lunes, 30 de marzo de 2015
Mis queridos lectores, con motivo de las vacaciones de Semana Santa que se celebran en España, esta semana no escribiré. Podréis atender a mis relanzamientos en Foro Relatos, contactarme en Twitter y leer todos aquellos episodios de este blog que no llevéis al día. Aprovecharé para descansar, estudiar, poner en orden muchas ideas creativas, pasar algo de tiempo con los amigos y preparar Taimanin Yamiyuki para estos arcos tan intensos que se avecinan en la historia. Disculpad las molestias y pasad una buena semana. El episodio número 42 de Taimanin Yamiyuki será lanzado el martes 7 de abril de 2015 por la noche. ¡Muchas gracias por todo! ¡Felices vacaciones!
domingo, 29 de marzo de 2015
Reseña (¡Furia!): Cross Ange - Tenshi to Ryuu no Rondo (Anime)
De izquierda a derecha, algunas de las chicas principales de esta historia: Chris, Salia, Ersha, Naga, Kaname, Salamandinay, Ange, Rosalie, Hilda y Vivian. No hay que ser doctor en Matemáticas para contar que hay 10 féminas en la imagen. Si al menos 7 te caen mal, ¡enhorabuena! ¡Tú y yo nos vamos a llevar tan bien que podríamos vivir juntos!
¡Muy buenas a todos, mis queridos lectores! Hacía más de un año que no subía una reseña de anime a mi blog...la única razón al respecto es que no es una sección que quiera explotar demasiado ahora mismo, pues prefiero centrarme en mis historias. No obstante, esta vez, la situación lo merece... ¡vaya que si lo merece! Hoy os voy a hablar de "Cross Ange: Tenshi to Ryuu no Rondo", un anime que comenzó en la temporada de otoño de 2014 y terminó ayer. Las chicas de esta serie tienen unos cabellos muy coloridos, lo cual os llevará a la rotulación de "DECEPCIONANTE" más policromada que podréis ver nunca.
¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué?
La trama es de corte futurista. Nos sumergen en una sociedad llena de comodidad, facilidades y gran calidad de vida. No existe la contaminación, no existen las guerras, no existe el terrorismo, no existe la inseguridad social...sólo existe lo bueno. Esto nos lo brinda una fuerza sobrenatural llamada maná que permite a sus usuarios, los hombres y mujeres de a pie, resolver todos sus problemas con sólo un movimiento de sus manos. La luz de maná que invocan lo hace todo: mueve los vehículos, abre y cierra las puertas, prepara la comida, cura a los enfermos...es la panacea, el no va más. La realeza y la nobleza están a la orden del día: la primera casa cuyas puertas nos abren es la casa del Imperio Misurugi, donde conocemos a nuestra protagonista, la princesa Angelise Ikaruga Misurugi...Ange para los amigos y para cualquiera, en primer lugar para el/la que ideó el título de esta obra tan...agridulce (aunque lo dulce no lo encuentro). Por si una sociedad de bienestar y amor con un sistema de estratificación social propio del medievo no fuera lo bastante contradictorio, anacrónico, cortante y destructivo, lo mejor de la trama está por llegar para hacer las delicias (¿risas?) del espectador. Por alguna causa que los ciudadanos no entienden (que ya tiene delito estando en un mundo en el que es facilísimo estudiar, informarse y preocuparse por los demás ya que no hay guerras ni contaminación), a veces nacen personas que no pueden usar el maná. A esas personas se las conoce como Norma...y son desterradas, discriminadas, excluidas, confinadas y consideradas monstruos violentos, antisociales y no evolucionados. ¡Tómalo! ¡Claro que sí! ¡Un futuro en el que se avanza hacia los más grandes atrasos! ¡Como España! ¡Aplaudamos! Chascarrillos aparte, esto permite que la historia tenga un toque de constante crudeza, violencia y lucha muy pero que muy bueno, así que, dentro de lo que cabe, aunque no tenga sentido, lo asumimos y hacemos la vista gorda. Prosigamos. Casualidades de la vida, todas las personas que nacen Norma son mujeres, pero eso no agrava ni alivia la situación, es simplemente un hecho, la historia es así. ¿Qué pasa? Pues muy sencillo, pasa que la noble y refinada princesa Angelise es una Norma y que, por tanto, la encierran. De esto me alegro enormemente, si se me permite decirlo: si los nobles salen perjudicados por sus propias normas (¡NORMAS! ¿Lo pilláis?), tal vez así entenderán que sus políticas son un completo atraso y que algo no va bien. Merecido se lo tienen. En cualquier caso, cuando la policía se lleva a Angelise, ésta descubre qué hacen con las Norma: las someten a un estricto y cruel entrenamiento militar y las destinan a pelear alejadas de la mano de Dios contra unos monstruos extraterrestres conocidos como DRAGON. ¿Que no hay guerras? ¿Que no hay contaminación? ¿Que no hay problemas? ¡Hay más que en cualquier parte, pero nadie lo dice! ¡Los ciudadanos crecen al margen de todo esto, nadie les cuenta que los DRAGON existen y que las Norma se matan con ellos! Vamos, que de sociedad del amor y la paz hay lo que yo os diga: es una alcantarilla social del tamaño de una pirámide humana hecha por profesionales de la NBA en un espectáculo de acrogimnasia. Y así arranca motores "Cross Ange: Tenshi to Ryuu no Rondo"...cuando todavía me creía que iba a ser una buena obra. Ésta es la historia y así transcurrirá: Angelise irá conociendo al resto de los personajes, irá viviendo peripecias, luchando en combates contra los DRAGON (que se libran en unas máquinas muy atractivas llamadas Para-Mails) y descubriendo poco a poco todo el pastel que hay montado. No profundizaré para no hacer spoilers... por si es después de leer esto os quedan ganas de empezar a ver la serie.
¿Quiénes son los culpables de todo esto? ¿Qué hicieron mal sus padres?
Sin ningún lugar a dudas, lo que de verdad tira sacos de cal viva sobre la historia con una crueldad y una saña de proporciones desmedidas es el elenco de personajes. ¡Valiente hatajo de desechos humanos! ¡Qué escoria más roñosa y ruin! ¡Lo he pasado tan tremendamente mal con los personajes que no sé cómo mantener aquí la neutralidad! Un punto que creo bastante objetivo es el hecho de que, en efecto, se ha trabajado mucho (para bien o para mal) en el desarrollo de los personajes, pues, si han conseguido no dejarme indiferente, es por algo. Un villano que no se gana el odio del espectador es un mal villano, y un protagonista que no se hace notar es un mal protagonista. No puedo deciros todo lo que pienso de los personajes porque os destriparía toda la historia, así que les voy a dedicar unas pequeñas líneas tratando de insultar lo menos posible. En primer lugar, la protagonista, Ange, me parece profundamente idiota. Han conseguido crear a una heroína que crece, que se hace fuerte, que aprende a luchar y que se hace valer, y eso honra a los creadores, pues siempre es de buen recibo ver a un protagonista, sea hombre o mujer, que aprende de los golpes que se lleva y se dedica a luchar por lo que cree correcto. Sin embargo, por fuerte que se haga, sigue siendo idiota. Es muy, pero que MUY poco inteligente. La luz de maná de su vecino interrumpiría la sinapsis en sus neuronas o algo parecido, no lo sé. Como la protagonista es una chica, os imaginaréis que hay un gran caballero detrás de ella...pues sí, lo hay. El Romeo de la historia se llama Tusk y me parece el chaval más cateto, estúpido y empalagoso que he visto en mucho tiempo. Mirad que Tigrevurmud, el héroe de "Madan no Ou to Vanadis", un anime de la pasada temporada de otoño, me pareció un descerebrado de manual, pero Don Tusk lo supera con creces. No hay palabras para definir lo mal que me cae. Y, con esto, pasamos a las chicas...A TODAS LAS QUE HAY. Creo firmemente que lo mejor que tienen las chicas de esta serie son sus melenas. Les han dado unos colores a sus cabellos verdaderamente atractivos, unos brillos y unos dejes tornasolados preciosos que me han hecho tener los ojos fijos del primer episodio hasta el último. Por lo demás, creo que a todas les faltó una buena lección en la escuela, no necesariamente un azote, porque no soy partidario de la enseñanza con violencia, pero sí un episodio o dos (o setecientos ochenta y cuatro) de "Barrio Sésamo". Zola, Hilda, Chris y Rosalie son tus malas de telenovela típicas...lo que vienen siendo unas auténticas frescas a las que dan ganas de tirar por una ventana muy alta. Vivian, la más chiquitita y aniñada, es la única que se salva en mi humilde opinión. Ersha es una ingenua idealista que no sabe ver lo que tiene a su alrededor. Salia es una niñata inmadura, llorica y envidiosa que prefiere venderse al mejor postor antes que esforzarse por mejorar. Con este desolador panorama, las jóvenes luchadoras que protagonizan la trama me dejan con muy mal sabor de boca. Menos mal que hay no tan jóvenes...Jasmine, la vendedora, Maggy, la doctora y Jill, la militar, son, sin duda, mis personajes favoritos y, en general, las únicas que considero que tienen valía. Son mujeres maduras, con experiencia, con personalidad y con bastantes más dedos de frente que el resto. Estos tres personajes, junto con Naga, una chica que aparecerá bastante después, forman el cuarteto de personajes salvables. Vivian también se ha mantenido muy digna, y creía que me gustaba Ersha hasta que me decepcionó profundamente y de manera recurrente y reincidente (ente, ente, ente, ente). Hay más personajes, pero hablar de ellos implicaría revelar detalles de la trama que no os quiero destripar (bastante me ha destripado a mí dicha trama). Sí os diré que el antagonista principal se llama Embryo y está verdaderamente trabajado: se hace odiar desde el primer momento y da verdadero asco, lo cual forja el arma de doble filo que supone un buen antagonista. Es un buen antagonista porque da asco, da asco porque es un buen antagonista. Es el típico villano al que deseas ver muerto nada más conocerlo. Si muere o no es algo que tendréis que descubrir vosotros. Hablando de muertes, a casi todos los personajes que os he nombrado los he deseado ver muertos...y, encadenando con esto, hago mención especial a la hermana pequeña de Ange, Sylvia, quien creo que merece la mayor de las tragedias. Finalizo este apartado con una reflexión: pensaba que Hilda era el personaje más asqueroso de la historia, pero Salia la desbancó con creces. ¡Qué aberración de mujer!
¿Por qué yo? ¡No he hecho nada para merecerlo!
