sólido con el que
paró el impacto. Otra estocada por parte de la mujer…y otro bloqueo a manos de
él. Siguieron así hasta que oyeron una
explosión. La pared que estaba a su lado, que era una de las laterales de la
zona trasera, explotó violentamente. Del boquete vieron saltar a una mujer
vestida de novia y a un adolescente con una melena muy larga. Un círculo negro
se abrió perpendicularmente al suelo delante de ellos. De él salió una mujer
vestida de negro…una mujer alada que les hizo una seña a aquellas dos personas
recién escapadas para que entrasen en el círculo. Sin hacer caso de las dos
personas que allí forcejeaban, entraron en el círculo, que se cerró tras volver
a entrar la mujer cuya espalda estaba adornada por unas grandes alas.
¡Esos tres…!-se
sorprendió la mujer.
¡ALTO AHÍ!-oyeron
que gritaba una voz masculina desde dentro del hospital.
Vienen detrás de
ellos…-dijo la mujer-… ¡nos volveremos a ver!
. . .
Freya, Yamiyuki,
Aquanika, Ibara, Itami, Yurika, Metallurgy, Dalton, Nikola y Marah salieron por
fin al exterior. No había ningún rastro de Arianelle ni de Yuu, pero tampoco se
encontraron solos. Lo primero que vieron fue a dos figuras tremendamente
andróginas peleándose. Una de ellas tenía el cuerpo de un hombre fornido, pero
sus enormes pechos dejaban ver que se trataba de una mujer. La otra tenía un
cuerpo esbelto, flexible y lleno de curvas, así como unas ropas y un semblante
cargados de feminidad, pero su pecho era completamente plano y sus hombros y su
cuello, perfectamente visibles, tenían unas formas claramente masculinas. En un
primer y último grito de guerra, la mujer saltó encima del que pensaban que era
un hombre espada en mano, pero éste la repelió con un arma blanca bastante
atípica, obligándola a saltar lejos de allí, momento que ésta aprovechó para
retirarse, dejando a aquel tipo tan andrógino solo ante diez recién llegados.
Lo había
conseguido. Se giró hacia ellos.
¡Yamiyuki
Kuroi!-exclamó-¡Y la mismísima Freya! He venido aquí buscándoos, pero temía
llegar tarde. ¡Menos mal que nos hemos encontrado!
Uy... ¿Personajes nuevos? me gusta, sobre todo como lo has descrito todo al principio. Genial.
ResponderEliminarSon aliados así que tengo ganas de ver quienes son
(me gusta que el hombre parezca mujer y viceversa, y las "coñas" entre ambos)
¡Me alegro de que te haya gustado! Hay algo bastante importante en todo esto, y seguro que te va a dar muchas ganas de leer cuando lo veas. ¡Muchas gracias por comentar siempre, me anima mucho para seguir haciéndolo lo mejor que puedo!
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