En todas las temporadas de anime me engancho a ver, como mínimo, una o dos obras del género mecha. Está muy lejos de ser mi género favorito, pero tampoco me deja indiferente. Siempre salen obras que me suelen gustar en buen grado. La verdad es que esta obra tiene puntos fuertes. Los diseños de los personajes me han gustado mucho, el estilo de dibujo me ha resultado agradable y la estética tan colorida y variada me ha alegrado la vista de principio a fin. La banda sonora me ha parecido una de las mejores bazas de esta historia, y realmente han sabido tratar muy bien la ambientación de cada situación. La historia parecía trepidante, pero comenzó a decepcionarme una vez tras otra y se ha matado a sí misma. No entiendo para nada lo que pasa por las cabezas de los personajes, creo que les falta un tornillo (o la tornillería entera) a todas (y a todos) y, en la mayoría de las ocasiones, habría hecho justo lo contrario a lo que hicieron. Tal vez soy muy cruel, muy despiadado o tengo muy mal genio, pero creo que en esta historia ha faltado muchísima sangre de personajes que lo pedían a gritos desde el principio y no se ha hecho verdadera justicia. Considero que ningún personaje ha sabido elegir bien y, pese a ello, nos han vendido la moto como han querido, pintándolo todo como si fuera idílico y maravilloso. Sí, nos han vendido la moto durante 25 episodios, no sólo por el timo y el tongo que ha supuesto la historia, sino porque, además, los Para-Mails pueden adoptar la forma de unas motos voladoras bastante atractivas que han hecho que se me pase el disgusto más de una vez por el mal rumbo que ha tomado la historia. Horrible, de verdad, horrible.Los que me conocéis sabéis que, pese a que soy bastante malhablado, no me gusta usar expresiones malsonantes en las reseñas, pero hoy me vais a permitir una pequeña expresión fuerte: ¡LA HAN CAGADO CON TODO EL EQUIPO! También os voy a pedir que me perdonéis una palabra que define perfectamente al 90% del plantel de personajes: ZORRAS. Y eso es todo.
¿Hay algo en este barco que no merezca hundirse?
-La banda sonora.
-Los colores de los cabellos de los personajes.
-Los diseños de las máquinas.
-Jill.
-Maggy.
-Jasmine.
¿Me das motivos para arrojar estas teas?
-Los personajes no razonan.
-Nadie sabe elegir.
-Ange.
-Tusk.
-Salia.
-Hilda.
-Chris.
-Rosalie.
-Embryo (sí, es un buen antagonista, pero, precisamente por ello, ¡a la hoguera!).
-El rumbo de la historia ha sido desastroso.
-Se ha reducido todo a una mera burla de lo que podría haber sido.
-Ningún personaje tiene lo que hay que tener para dar justicia.
-Han llevado el "perdonar nos honra" hasta extremos que pisotean el raciocinio.
-Romeo y Julieta se complementan, pero sus estupideces se suman y resulta hiriente.
Ange representa mi cara. Ese poema facial explica cómo me siento con respecto a esta serie que tendría que haberse llevado un 10 en MyAnimeList y se ha acabado llevando un 3. Detrás de ella, podéis ver a Jill, mi personaje favorito con diferencia. De esa misma guisa vi el final anoche, y esa mirada les dedicaría a los guionistas o, mejor aún, a lo que demonios ingiriesen antes de hacer esto. No os preocupéis por la mujer de cabello verde, es Emma Bronson, un personaje tan inútil como el resto.
jueves, 26 de marzo de 2015
[TY] Episodio 41: La estratagema de Tigres
TAIMANIN
YAMIYUKI
Episodio 41: La
estratagema de Tigres
Los Fuuma observaban desde lo
alto cómo los Taimanin se alejaban de Amidahara y perseguían a una horda de
robots asesinos. Nioiko había abandonado su armadura. Continuaba vistiendo su
traje gris de mayordomo.
Es una pena que no estén los más
prioritarios, Yamiyuki Kuroi y Zhao Kuroageha.-comentó-Seguramente se hayan
quedado batallando contra Layla Phoenix, quien también es un objetivo
prioritario en su bando. Espero que el pelotón de la plaza dé buena cuenta de
los tres y me los traiga vivos…
En cuestión de minutos, los ocho
jóvenes guerreros ninja habían destrozado todas las máquinas, asegurando así el
orden en Gokuruma.
Si los Mazoku creen que se la han
jugado a los del ejército por utilizarlos para frenar a los Taimanin…-dijo
Nioiko mientras se preparaba para actuar-… ¿qué pensarán cuando sepan que los
Fuuma se la hemos jugado a todos? ¡Esta jugada es maestra! ¡Gran Señor,
obsérveme desde los cielos!
Clavó los ojos en los Taimanin.
Estaban muy lejos y a una diferencia de altura descomunal, pero no quería
mirarlos, sino hacer otra cosa. Una chispa azul de algo que parecía
electricidad emanó de sus ojos, propagándose en forma de rayo hacia los
Taimanin, que desaparecieron de allí en un destello azul similar a una onda
eléctrica.
Buen viaje.-Nioiko se sonrió.
.
. .
Un destello electrizante sacudió
la cueva. Shirubei, Inuhito, Hagane, Rito, Aoi, Seika, Veena y Shiena
aparecieron en ella.
¿Qué ha pasado?-preguntó
Hagane-¿Dónde estamos?
Oh, joder…-se quejó Shirubei-…
¡ni puta idea! Menos mal que hemos interceptado exitosamente al pelotón
cibernético y lo hemos destrozado…
Sí, pero aún tenemos cosas de las
que preocuparnos.-añadió Rito-Yamiyuki y Kuroageha están ahí fuera luchando
contra esa Layla…
¿Qué es esta gruta?-preguntó
Veena-No la había visto nunca…
¿Esto no son cristales
Mazoku?-preguntó Aoi señalando los cristales de colores que crecían en las
rocosas paredes.
Son muy parecidos, Aoi…-dijo
Seika mientras los examinaba-…pero no creo que lo sean. No como tal al menos.
¿Sabéis? Se me ha ocurrido una teoría.
¿De qué se trata?-le preguntó su
primo Shiena.
Todos sentimos que estos
cristales son mágicos, por supuesto.-explicó Seika-Sin embargo, me parece que
el cristal Mazoku que nosotros conocemos y hemos visto en nuestras batallas es
algo diferente…creo que es una versión corrompida de éste. Lo que quiero decir
es que estos cristales pueden representar un poder mágico similar al de
nuestros enemigos pero sin ningún tipo de maldad inherente…
¿Algo así como demonios
buenos?-preguntó Inuhito.
O neutrales.-respondió
Seika-Simplemente no relacionados con el terrorismo.
Sería todo un descubrimiento si
se nos presenta tal existencia…-dijo Veena.
Sí…-concedió Shiena-…no puede ser
que todos los Mazoku sean malignos…si bien todos los que han aparecido ante
nosotros lo han sido hasta que nos los hemos cargado.
¡Oigo voces!-escucharon que decía
una voz grave y familiar lejos de ellos.
Los Taimanin se alertaron.
¡No estamos solos!-susurró
Rito-Esa voz…
Dejadme que escuche.-dijo
Inuhito-Los identificaré de inmediato.
Inuhito se concentró en su oído
amplificado. Pudo detectar una conversación y distinguió perfectamente las
voces de tres participantes.
Son ellos.-dijo Inuhito bajando
la cabeza-Los Neo-Nómadas.
Inuhito, ¿estás…-intentó
preguntar Veena.
Seika le puso la mano en el
hombro a su amiga. Instantáneamente, recordó lo que le había contado sobre
Benibatsu.
Tranquilo, amigo.-dijo Hagane-No
dejaremos que nada salga mal.
¿Cuántos son?-preguntó Shiena.
Cinco.-susurró Inuhito-Tres son
conocidos: Belladonna Rubidium, Kazark y…Benibatsu. No sé quiénes son los otros
dos integrantes del grupo, pero son mujeres…y una de ellas me da muy mala
espina.
Somos ocho.-valoró Shiena-¿Estamos
preparados para un enfrentamiento?
No creo que sea el mejor momento…-dijo
Rito-…pero no creo que nos quede alternativa. Por donde hemos venido no hay
salida y el camino sólo se extiende en una dirección. Es bastante lineal para
ser una cueva, la verdad…
¿Y si no es natural y por eso
tiene una forma programada?-conjeturó Aoi.
No me extrañaría…-terció
Shirubei-…en cualquier caso, exterminar a los demonios es nuestro cometido.
Hagámoslo rápido y punto: Gokuruma está a salvo y nuestros líderes son
ridículamente fuertes, así que…sólo nos queda confiar en ellos y en nosotros
mismos y seguir adelante.
Los Taimanin avanzaron. No sabían
qué podría estar pasando, pero no les quedaba alternativa. Rito a veces
oscilaba por las cicatrices que dejaron en él los sucesos relacionados con sus
padres, aunque el verdadero problema lo tenía Inuhito, quien estaba
verdaderamente apenado y aún no había logrado curarse de sus heridas. Aun así,
se mantuvo todo lo despierto y activo que pudo.
Oigo sus pasos.-dijo por el
camino-Se acercan. Misma dirección, sentidos contrarios: vamos a chocarnos de
frente de un momento a otro. Además, empiezo a olerlos. Huele a ogro…y al
perfume de Belladonna. Hay otro perfume de mujer que nunca he olido, pero
imprime un aire destructivo y dominante a quienquiera que sea la dueña.
¿Y ellos no nos
detectan?-preguntó Veena entre susurros.
Si lo hacen, fingen ignorarlo muy
bien, la verdad…-dijo Inuhito.
Entonces, ocurrió. El
encontronazo con los Mazoku fue más rápido de lo que esperaban. Allí estaban
Benibatsu, Kazark, Belladonna y dos mujeres que no habían visto nunca. Una de
ellas les resultaba familiar, y la otra los paralizó momentáneamente tras mirarla.
Se fijaron en que Kazark cargaba el cuerpo inconsciente de un joven en su
hombro izquierdo.
¡TAIMANIN!-gritó Belladonna.
¡Vosotros!-bramó Rito poniéndose
en guardia-¿Qué habéis venido a hacer aquí?
Nada de vuestra incumbencia.-le
espetó la noble.
Por fin nos vemos frente a frente…-dijo
una de las mujeres desconocidas.
Era una dama que inspiraba temor
y autoridad. Alta, muy alta, casi tanto como Yamiyuki, que no se encontraba
allí. Su piel tenía un deje oscuro y bronceado que aportaba color a su tez sin
hacerla morena, como si fuera una onza de chocolate diluida en un seno lácteo
voluminoso. Su cabello era lacio y de un color rojo saturado y tan brillante
que parecía un arco eléctrico. Caía hasta la mitad de su espalda, con dos
tupidos y frondosos mechones frontales que adornaban su pecho. Su complexión
era muy delgada a la par que voluptuosa, con curvas pronunciadas, unos senos
gigantescos con copas casi imposibles, unos glúteos anchos y unos muslos finos
pero aún grandes en proporción con el resto de sus piernas. Su cuello era largo
y fino, y se le marcaban las clavículas. Lo más llamativo de su rostro, fino y
anguloso, eran sus ojos, totalmente negros, como dos pequeñas puertas hacia la
más profunda oscuridad. En cada uno de ellos tenía un brillante aro rojo muy
fino donde una persona normal tendría el contorno exterior de las pupilas. Su
vestimenta era sencilla pero provocativa: un corsé marrón grisáceo con placas
negras, una minifalda negra de tubo hasta la mitad de los muslos, un cinturón
rojo y unas botas altas de tacón de color negro con cañas hasta algo más de la
mitad de las espinillas.
¿Quién eres tú?-preguntó Hagane
con aire desafiante.
Es normal que no me conozcáis…-dijo
la mujer-…no suelo pasarme mucho por el ámbito público. Actuar desde las
sombras es mi cometido, aunque hoy se ha necesitado mi presencia en este lugar.
Acabo de llegar a la cueva y… ¡mirad lo que me encuentro! ¡Los famosos Taimanin!
Permitidme que me presente… ¡JAJAJAJAJAJAJAJA! Yo soy… ¡Tigres Black!
Los Taimanin se quedaron
sorprendidos. La presencia física de su verdadera enemiga, a la que no habían
visto hasta aquel momento, no podía significar nada bueno.
No me miréis con tanto miedo…-dijo
Tigres-…sólo he venido a asegurarme de que una llamada que he hecho llega a su
destinatario…y de que un plan que tracé hace tiempo se cumple. Lo primero ya está
logrado…y para lo segundo nos hemos encontrado en la posición exacta. ¡Ahí,
Kazark!
¡A la orden, Tigres-sama!-exclamó
el ogro.
El gigantesco joven se encaró
hacia el punto de la pared que su líder señalaba con su dedo. Sin soltar el
cuerpo del chico que estaba cargando, rompió la roca a golpes hasta
revelar un portal mágico de un intenso
color rojo. De su interior brotaban unos brazos alargados con unas manos
desfiguradas.
¿Qué es eso?-preguntó Belladonna.
El portal a la
destrucción.-explicó Tigres-Esta cueva esconde dos portales: el de los
deportados y el de la destrucción, y acabamos de abrir los dos. El de los
deportados sabéis para qué era, pero éste… ¡es para la segunda parte del plan!
¡Kazark!
¡Sí, Tigres-sama!-asintió Kazark.
Con una mano, el ingente ogro
agarró a Belladonna y la lanzó contra el portal rojo. La mujer se agarró a los
bordes para evitar caer en el interior a la vez que clavaba sus pies en el
suelo para evitar salir disparada.
¿Qué estás haciendo?-preguntó
Belladonna a punto de enloquecer de la ira y el miedo-¿Me estás traicionando,
Kazark?
El portal a la destrucción es un
elemento mágico de gran poder…-dijo Tigres-…nunca me he explicado por qué ha
llegado a la Tierra, pero es de agradecer. Todos los que lo cruzan encuentran
su fin…nadie ha vuelto…porque todos han muerto de la manera más cruel y temible
que se pueda imaginar. Belladonna, Kazark no te ha rescatado de nada saltándose
mis órdenes…sólo ha seguido las mías. La pantomima de romper el vidrio y
ajusticiar a los torturadores sólo nos ha servido para sacarte de allí sin que
sospecharas… ¡es hora de deshacernos de ti! ¡No tengo nada que agradecerte!
¡Inútil!
Pero…-dijo Belladonna.
¡Ahora, Kazark!-exclamó Tigres.
Son órdenes de Tigres-sama.-dijo
Kazark mirando a Belladonna-No es nada personal.
El ogro le dio a la mujer una
vehemente patada en el estómago, empujándola al interior del portal. Un grito agónico
fue lo último que dejó en el mundo antes de ser tragada.
¿Cómo sois tan sucios?-bramó
Shirubei-¡Acabando con vuestros propios aliados!
Ésa era una inútil.-dijo
Tigres-Lo inútil suele caber en la basura, y la basura se tira. ¿No te
enseñaron eso en la escuela? Además, ahora que el portal a la destrucción está
abierto… ¡vosotros seréis los siguientes pasajeros!
Ruines…-siseó Inuhito.
Vaya, vaya, parece que ya no te
come la lengua el gato…-lo interceptó Benibatsu.
. . .-Inuhito miró a su hermano
mayor con desprecio.
En otro orden de cosas…-susurró Rito-…
¿soy el único que piensa que esa mujer que lleva un moño se parece mucho a ese
majadero que mató Inuhito?
Doctora…-dijo Kazark dando a
entender que había escuchado a Rito-…ése fue el responsable de la muerte de su
hijo, el doctor Karistus.
Señaló a Inuhito, que estaba
ensimismado pensando en Benibatsu.
¿Tú?-preguntó Kuritöö-¿TÚ MATASTE
A MI HIJO? ¡Lo lamentarás el resto de tu miserable vida!
¡Es la madre de Karistus!-pensó Hagane-¡Y, encima, lleva una bata blanca, como él! ¡Seguro que es otra
científica chiflada! ¡Lo que nos faltaba!
¡Recuerda el nombre de la doctora
Kuritöö como el nombre de quien arruinó tu vida!-bramó la científica señalando
a Inuhito.
Aoi se alertó. Aquella frase era
muy parecida a la que le dijo Kazark cuando se enfrentó por primera vez a él en
el jardín de dientes de león de la casa Makihara en Gokuruma.
¿Qué miras con tanto
interés?-preguntó Kazark a Aoi con sorna.
¡KAZARK!-bramó Aoi-¿Crees que me
he olvidado de nuestro último encuentro? ¡Juré matarte y pienso hacerlo!
Ése ha sido un tirillas toda la
vida.-le comentó Benibatsu-Mucho cerebro, pero poco de lo demás. Y encima tiene
fimosis… ¡valiente pringado! No sé cómo le dejas que te vacile así, Kazark…
¡CÁLLATE LA PUTA BOCA!-bramó
Inuhito.
Con un sonoro golpe, el chico
pateó la cara de su hermano mayor con la pierna derecha.
¡Aoi es mucho más hermano mío de
lo que tú has sido nunca!-le espetó-¡Lávate la boca con jabón antes de hablar
de él!
Kazark se dispuso a atacar a
Inuhito, pero Aoi le salió al paso y, alargando severamente su látigo, ató sus
cuatro extremidades, su tronco y su cuello como si una ingente anaconda lo
hubiera atrapado.
Ninpô – Raiton no Jutsu!-exclamó
Aoi.
(¡Arte ninja de la electricidad!)
La corriente se transmitió por el
látigo, llegando hasta Kazark, quien se vio incapaz de moverse a la vez que
el cuerpo que cargaba caía al suelo. Mientras tanto, Inuhito y Benibatsu
chocaban de nuevo sus armas. Kuritöö quería lanzarse a por Inuhito también,
pero estaba ocupado.
Puede atacar al resto,
doctora.-dijo Tigres-Confío en que sabrá acabar con ellos.
Eso está hecho…-dijo la
científica sonriendo sádicamente.
De un bolsillo oculto de su bata
sacó una metralleta tipo UZI. Comenzó a disparar a los Taimanin a discreción.
¡Me encantan según qué
cachivaches del mundo humano!-exclamó con una sonrisa sedienta de sangre.
Venga, no me jodas…-se quejó
Shirubei-… ¡dame algo más emocionante, vieja!
Un muro de hielo bloqueó las
balas.
Que alguien salga del muro y
tumbe a esa arpía.-pidió Shirubei.
Con una maniobra que desafiaba a
la gravedad, Veena salió del muro de hielo y lanzó un golpe con su cimitarra.
Los tentáculos de la mano con la que Kuritöö
no sujetaba la metralleta pararon el golpe. Al escuchar los golpes,
Seika saltó para socorrer a su amiga. Con su técnica especial, transformó su
lanza en un arco y disparó varias flechas contra la demonio, cuyos tentáculos
fueron atravesados, permitiendo que la Taimanin india los cortase definitivamente.
Shiena saltó detrás de sus compañeras e hizo llover las hojas de su urumi
contra la Mazoku. Entre los tres miembros del equipo Kuroageha, consiguieron
aminorar la marcha de aquella experimentada y peligrosa científica demoníaca.
Kazark se había librado de la
electrocución de Aoi y le estaba haciendo pasar un mal rato. De un puñetazo, lo
lanzó contra el muro de hielo, rompiéndolo.
¡Aoi!-exclamó Shirubei agarrando
el cuerpo de su amigo al vuelo para que no cayese contra el suelo.
¡Maldito ogro rastrero!-exclamó
Rito mientras le salía al paso a Kazark.
¡Mira dónde ha acabado tu amigo
el oso hormiguero!-exclamó Benibatsu mientras lanzaba duros golpes contra su
hermano menor con su doble guadaña-¡En los brazos del héroe! ¡Qué patético!
¡He dicho que dejes de burlarte
de Aoi!-exclamó Inuhito mientras repelía a su hermano con el aro-¿Qué te
importa lo que tenga entre las piernas?
Vamos, vamos, hermanito…-lo
provocó Benibatsu-… ¿por qué eres tan tosco con Big Brother?
Nunca más volveré a llamarte
así.-siseó Inuhito-No vuelvas a pronunciar esas palabras.
Big Brother era el mote cariñoso
con el que Inuhito siempre llamaba a su adorado hermano cuando era un niño.
Aquel recuerdo le quemaba como sal en una herida abierta.
Ya me he cansado de vosotros tres…-dijo
Kuritöö.
Con una brutal patada giratoria,
lanzó volando a Seika y a Veena. Tras esto, se giró hacia Shiena, que estaba en
su espalda, y lanzó un brutal rodillazo, pero el chico lo esquivó.
¡Eres rápido!-le concedió la
científica.
¡No por nada he sido alumno de la
gran Taimanin Kikyo Miyoshi y de sus famosas piernas demoníacas!-exclamó
Shiena-¡No hay nadie que no me resulte lento!
¿Ni siquiera estas
balas?-preguntó Kuritöö con un tono melifluo y sensual.
Shiena esquivó la ráfaga que la
científica disparó contra él. Le había sentado muy mal ver a Veena siendo
pateada y se lo pensaba cobrar. Las hojas de su urumi salieron de nuevo
disparadas, pero se encontraron con los tentáculos de cuchillas de la mujer,
produciéndose un choque de aceros encarnizado. Acortando las distancias, el
joven ninja lanzó una patada lateral directa al abdomen de Kuritöö, quien
bloqueó aquella patada con otra, dejando claro quién tenía más fuerza física.
¡Es ridículo!-pensó Shiena mientras caía al suelo-¿Cómo puede ser tan fuerte sin un gramo de
músculo? ¡Tiene bastante grasa en el cuerpo!
Miró a su alrededor antes de
levantarse para esquivar una patada en barrido de Kuritöö: Rito y Kazark
intercambiaban mazazos y puñetazos, mientras que Benibatsu e Inuhito seguían
pegándose. Veena, Seika y Aoi eran atendidos por Hagane y Shirubei. Tigres no
atacaba…lo cual le resultaba intrigante.
Cuando todo parecía que se iba a
torcer hacia un punto aún peor, una enorme llamarada sacudió el pasillo de
roca.
Largo de aquí.-dijo una voz
familiar antes de que las llamas se apagasen.
Yamiyuki había llegado. Llevaba a
Kuroageha a hombros, y su sangre manchaba su espalda.
¡KUROAGEHA!-exclamaron los tres
miembros de su equipo.
Layla Phoenix la ha herido de
gravedad.-dijo Yamiyuki-Planearemos nuestra venganza después de que la doctora
Himehagi la salve de todo peligro.
Veo que habéis conocido a mi
amiga…-dijo Kuritöö arqueando una ceja.
Yamiyuki hizo caso omiso de aquello.
Nos vamos de aquí.-dijo-Largo,
alimañas. No tenemos tiempo.
Yamiyuki…-lo advirtió Shiena
señalando a Tigres-…esa mujer es…
Tigres Black.-lo cortó
Yamiyuki-¿Quién si no? Se nota a la legua con sólo mirarla. La otra mujer debe
de ser otro demonio científico al que tarde o temprano mataremos… ¡pero insisto
en que hablaremos más tarde, cuando no haya nada de qué preocuparse! ¡Kuroageha
está muriéndose!
¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!-Tigres
estalló en carcajadas.
A callar.-dijo Yamiyuki-Perdeos
de mi vista. Quiero que hayáis desaparecido cuando este fuego se disipe…
Una inmensa muralla llameante
separó a los Taimanin de los Mazoku. Algo no fue bien, pues las llamas se
deformaron y se concentraron en una enorme bola que flotó sobre la mano derecha
de Tigres.
Es una pena que con mi magia
pueda controlar todos los elementos de la naturaleza…-dijo Tigres-… ¡tomad una
muestra de mi poder!
Lanzó la bola de fuego contra los
Taimanin, que tuvieron que dispersarse para evadir la enorme explosión.
Entendieron que Tigres era demasiado fuerte para cualquiera de ellos.
Edwin era un blando y le pasó lo
que le pasó.-dijo Tigres-¡Tened por seguro que no cometeré su error! ¡Pronto me
haré inmortal, invencible, omnipresente, omnipotente y omnisapiente!
Los observaban desde diferentes
puntos.
Objetivo de prioridad máxima
confirmado.-susurró un soldado de los Fuuma-Tigres Black. Tendremos que acabar
con los demonios si queremos llegar hasta ella. ¡A la carga!
Las cosas se ponen feas.-pensó el observador-No puedo rescatar a Uro…hay demasiada gente, me matarían. Necesito
acercarme a los Taimanin. Son mi única esperanza.
De un rincón oscuro salieron
varias bombas. Las explosiones arreciaron contra los Mazoku a la vez que
derruyeron el pasillo, creando un espeso portón rocoso que los separó de los
Taimanin.
No sé qué cojones ha pasado, pero
estamos separados de los demonios.-dijo Shirubei-¡Es hora de largarnos!
Yo sí sé lo que ha pasado.-dijo
Yamiyuki-Fuuma. Están por todas partes y van a por todo el mundo, seamos
Taimanin, sean Mazoku o sean soldados de Estados Unidos. Sus movimientos reales
empiezan ahora. ¡A Gokuruma! ¡Ahora!
Esperad.-dijo una voz algo
aniñada pero con un deje masculino.
Miraron a su alrededor. No había
nadie.
Estoy aquí.-insistió la
voz-Perdonad que no me haya mostrado hasta ahora. Necesito hablar con vosotros.
Un demonio se plantó frente a
ellos. No lo habían visto nunca.
miércoles, 25 de marzo de 2015
[TY] Episodio 40: Implacable
TAIMANIN
YAMIYUKI
Episodio 40: Implacable
La sargento Layla Phoenix acababa
de aterrizar en medio del combate.
¡Por fin nos vemos las
caras!-exclamó con tono amenazador.
¿Eres la responsable de todo
esto?-preguntó Kuroageha desafiante.
¿A ti qué te parece?-le espetó la
militar.
¡Señora!-apeló James-¡Cubriremos
sus acciones desde la retaguardia!
De eso nada.-respondió la
sargento-¡Vosotros os largáis!
¡Eso sí que no!-terció
Shiena-¡Ahora que por fin os hemos encontrado, vamos a vapulearos!
¿Quién te crees que eres,
mocoso?-preguntó Layla con desdén-¡Soldados! ¡Os permito un ataque más antes de
despediros!
¡Ya lo habéis oído,
equipo!-exclamó James-¡Arreciemos sobre los Taimanin y cumplamos las órdenes de
la sargento!
Los androides y demás máquinas de
combate que rodeaban la plaza hacían difícil cualquier maniobra evasiva.
Nuestra orientación diplomática
está muy clara, soldados.-dijo James-Estamos en el bando de la justicia, ¡el
bando ganador! Nuestro contacto, la experta Belladonna Rubidium, doctora en
Ciencias Políticas, avala nuestra causa. ¡Honrémosla en esta batalla!
Shirubei estalló en carcajadas.
¿Doctora en Ciencias
Políticas?-preguntó-¿Y os lo creéis? Pero, ¿en qué cabeza cabe? ¿Qué va a saber
de política un agente perturbador del orden público?
¡Basta de muestras de
insolencia!-terció Grant-¡Miller, bárrelos!
¡Sí, Steeler, así lo
haré!-exclamó Christian mientras preparaba sus yo-yos-E.M.Y.Y.!
De las hendiduras de ambos yo-yos
afloraron unos dientes de sierra radial que iban cargados de una luz verde que
les daba propiedades eléctricas muy poderosas. Ambos objetos redondos se
precipitaron hacia los Taimanin. En ese instante, Aoi decidió tomar la
iniciativa.
Ninpô – Raiton no Jutsu! –exclamó.
(¡Arte ninja de la electricidad!)
Con su manipulación eléctrica,
desvió los yo-yos de Christian y los hizo volar hacia los soldados. Si sus
cálculos eran correctos, no sólo lograría desperdigarlos por el campo de
batalla, sino que, además, la onda expansiva podría apagar para siempre algunas
de las máquinas de combate.
¡Maldita sea!-bramó Christian.
¡Miller!-gritó Grant-¡Apaga eso
antes de que nos golpee o juro ante Dios que te arrepentirás hasta de haber
nacido!
Lo intento, pero…-dijo Christian-…
¡no responde!
El ingeniero de campo militar
trataba de apagar su equipo eléctrico, pero había algún tipo de impulso que
impedía su desactivación. Ese impulso tenía nombre y apellido: Aoi Makihara. El
joven Taimanin de cabello azul eléctrico miró con una sonrisa de satisfacción
el panorama.
¡Mierda!-gritó la sargento-¿Es
que no se os puede dejar ni un margen de libertad? ¡Maldita la hora en la que
me asignaron a unos CRÍOS!
¡MILLER, APAGA ESO!-insistió
Grant-¡AHORA!
¡QUE NO PUEDE, JODER!-terció
James-¡APARTAOS ANTES DE QUE LOS YO-YOS NOS CONSUMAN Y DEJAD DE CHILLAR!
Los yo-yos de Christian
impactaron en el centro de la formación. Los seis militares saltaron en
direcciones distintas, pero la onda eléctrica resultante los empujó y les causó
daños más que considerables.
¡Pagarás esta falta de respeto,
templanza y disciplina, Silver!-lo amenazó Grant-¡Aunque seas nuestro líder, la
disciplina se imparte a todos por igual!
¡Abre los ojos, Grant!-le pidió
James-¡Graduarnos como soldados no nos ha convertido en personas radicalmente
distintas! ¡Antes no eras así! ¡Eras mi mejor amigo!
¡Soldado Steeler para ti!-exclamó
el chico de gafas apuntando a su líder con el bastón-¡No me hagas repetírtelo!
¡Soy el impositor disciplinario de esta avanzadilla! ¡Mi palabra es la ley y
autoridad!
¡Y yo soy vuestro líder!-gritó
James-Y, como tal, te digo que no llevas razón por muy prácticas que sean tus
intenciones. Además, aunque Christian la haya jodido con sus yo-yos, no ha sido
culpa suya: ¡ese Taimanin lo ha manipulado!
Divide y vencerás.-pensó Aoi-Sólo
queda ver esto comiendo unas palomitas…
Basta.-susurró Layla.
¿Disculpe, señora?-se atrevió a
preguntar Leon.
¡BASTA!-chilló la mujer-¡Sois
unos niñatos sin experiencia! ¡Una vergüenza para las notas que habéis sacado!
¡Quedáis retirados de este combate! ¡Largaos, damiselas!
Pero, señora…-intentó decir
James.
¡QUE OS VAYÁIS A LA MIERDA!-gritó
Layla-¡Soldado James Silver, coge ese coche y llévate a tu patrulla de aquí!
Entre que han secuestrado a Elizabeth y que vosotros no sabéis hacer nada bien…
¡menuda basura de día!
¿Qué coche?-se sorprendió James-Y,
¿cómo es que han…
Yo no diría que “secuestrar” es el verbo correcto…-pensó Émile.
Éste.-dijo Layla chasqueando los
dedos.
Del avión del que se había tirado
comenzó a bajar un 4x4 con un mecanismo de suspensión para el aterrizaje.
Pagarás por esto, Aoi
Makihara.-dijo James en un tono amenazador antes de dar la orden a sus
compañeros para que se montaran en el coche.
Cuando todos estuvieron subidos
en el vehículo, James comenzó a conducir, abandonando Amidahara a toda prisa.
Layla volvió a chasquear los dedos. Las máquinas se lanzaron en tropel sobre
los Taimanin.
Ninpô – Ototon no Jutsu! Ikusa no
Uta!-exclamó Kuroageha.
(¡Arte ninja del sonido! ¡Canción de Guerra!)
La líder del equipo más pequeño
tocó una melodía con su flauta. Aquella música poseía poderes sobrenaturales
que aumentaban las capacidades de combate de sus aliados.
Aprovechando la melodía de
Kuroageha, Aoi comenzó a lanzar rayos. Lo siguió Hagane creando potentes
corrientes de viento. Tras él, Rito y Shirubei se unieron al despliegue con
estacas de roca y de hielo respectivamente. Los siguió Yamiyuki liberando unas
enormes llamaradas. Tras esto, Seika, Veena e Inuhito se sumaron al asedio: las
dos chicas produjeron lluvias de metales fundidos y de tinta negra
respectivamente, mientras que Inuhito bailaba en medio de la tempestad de
ataques cortando a todos los enemigos que podía con su cuerpo.
¡No te quedes ahí, Shiena!-exclamó
Kuroageha-¡Únete al resto!
El primo menor de los Sonozaki
asintió y desplegó su urumi, fustigando a varios enemigos a la vez y haciendo
mella en sus armazones. Aquel encarnizado forcejeo estuvo reñido: las máquinas
tenían puños fuertes, garras y cañones. Entre golpes y disparos, los Taimanin
acabaron bastante malogrados.
¡Estas máquinas no se acaban
nunca!-se quejó Shiena mientras esquivaba disparos y contraatacaba dando
patadas con los armazones cortantes que llevaba en los pies-¡Y esa mujer ni siquiera
ha lanzado un puñetazo!
Layla se sonrió. Quería sembrar
la desesperación en sus enemigos. Mientras observaba el combate, se sorprendió
con la forma en la que uno de sus robots era despedazado por un chorro de agua
a presión: aquel chico con cuatro garras se le antojaba interesante.
Está mirando mucho a Shirubei…-pensó Yamiyuki-…será mejor que se pongan todos a salvo.
Nodachi en mano, Yamiyuki
atravesó a un robot que amenazaba con atacar a su amigo por el flanco derecho.
No para de observarte.-le
susurró-Ten cuidado, por favor…
Descuida.-respondió Shirubei en
un susurro casi imperceptible.
El que parece un travesti tampoco lo hace nada mal…-pensó Layla
mientras observaba a Hagane-…aunque el
musculitos es sin duda un hacha. El chico de las pecas parece poca cosa con lo
mínimamente que se hace oír, pero tampoco hay que tomárselo a broma. El albino
me recuerda un poco a nuestro verdugo y, sin duda, el líder está a la altura de
lo que decían…
Un disparo alcanzó a Rito en el
costado izquierdo.
¡Hermano!-exclamó Seika.
¡HAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-gritó
Veena con rabia.
Lanzó al aire un golpe con su
cimitarra. Ésta se escindió en varios fragmentos unidos por una cuerda elástica
en su interior: aquella cimitarra era una espada serpiente que llegó hasta el
robot que había disparado, cortando sus cables por la mitad y paralizándolo.
Seika agarró a Rito por los hombros mientras se regeneraba, mientras que Shiena
se interpuso entre Veena y un robot espadachín.
¡No dejaré que nadie la
toque!-exclamó Shiena-¡Deja a Veena en paz, amasijo de hierro!
El joven propinó dos arañazos al
robot: sus dedales punzantes rasgaron la coraza del mismo, permitiéndole
penetrarla de una patada.
¡No tocaréis a la mujer a la que amo!-pensó Shiena-¡Jamás!
Cuando Rito se hubo recuperado de
la herida de bala y ya se encontraba como si nada hubiera sucedido, se acordó
de una conversación que tuvo con su hermana.
.
. .
Ninpô – Fushikakuzei, el
despertar del inmortal.-dijo Seika-El poder que heredamos de los Yatsu y
compartimos con ellos.
Los dos hermanos se encontraban
en un aula vacía del instituto. Debatían sobre la naturaleza de su poder y su abanico
de aplicaciones.
¿Y si la regeneración es
energética?-Seika lanzó la cuestión al aire-A lo que me refiero es al hecho de
que, tal vez, nuestra capacidad regenerativa se deba a un tipo de energía
especial que emite nuestro cuerpo y que es capaz de atraer las partes de
nuestro cuerpo que se desprenden hasta juntarlas como si no hubieran sido
agredidas…
Suena plausible.-dijo Rito-Pero,
¿por qué estás de repente tan interesada en ese tema?
Porque…-respondió Seika-…la
energía no entiende de formas corpóreas…la energía sólo fluye.
Creo que te entiendo, pero, ¿a
qué te refieres exactamente?-preguntó el hermano.
He estado investigando y
experimentando al respecto…-susurró Seika.
La chica apretó los puños,
respiró hondo y abrió las manos como si dejara escapar a un pájaro. De sus
palmas comenzó a brotar una luz verde muy intensa.
.
. .
Deseando que acabara aquella
pelea tan injusta por números, Rito apretó los puños y tomó aire.
Ninpô – Fushikakuzei! . . .-exclamó.
(¡Arte ninja! ¡Despertar del inmortal!)
De sus puños comenzó a brotar luz
verde en grandes cantidades. Recordó todo lo que habló con su hermana y, tras
ello, las imágenes de sus padres se dibujaron en su mente, dándole una fuerza
que nadie pensaría que tenía.
No puede ser…-pensó Seika-…
¿¡va a hacerlo!?
¡Apartaos!-exclamó Seika-¡Dejad
espacio a Rito!
. . . Inochi no
Hikari!!!!!!!!!!!!!!!!!!-exclamó Rito.
(¡¡¡¡Luz de Vida!!!!)
Rito juntó las manos y dejó salir
de ellas un inmenso chorro verde de energía. Aquel impacto lleno de poder
redujo a cenizas a los robots a los que atropelló. Pivotando sobre una pierna,
el hercúleo Taimanin redirigió el chorro, describiendo un círculo con él y
limpiando el campo de batalla de toda máquina invasora. Cuando el haz de luz
llegó hasta Layla, ésta saltó tan alto que no sufrió ni un rasguño. Rito iba a
apuntar hacia arriba con su chorro, pero se interrumpió súbitamente: aquel
ataque era muy agotador.
Agh…-jadeó el joven.
¡Rito!-exclamó Yamiyuki mientras
agarraba a su amigo de los hombros-¿Qué te pasa?
Está bien.-terció Seika-Sólo
necesita descansar. No ha salido perjudicado de ese ataque…
¿Estás segura?-preguntó el líder
del equipo más grande.
Tan segura como de que esa
técnica es invención mía.-respondió la hermana taimadamente.
Layla dio varias palmadas lentas
simulando un aplauso después de aterrizar.
Buen trabajo lidiando con mis
robots.-dijo-Ahora… ¿qué tal si probáis conmigo?
Yamiyuki y Kuroageha se miraron y
asintieron.
¡TAIMANIN, AL ATAQUE!-gritaron
los dos líderes a coro.
Los diez guerreros se lanzaron en
tropel a por Layla, quien soltó una risotada y se limitó a lanzar una brutal
patada giratoria que, burlando los límites de lo físicamente posible, enganchó
a todos los atacantes y los lanzó volando por los aires. Sin duda, sus
larguísimas piernas contribuían a la realización de patadas tan impresionantes.
¡Es muy fuerte!-pensaron muchos de los caídos a la vez.
¿Pensabais que iba a ser un hueso
tan fácil de roer como mis subordinados?-les espetó la militar-¡No tenéis ni
idea!
Los Taimanin se levantaron.
Ignorando el daño sufrido, se pusieron de nuevo en guardia con las armas en las
manos.
Yamiyuki no ha soltado la nodachi
desde que volvimos de las instalaciones de los antiguos Neo-Nómadas…-susurró
Hagane.
Está, como se suele decir, hasta
la polla.-dijo Shirubei también susurrando-Es normal que esté deseando rajar al
personal…como yo también lo deseo.
Yamiyuki…-dijo Kuroageha en voz
alta-…sabes que no podemos permitirnos esto.
No…claro que no.-corroboró el
chico-Y menos desde que el resto de esos incordios de máquinas se están
moviendo en dirección a Gokuruma.
¿Se ha dado cuenta?-pensó Layla-¡Qué
sagaz! Pensaba que con los rastreadores ocultos en las máquinas podría
localizar esa maldita aldea, pero creo que no va a ser tan fácil…
Nos largamos.-pensó Rito mientras se recuperaba del ataque que
había lanzado-Yamiyuki nos va a decir que
nos vayamos, estoy seguro. Querrá que interceptemos a esos robots, pero seguro
que su meta principal es alejarnos de esa mujer…
Está bien, equipo.-dijo
Yamiyuki-Dejadme el resto. Id tras esos robots y machacadlos. Protejamos
Gokuruma.
Les daréis apoyo, chicos.-dijo
Kuroageha girándose hacia su equipo-Yo me quedaré con Yamiyuki.
Alguien tendrá que plantar cara a esta fresca teniendo en cuenta que
Yamiyuki no pega a mujeres...-pensó.
¿Seguro que es la mejor opción
dejaros solos contra esta mujer?-preguntó Shiena.
Lo es, creedme.-dijo
Kuroageha-Tengo más experiencia que vosotros, y no creo que estéis preparados
para combatir a Layla Phoenix. Será mejor que vayáis con el equipo Yamiyuki
para haceros cargo de las máquinas y asegurar Gokuruma…
Varios cuchillos llovieron del
cielo. Se clavaron entre los pies de los Taimanin, pero no hirieron a nadie.
No voy a esperaros…-dijo Layla-…
os mataré a todos si no os decidís.
Así no está bien, pero…-pensó Kuroageha-…a veces es necesario hacer las cosas un poco mal para evitar incurrir
en hacerlas aún peor.
Que esta sea la última vez…-pensó Yamiyuki-…no se merecen que los dejemos atrás cuando las cosas se ponen feas…son
tan Taimanin como nosotros…no estamos haciéndolo bien. Nos excusan las máquinas
invasoras, pero la próxima vez no habrá excusa…
Yamiyuki y Kuroageha se volvieron
hacia el resto.
¡TAIMANIN,
RETIRADA!-exclamaron-¡ES UNA ORDEN!
¡SÍ, CAPITÁN!-exclamaron Shirubei,
Hagane, Rito, Aoi e Inuhito.
¡SÍ, CAPITANA!-respondieron
Shiena, Seika y Veena.
Los ocho Taimanin se alejaron de
la plaza, tratando de seguir el rastro a las máquinas que se alejaban de forma
subrepticia de Amidahara. Yamiyuki y Kuroageha quedaron solos ante Layla.
¿Hasta cuándo tendremos que
cortar las alas de nuestros camaradas?-preguntó Yamiyuki con un deje de
amargura-Proteger está bien…reprimir no lo está.
Sólo un poco más, por favor…-pidió
Kuroageha-…vuestro entrenamiento especial está progresando. Cuando éste
termine, nunca más necesitaréis este tipo de estrategias, porque… seréis
invencibles.
Que así sea…-susurró Yamiyuki.
No hace noche para filosofar, ¿no
creéis?-los provocó la sargento.
Llevas razón…-dijo Kuroageha
mientras avanzaba hacia ella-…hace una noche perfecta para partirte la cara.
¡JA!-bramó Layla-Como si tuvieras
alguna oportunidad contra mí…
Mira y aprende.-dijo Kuroageha
guiñándole un ojo a Yamiyuki.
Sí…-añadió la militar-…mira y
aprende cómo tu amiguita es partida por la mitad de una patada.
Layla lanzó una patada giratoria
alta contra la cabeza de Kuroageha, quien se agachó ágil y elegantemente,
esquivando el impacto y poniéndose de nuevo de pie mientras giraba sobre sí
misma para levantarse con golpe de palma directo al esternón de su enemiga.
Ésta lo esquivó saltando hacia atrás, tras lo cual lanzó una patada frontal.
¡Agh!-gruñó Kuroageha tras
encajar el impacto.
¡Toma ésta!-bramó Layla.
La militar saltó, giró sobre sí
misma y liberó una patada giratoria descendente. Su pierna caía como un látigo.
¡HAH!-Kuroageha dejó salir un
grito de guerra.
Esquivó la patada y contraatacó
lanzando ella otra. La militar bloqueó la pierna de Kuroageha con la suya
propia, venciendo su fuerza y obligándola a retroceder. Siguieron
intercambiando patadas durante unos minutos, pero la Taimanin se vio obligada a
cambiar de estrategia, pues Layla no sólo bloqueaba sus patadas, sino que
también las desviaba demostrando una diferencia de fuerza más que notable.
Verás lo que es bueno…-susurró la
ninja.
Con una maniobra casi
sobrenatural, desapareció de la vista de la militar y apareció en su espalda,
desde donde disparó un manojo de dardos con su cerbatana como si de una
ametralladora se tratase. Sin ni siquiera volverse, Layla sacó el codo hacia
los dardos, dejando que éstos se clavaran en la codera romboédrica que llevaba.
Tras agitar el brazo para que los dardos cayeran al suelo, se lanzó a por
Kuroageha con un rodillazo aéreo. La rodillera metálica que llevaba impactó
contra las clavículas de la Taimanin, provocando que cayera al suelo.
Eres bastante débil, ¿lo
sabías?-se jactó Layla mientras oprimía los hombros de Kuroageha con sus
rodillas.
Eso quiero que pienses.-dijo
Kuroageha sin alterarse lo más mínimo.
Se escabulló del agarre de Layla.
Apareció encima de ella y le pateó el cuello, haciéndola rodar por el suelo
hasta chocarse contra una farola. Sin darle tiempo a reaccionar, apareció
frente a ella con una agilísima maniobra y la lanzó contra el otro lado de la
plaza con una elegante llave. La interceptó en la caída con varias patadas
giratorias altas y una última llave aérea con las piernas.
¿Decías algo sobre mi
fuerza?-preguntó la Taimanin mientras sujetaba a Layla contra el suelo con
ambas piernas.
Sí, que es escasa.-insitió la
militar levantando su pierna hasta fustigar con ella a su enemiga.
Kuroageha rodó por el suelo para
evitar el siguiente movimiento de Layla, que fue un pisotón. En el fragor del
combate, comenzaron a aparecer algunos robots de combate. Eran pocos, pero
aquello significaba un juego aún más sucio. Antes de que la joven ninja se
pudiera preocupar de ello, Yamiyuki ya había cortado en dos a los robots, que
empezaron a arder tras ser cortados.
No te preocupes.-dijo el chico
con seguridad.
¡No lo haré!-exclamó Kuroageha
motivada-¡Gracias!
Las dos mujeres comenzaron a
enzarzarse en otro intercambio de patadas mientras que Yamiyuki, como un
bailarín de fondo en aquel carnaval bélico, saltaba entre robot y robot para
acabar con ellos gracias a sus llamas y su espada.
¡Sus patadas no son rivales para las mías!-pensó Layla-¡La victoria es mía!
Entre patada y patada, Kuroageha
intercaló las cuchillas de su flauta y de su cerbatana, sorprendiendo a Layla y
obligándola a escudarse con los codos. Gracias al tamaño amplio de las coderas,
Kuroageha pudo aprovechar la reducción en el campo de visión de su contendiente
para colarse entre sus defensas y propinarle un rodillazo en el estómago. Tras
esto, le propinó dos cortes con sus cuchillas.
¡Maldita zorra!-gritó Layla
llevándose las manos a las heridas-¡Te haré sufrir!
Je…-Kuroageha se sonrió-…eres
mucho ruido y pocas nueces…
Ya lo veremos.-la amenazó
Layla-¡Te enseñaré mi especialidad: LOS CUCHILLOS!
La militar sacó puñados y puñados de cuchillos de diferentes estilos.
Los dos Taimanin esperaron que fuera a lanzarlos, pero no lo hizo de la manera
esperable, sino lanzándolos por los aires y pateándolos para que siguieran
trayectorias muy precisas.
Kick and Knife!-exclamó Layla
mientras lanzaba su ataque.
(¡Patear y apuñalar!)
Kuroageha comenzó a verse algo
apurada. Los cuchillos de Layla eran demasiado numerosos. Esquivaba algunos,
desviaba otros con los dardos de su cerbatana e irremediablemente sufría cortes
con otros.
Ya no eres tan presumida,
¿eh?-preguntó Layla mientras tiraba cuchillos a patadas contra Kuroageha.
No soy presumida…-dijo Kuroageha
mientras desviaba algunos puñales con las cuchillas de sus armas-…sólo soy
consciente de la gran persona que soy.
Cuánta modestia…-dijo Layla con
sarcasmo-…voy a tener que enseñarte una pizca…
La Taimanin lanzó chorros de
veneno con su poder especial. Sin darle demasiada importancia, Layla lanzó
también cuchillos contra Yamiyuki, quien no dudó en fundirlos en sus llamas.
No lo hacen nada, pero que nada mal…-pensó la sargento.
Yamiyuki reparó en lo
extremadamente fuerte que era Kuroageha: no era lo común que estuviera
aguantando así contra una persona como Layla, que podía levantar el peso de
diez personas con una pierna, ni siquiera para una Taimanin. ¿Sería su amiga
realmente más fuerte que él o que el resto de sus camaradas?
Si fuera un hombre, ya habría muerto.-pensó Kuroageha mientras se
despegaba de una pared contra la que Layla la había lanzado de una patada-Yamiyuki es invencible, pero, ahora mismo,
no puede hacer frente al líder enemigo, no sólo por el hecho de que es una
mujer, sino porque los robots no dejan de venir…
El combate continuó. La Taimanin
logró depositar un fuerte codazo en el esternón de Layla, por lo cual se
dispuso a tirarla al suelo con una llave.
¡HAAAAAAAAH!-gritó Layla.
Con una brutal patada, Kuroageha
volvió a salir expelida. A lo largo de la caída, la cola de su vestido desplegó
sus alas y reveló su forma de mariposa gigante.
. . .-Kuroageha se centró por un
instante.
Kick and Knife!-bramó Layla
mientras lanzaba más cuchillos a patadas.
La ninja esquivó los proyectiles
con una gran maniobra de agilidad, pero cometió un craso error en el que no
reparó hasta que no fue demasiado tarde: la militar había guardado un enorme
machete para ejecutar su ataque final. Lo lanzó a la altura del abdomen de
Kuroageha y lo pateó con la parte trasera del talón. Esta patada hizo que el
cuchillo se clavase profundamente en la barriga de la Taimanin, quien escupió
un chorro de sangre mientras sus ojos lagrimeaban.
¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGH!-gritó
mientras sentía que su consciencia se perdía.
¡Kuroageha!-exclamó
Yamiyuki-¡KUROAGEHAAAAAA!
¡Mierda!-pensó Kuroageha enfurecida a la vez que dolorida, provocando
que las lágrimas se convirtieran en un llanto de rabia-¡Mierda! ¡MIERDA! ¡MIERDAAAAAAAAA! Ahora que por fin había conseguido
capitanear un equipo y simultanearlo con la docencia…ahora que por fin iba a
reabrir mi bar…ahora que por fin todo iba bien…ahora…ahora…tengo que…acabar…así…
¡MIERDAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
Un violento muro de fuego separó
a Layla de Kuroageha. Yamiyuki agarró el cuerpo de su amiga.
¿No decías que no pegabas a
mujeres?-preguntó Layla-¡Casi me quemas viva!
Yamiyuki deshizo el muro de fuego
y provocó que se desperdigara en chorros de llamas que explotaron contra los
robots que quedaban presentes. Acto seguido, apuntó a la soldado con su
nodachi.
A las mujeres no.-dijo Yamiyuki-¡A
ti, sí! ¡Teme las consecuencias de lo que has hecho hoy, Layla Phoenix!
El chico se preparó para saltar
hacia la salida de Amidahara.
¿Te vas?-preguntó Layla-Conque
los Taimanin sois cobardes, ¿eh?
Tus provocaciones son inútiles
contra mí.-dijo Yamiyuki-La vida de Kuroageha es más importante que jugar
contigo. La pondré a salvo y, cuando me asegure de que todo está estabilizado,
materializaremos tus peores pesadillas.
Sólo sois palabrería…-dijo Layla
con desdén.
Espero que sigas teniendo ese
valor, esa entereza, ese orgullo, esa seguridad y esa fuerza tan hermosas para
repetirme eso la próxima vez que nuestros caminos se crucen.-dijo Yamiyuki antes
de desvanecerse en un estallido de llamas.
¡Las órdenes de Nioiko son
claras!-exclamó un observador desde una azotea-¡Layla Phoenix es el objetivo
más prioritario del bando estadounidense! ¡A por ella!
Unos hombres con armaduras
violetas cayeron del cielo, rodeando a Layla.
Vaya, vaya…-dijo Layla-…no sé
quiénes sois, pero no habéis venido a charlar, ¿verdad?
La militar arqueó una ceja.
martes, 24 de marzo de 2015
[TY] Episodio 39: Abriendo una puerta
TAIMANIN
YAMIYUKI
Episodio 39: Abriendo
una puerta
La celda transparente en la que
Belladonna era torturada se consideraba un lugar en el que no existía el
descanso. Los torturadores eran sombras moldeadas como arcilla, frutos del
poder mágico de Tigres Black. La noble demoníaca sufría torturas, humillaciones
y palizas a diario, de manera constante e ininterrumpida y con una cruel
regeneración gradual programada que mantenía su consciencia en todo momento.
Poco a poco, sus energías para pedir amnistía se apagaban, aunque bien era
sabido que Tigres no iba a dejarla morir fácilmente.
. . .-Belladonna no podía ni
jadear.
Un ruidoso y destructivo golpe
rompió su penosa rutina: la pared de vidrio que la separaba del pasillo central
del cuartel se había roto, fruto de un poderosísimo golpe.
. . .-la Mazoku intentaba
interpretar lo sucedido, pero a duras penas lo conseguía.
El enorme puño de Kazark,
enfundado en un guante metálico, había roto el vidrio de manera implacable.
Tras ello, el ogro sacó un enorme y pesado látigo metálico que bien podría
tener la anchura transversal de una garrafa familiar de agua. Fustigó a los
torturadores de oscuridad, deshaciéndolos con devastadores golpes. Tras varios
latigazos, los últimos torturadores que quedaban vivos se acobardaron e
intentaron alejarse del enorme ogro, pero éste apretó un botón de la empuñadura
de su arma e hizo que dicho látigo se enroscara sobre sí mismo hasta formar un
enorme garrote con púas gracias al cual aplastó al resto de sombras.
Ka…-balbució Belladonna-…zark…
Con un ligero golpe de su
garrote, el recién llegado rompió las ataduras de Belladonna, haciendo que
cayera de rodillas al suelo, desnuda y maltratada. La mujer se paró a pensar en
que su compañero le había salvado la vida dos veces: en la batalla final de
Gokuruma, donde casi muere apuñalada por Yamiyuki, y en aquel preciso instante.
Vístete.-dijo Kazark-No hay
tiempo: Tigres-sama volverá de un momento a otro. ¡Aprovecha ahora que se
encuentra ausente!
El ogro lanzó una granada contra
Belladonna. Contra todo pronóstico, la granada liberó una descarga de energía
demoníaca que curó las heridas de la mujer, otorgándole fuerzas para
levantarse. Sintió que podía volver a hablar.
Gracias, Kazark…-dijo Belladonna
con una humildad que nunca había profesado hasta aquel momento.
¡No hay tiempo!-insistió el
ogro-¡Nos vamos!
Belladonna chasqueó los dedos. Un
fuego azul la envolvió, regenerando sus ropas habituales. Se sentía una mujer
fuerte de nuevo.
¿Adónde vamos?-preguntó
Belladonna.
A cumplir una misión.-dijo
Kazark-Si Tigres-sama ve que el éxito ha venido también por tu ayuda, tal vez
considere perdonarte aunque la misión fuera para nosotros tres en un principio.
¿Tres?-preguntó la Mazoku.
La científica Kuritöö y el
Taimanin traidor Benibatsu aparecieron
desde el otro extremo del pasillo caminando firme y decididamente.
¿Ya estamos todos?-preguntó la
doctora-¡En marcha!
Sí…-dijo Benibatsu-…es hora de
hacer un poco de ejercicio. Llevo sin mover el esqueleto desde que esas arpías
me echaron de Gokuruma…
Los cuatro Mazoku echaron a
andar. Salir de los cuarteles generales de los Neo-Nómadas fue sólo el primer
paso de un viaje muy movido.
.
. .
Tras una larga caminata y varios
encontronazos con demonios salvajes menores, Belladonna, Kazark, Benibatsu y
Kuritöö llegaron a una cueva llena de poder mágico. No estaba oscuro, pues las
paredes rocosas estaban pobladas de cristales mágicos de diferentes colores que
poseían luz propia y brillaban con intensidad.
Aquí es.-dijo Kazark-Nuestra
misión comienza en este lugar.
¿De qué se trata?-preguntó Belladonna.
Aún no tenemos detalles, pero, al
parecer, Tigres-sama desea que alguien pueda acercarse al cuartel de los
Neo-Nómadas.-explicó el ogro-Es alguien a quien ya conoce y con quien ya tiene
hechos ciertos pactos confidenciales, por lo que he de suponer que será un buen
fichaje para nuestras filas. No obstante, ese alguien, cuya identidad no nos ha
revelado, no se encuentra en este mundo. Para permitir que venga, tenemos que
abrirle las puertas: el portal mágico que puede permitirle pasar está aquí,
pero está fuertemente sellado y custodiado. Nuestra misión consiste en derrotar
al custodio y romper el sello. Tu magia, Belladonna, sería idónea para el
sello, lo cual supone una de las principales razones por las que te he
liberado.
La orgullosa y noble dama asintió
con la cabeza. Aquel ogro, aunque duplicaba su tamaño, era mucho más joven que
ella, prácticamente un adolescente dentro de su raza y, aun así, la estaba
liderando en aquella misión. Decidió no darle más vueltas: se sentía muy
agradecida por estar sana y salva de nuevo.
Es una suerte que esta noche los
insoportables Taimanin estén ocupados con esos soldaditos de tres al
cuarto.-comentó Kuritöö-Seguro que así no vienen a molestarnos…
Llamarlos fue una gran
estrategia.-corroboró Benibatsu-Digna de Tigres-sama…
Avanzaron por el pasillo rocoso.
Llegaron a un ensanchamiento y, una vez dentro del mismo, tanto el hueco por el
que entraron como el que necesitaban atravesar para avanzar se sellaron con
muros mágicos.
Primera prueba…-dijo Kazark-…
¡preparaos!
Unos demonios enormes con forma
de lobos negros aparecieron en la estancia. Rodearon a los cuatro Neo-Nómadas y
comenzaron a moverse en círculos, mirándolos amenazadoramente.
Vaya unas bestias inútiles…-dijo
la científica con desdén.
Levantó su brazo derecho. Su mano
se convirtió en un larguísimo y pesado manojo de tentáculos que comenzó a
agitar para fustigar a las bestias, cuyos aullidos de dolor corroboraron la
efectividad del ataque. Con insistencia,
aquellos animales gigantescos trataron de lanzarse en picado hacia los
invasores, pero Belladonna se lo impidió bañándolos en un potente fuego azul.
Kazark los bateó con el garrote mientras ardían, rompiendo sus cuerpos en
pedazos.
Pan comido.-dijo Kuritöö
encogiéndose de hombros.
No tan rápido…-la advirtió
Kazark.
Los pedazos de los lobos que
habían destrozado comenzaron a aglutinarse hasta formar un lobo gigantesco.
Soltó una fuerte bocanada de aire, empujando a los cuatro invasores contra la
zona por la que habían entrado.
¡Mierda!-bramó Benibatsu.
¡Maldita bestia!-le espetó
Belladonna, que estaba recuperando paulatinamente su actitud desdeñosa.
La mujer de piel morena hizo
aparecer su arma con un estallido luminoso de fuego azul. Con una mano, la giró
sobre sí misma, liberando a la vez llamas, creando una pantalla redonda y
ardiente que cortó el chorro del aire.
¡Ahora!-exclamó Belladonna-¡Segad
su vida!
Benibatsu saltó salvajemente
hacia el lobo gigante y le hundió su musculoso brazo derecho entre los ojos con
un brutal puñetazo. La bestia comenzó a darse cabezazos contra las rocas,
aplastando a su agresor.
¡Benibatsu!-exclamó Kuritöö.
La científica se acercó a las
patas delanteras del monstruo y le hizo una zancadilla con una patada giratoria
baja en barrido, obligándolo a caer en el sentido de alejamiento con respecto a
la pared rocosa.
Ninpô – Ketton no Jutsu!-exclamó
Benibatsu.
(¡Arte ninja de la sangre!)
El ninja traidor sacó su brazo de
la hendidura que había abierto. La sangre que brotaba se convirtió en una
lluvia de esquirlas rojas que atravesaron el lomo del gigantesco lobo. Aun con
esto, la fiera interceptó al hombre de un zarpazo y lo lanzó contra el suelo.
¡Es persistente!-exclamó
Benibatsu mientras rodaba para amortiguar la caída.
No pasa nada…-susurró Belladonna-…ahora
que ha dejado de escupir aire… ¡no tengo que preocuparme de ninguna barrera!
¡TOMA ESTO!
Un rizo de fuego azul envolvió al
lobo, atando sus cuatro patas entre sí y tirándolo al suelo. Las llamas lo
abrasaban. Los aullidos de la bestia provocaban ingentes corrientes de viento.
¡Apartad!-exclamó Kazark.
Kuritöö, Benibatsu y Belladonna
se alejaron de la línea imaginaria que unía a Kazark con el lobo. El ogro sacó
un pesado cañón de mano con el que disparó varias veces, agujereando a la
bestia y acabando con su vida mientras las llamas azules de Belladonna
consumían su cadáver. Las barreras mágicas se deshicieron.
Avancemos.-dijo Kazark-No podemos
estar muy lejos de nuestro objetivo…
Los siguientes pasillos estaban
llenos de híbridos vegetales y animales con unas peligrosas tendencias
carnívoras.
¡Estas cosas no se acaban
nunca!-se quejó Belladonna mientras quemaba a los monstruos aprovechando su
parte vegetal.
¡Morid!-exclamó Kazark-¡Apartaos!
El joven ogro empuñaba una
especie de pistola de gran tamaño cuyos disparos causaban vibraciones
ultrasónicas que lograban la desintegración de los cuerpos. Kuritöö y Benibatsu
se miraron y asintieron.
Creo que con herir a dos será
suficiente…-dijo Benibatsu.
La científica asintió. Convirtió
su mano izquierda en dos tentáculos cortantes provistos de cuchillas en los
extremos y clavó cada una en un monstruo. De las heridas brotó sangre de forma
generosa.
Ninpô – Ketton no Jutsu!-exclamó
el traidor.
(¡Arte ninja de la sangre!)
Ambos chorros de sangre se
convirtieron en sendos abanicos de lanzas rojas que atravesaron a la totalidad
de los monstruos que poblaban los pasillos. Tras deshacerse de los cadáveres
que les impedían andar a buen ritmo, pudieron ver una luz intensa al final de
la galería en la que se encontraban.
¡La puerta que tenemos que abrir
está ahí!-exclamó Kazark-¡Vamos!
Cuando llegaron al origen de la
luz, se encontraron en una especie de plaza rocosa gigantesca. Los cristales de
colores que crecían allí eran mucho más puros y grandes que en el resto de la
galería. Había un portal enorme de luz azul en cuyo centro había un sello
mágico con un cierto tono verdoso.
¿Ése es el sello que tengo que
deshacer?-preguntó Belladonna.
El mismo.-respondió Kazark-No
obstante, el custodio no nos lo pondrá fácil…
¿El custodio?-preguntó
Kuritöö-Que venga si se atreve…
Desde luego que me atrevo.-dijo
una voz masculina desconocida.
Un chorro de viento de color
verde jade cayó en el centro de la estancia como un rayo. Los cuatro
Neo-Nómadas se vieron obligados a alejarse por la onda expansiva. En el seno de
aquel rayo apareció un hombre joven. Era muy delgado, de complexión fibrosa y
atlética, y muy alto: sólo Benibatsu y Kazark lo superaban en estatura. Su piel
tenía un deje de mínimo bronceado, y su cabello era blanco y corto, voluminoso
y alborotado, cubriendo su cuello y sin tocar apenas los hombros. Sus ojos eran
de color ambarino, y sus ropas eran oscuras y ajustadas. Vestía una chaqueta
corta de color negro violáceo con mangas largas y puños de volantes, unos
pantalones muy marcados a juego y unas botas altas negras con hebillas. Bajo la
chaqueta, un top de color frambuesa que dejaba ver desde sus costillas hasta
sus caderas. El forro interior de su chaqueta era blanco. En el lado derecho de
su cadera lleva prendida del cinturón una espada enfundada. Sus orejas eran muy
puntiagudas.
¿Quién es éste?-preguntó
Benibatsu-Parece un enclenque…
Soy Uro Oswald, custodio del
sello de los deportados.-respondió el recién llegado.
¿Oswald?-preguntó Belladonna-¿Del
clan de demonios guerreros?
Del mismo.-respondió Uro-Y tú,
por esos rasgos, debes de ser familia de Ingrid, ¿verdad?
Así es.-respondió Belladonna
desafiante.
He oído hablar de ti…Belladonna
Rubidium.-dijo Uro-Dicen que no eres tan fuerte como Ingrid. Mi hermana mayor,
Kishiria, puede medir sus fuerzas con la caballero Ingrid sin problemas. Es
auténticamente fuerte. En la familia Oswald, todos recibimos entrenamientos
como el de mi hermana y, aunque ella no esté aquí, yo, como hijo menor del
clan, estoy capacitado para haceros frente. La fuerza de mi hermana es mi
fuerza.
¿Esa maldita lianta?-preguntó
Belladonna-¿Te atreves a hablarnos de ella tan a la ligera? ¡Fue una lacra para
los Nómadas en su día!
¡No!-exclamó Uro ofendido-¡Los
Nómadas sois una lacra para los demonios! ¡No entendéis nada! ¿Qué os han hecho
los humanos? ¿Por qué no podemos coexistir, vivir en sociedad? ¡Sois unos
retrógrados! ¡No somos superiores! ¡Creernos superiores nos hace la escoria que
se creen que somos! ¡Ojalá pudiéramos salir afuera y contar ante el mundo que
no todos los demonios somos la basura que sois, malditos criminales!
¡DESCARADO!-bramó
Belladonna-Kazark, ¿lo matamos y rompemos el sello?
De eso se trata.-afirmó el
ogro-No obstante, tened cuidado, Uro Oswald no será un oponente fácil.
Y menos si tengo la oportunidad
de deshacerme de vosotros, malditos remanentes de los Nómadas…-dijo Uro.
¡Acabaré el combate con un único
ataque!-exclamó Kazark-¡Cubridme!
El ogro sacó un cañón enorme que
tuvo que asir con las dos manos. Lo accionó y comenzó a cargarse lenta pero
amenazadoramente. Entendiendo lo que el líder de la misión quería hacer, los
otros tres Mazoku se lanzaron a por el guardián del sello.
¡Preparaos!-los amenazó Uro.
Con una elegante patada
giratoria, desvió a Benibatsu. Acto seguido, encadenó dos patadas para apartar
de su camino a Belladonna y a Kuritöö.
¿Ni siquiera desenfundas tu
arma?-preguntó Belladonna mientras asía su bastón con pesos-¿Te burlas de
nosotros?
Yo sólo actúo según mis
necesidades…-dijo Uro arqueando una ceja.
¡Insolente!-bramó Belladonna,
cuya pedantería parecía haber enterrado su humildad tras la tortura-¡Te vas a
enterar!
Ninpô – Kinniku no Jutsu!
Ashi!-exclamó Benibatsu.
(¡Arte ninja de los músculos! ¡Piernas!)
Benibatsu transformó sus piernas
en dos ingentes estructuras de salto y se lanzó a por Uro, atropellándolo con
una coz aérea. En respuesta a esto, Kuritöö lo embistió con un manojo de
tentáculos trenzados sobre sí mismos formando una especie de lanza, tras lo
cual Belladonna lanzó un chorro de fuego azul. El custodio del sello se deshizo
de las llamas agitando vehementemente su cuerpo y, acto seguido, se lanzó a por
sus enemigos. Girando con mucha elegancia sobre sí mismo, encadenó varios
golpes con los cantos de las manos contra Kuritöö. Acto seguido, embistió a
Belladonna con una rapidísima sarta de patadas con la pierna izquierda y, tras
ello, utilizó la pierna derecha para golpear a Benibatsu con una patada
giratoria, pero las piernas de ambos chocaron y, dado que el ninja traidor
tenía todo su exceso muscular concentrado en las piernas, éste ganó el forcejeo
y tiró a Uro al suelo.
Ninpô – Kinniku no Jutsu!
Ude!-gritó Benibatsu.
(¡Arte ninja de los músculos! ¡Brazos!)
Los brazos de Benibatsu se
convirtieron en dos enormes vástagos de músculo. Saltó entonces hacia Uro y le
cayó encima con ambos codos, haciendo un boquete en el suelo con su cuerpo.
Estoico, el custodio aprovechó que el pecho de Benibatsu había perdido músculo
para apartarlo de una patada en dicha zona. Tras ello, se levantó y se preparó
para esquivar los ataques de Kuritöö y Belladonna, que trataban de lanzar un
puñetazo y un mazazo respectivamente.
El arma de ese ogro parece muy peligrosa…-pensó Uro-…será mejor que ponga fin a esto cuanto
antes…
Uro desenvainó su espada. Era
larga, de un único filo, con enjoyes rojos en la empuñadura y un recubrimiento
negro violáceo recubriendo la parte roma. Se lanzó entonces a por los
invasores. Su estilo de esgrima era mixto y versátil: combinaba técnicas a una
mano con técnicas a dos manos, y podía alternarlas con gran facilidad. Tras
varios ataques, los Neo-Nómadas comprendieron que Uro no era un espadachín
cualquiera y que les iba a costar mucho vencerlo.
¡HAAAAAAAAAAAAH!-gritó el demonio
protector mientras lanzaba una estocada.
Kuritöö interpuso un tentáculo
cortante con forma de hoz entre la espada y ella, protegiéndose del impacto.
Sin perder un segundo, Uro se lanzó a por Belladonna, quien paró el golpe con
su bastón. Sin insistir, saltó hacia Benibatsu, quien por fin sacó su doble
guadaña y decidió cruzar aceros. Al ver que los tres enemigos lo habían
bloqueado, Uro saltó y, entre piruetas, se alejó de ellos. Tras esto, concentró
una energía de color verde jade en la hoja de su espada.
¡Espada del Viento
Cortante!-exclamó.
Agitó su espada. Unos afilados
chorros de viento ondearon hacia los Neo-Nómadas, cuyos bloqueos se vieron
burlados y se encontraron en la obligación de saltar, no sin antes llevarse
algunos cortes.
Ninpô - Ketton no Jutsu!-gritó Benibatsu.
(¡Arte ninja de la sangre!)
La sangre de las heridas de
Benibatsu salió disparada en forma de anillos cortantes. Tras arreciar contra
Uro, la sangre volvió a las heridas, aunque éstas no cicatrizaron.
¡Aprovechad!-exclamó Benibatsu.
Belladonna lanzó una maldición de
ralentización, mermando la agilidad del rapidísimo custodio. Kuritöö aprovechó
esto para saltar hacia él, estrangularlo con las piernas y catapultarlo hacia
el suelo con un giro de cadera.
¡Lo tenemos!-exclamó la
científica.
¡De eso nada!-bramó Uro.
El chico alzó sus piernas y
agarró a Kuritöö del cuello con ellas. Haciendo un movimiento de catapulta similar
al de su enemiga, se la quitó de encima y se levantó. Lanzó entonces una oleada
de viento cortante contra Kazark para impedir la carga de su arma.
¡NO!-exclamó Belladonna.
La noble se interpuso, creando
una pantalla de fuego. Ésta saltó en pedazos al encontrarse el avasallador
poder mágico de Uro. Pasó sorprendida más tiempo del permisible, por lo que el
custodio se colocó en su espalda y la pateó repetidamente de nuevo. Tras
lanzarla contra Kuritöö con una última patada, se dirigió a Benibatsu con
determinación. El sablazo del custodio se escabulló de los entresijos de la
doble guadaña del traidor y le perforó un pectoral.
¡Agh!-gruñó el antiguo Taimanin
mientras su herida sangraba.
Para evitar que Uro se ensañase
con Benibatsu, Kuritöö se incorporó y le lanzó una jeringuilla cuyo contenido
era desconocido para todos los demás. El
viento cortante la desintegró a mitad del vuelo, pero le llevó al demonio
protector el suficiente tiempo como para permitir que el guerrero traidor
convirtiera la sangre de su herida en un lazo que le ató la espada y la mano,
impidiendo que atacara con ellas.
¡YA ESTÁ!-gritó Kazark-¡La carga
ha terminado! ¡Apartaos!
Un aro mágico rodeó a Uro:
Belladonna lo estaba aturdiendo con magia. Paralelamente, Kuritöö lo ató con
una maraña de tentáculos que se separaron fácilmente de su cuerpo y Benibatsu
lo reforzó con una malla de hilos de sangre. Tras aquella triple atadura, los
Neo-Nómadas saltaron hacia atrás y dejaron que Kazark disparase: un chorro de
energía blanca azulada arrolló al custodio, desintegrando los tentáculos y la
sangre, que volvió al interior de Benibatsu en forma de aerosol. Cuando el humo
del impacto se hubo disipado, sólo quedaba el cuerpo inconsciente de Uro.
¡Uro!-exclamó una voz algo
asexuada y desconocida-¡UROOOOOOOOOOO!
¡Había alguien detrás del
guardián todo este tiempo!-exclamó Kazark-¡Maldita sea! ¡Tras él!
Benibatsu y Belladonna se
adelantaron hacia el origen de la voz, pero el dueño de la misma ya había
desaparecido sin dejar rastro.
Maldición…-siseó Kuritöö-…esto
puede tener consecuencias negativas…
Pagaréis por esto, maldita escoria Nómada…-pensó el observador
desde una gran altura.
¡Da igual!-concluyó el
ogro-¡Hemos cumplido la mitad de nuestra misión! ¡Cargaremos con el cuerpo de
Uro hacia los cuarteles para experimentar con él posteriormente! Es el momento
de romper el sello para que el contacto de Tigres-sama pueda venir…
¡Belladonna!
Así que vuestros cuarteles, ¿eh?-el observador maquinaba-No soy fuerte, no soy suficiente, pero…
¡lograré que os arrepintáis de lo que le habéis hecho a mi amado Uro!
Belladonna preparó un conjuro.
Tras recitar unas palabras y apuntar con sus manos y su bastón al sello, éste
se deshizo, liberando un chorro de energía que indicó que el portal estaba
abierto de par en par.
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