TAIMANIN
YAMIYUKI
Episodio 13: Una
mariposa emponzoñada
Varios mercenarios montaban guardia en la entrada de aquel
edificio. Ninguno de ellos parecía inquieto ni preocupado por nada: al
contrario, se encontraban bastante contentos y muy orgullosos.
¡Por fin hemos cazado a esos renacuajos Taimanin!-comentó
uno de los mercenarios-¡Entre la caída de Gokuruma y la captura de los seis
jovencitos, nuestra guerra está casi ganada!
Je…-rió su compañero-…será coser y cantar a partir de ahora.
Pronto tendremos a esas mujeres obscenamente voluptuosas chupando nuestras
pollas de nuevo, como en los viejos tiempos… ¡JAJAJAJAJAJA!
No veo la hora de follarme a la líder.-comentó otro de los
mercenarios-¡Dicen que la han violado tantas veces que ya deja entrar a
cualquiera! ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!
Hablar así de
Asagi-sama no va a ayudaros en la situación en la que os encontráis.-una
voz resonó en las cabezas de todos los mercenarios.
¿Quién va?-preguntó el primero que había hablado a la vez
que desenvainaba su espada.
La muerte…-la voz
volvió a susurrar.
¿Dónde ha podido esconderse para hablar y que oigamos su
voz?-preguntó otro mercenario, también con la espada en la mano.
Es extraño…-comentó otro de los mercenarios-…no siento que
esté utilizando mis oídos…más bien interpreto la voz dentro de mi cabeza…
¡ARGH!-bramó un mercenario.
Sus compañeros se giraron hacia él. Tenía un dardo clavado
en el cuello. Una toxina parecía estar extendiéndose por su cuerpo, tiñendo su
piel de color morado grisáceo. A gran velocidad, comenzaron a clavársele más
dardos alrededor del cuello, algunos en la frente y uno en cada ojo, haciendo
que explotaran a la vez que de sus orejas salían chorros de sangre a presión.
¿Qué ha sido eso?-preguntó, alarmado, uno de los mercenarios
que había allí mientras veía cómo se desplomaba el cadáver de su compañero.
Miraron instintivamente hacia arriba. Era de noche y no
podían ver gran cosa…salvo una mariposa muy grande bajando hacia ellos. Sus
hermosas alas verdes ondeaban en el viento como si fuesen de tela. A la vez que
aquel lepidóptero de gran tamaño bajaba, los dardos arreciaban contra los
mercenarios en puntos estratégicos como si fueran una lluvia maldita. El veneno
consumía rápida y dolorosamente a los afectados, como un fuego despiadado y muy
vivo.
¡Mierda!-gritó uno de los pocos mercenarios que no había
recibido el impacto de un dardo-¡Avisad a los refuerzos! ¡Corred!
¡AAAAAAAAAAAAAARGH!
Mientras otro mercenario pedía refuerzos, el que acababa de
hablar vio llegar el fin de sus días. Los dardos se clavaron estratégicamente
en sus tímpanos entrando por sus pabellones auditivos. La sangre comenzó a
chorrear por su nariz mientras caía muerto.
Que vengan todos los
que quieran…-la voz volvió a resonar-…los
que quieran morir aquí y ahora.
La mariposa aterrizó en el suelo grácil pero firmemente. Su
cuerpo era negro, y sus alas verdes se desplomaron sobre el suelo, revelando un
dorso también negro. La figura se alzó, revelando una estatura más que notable.
Tenía una complexión hermosa y atractiva: la mariposa hecha mujer. Aquellas
hermosas alas verdes de la destrucción y el veneno no eran más que las largas
colas de un vestido de combate con forro interior en color verde eléctrico. Con
un patrón ceñido y ajustado, sin mangas, con guantes y botas de tacón a juego,
aquella dama enfrió el ambiente con su mirada. Si la asolación por el veneno no
era suficiente, la acusada palidez de su piel y el brillo asesino de sus
rasgados ojos de color negro azulado terminaron de congelar las mentes de los
mercenarios. Su cabello, negro, largo y lacio, se mecía con el viento de manera
sensual y emitía un aroma fragante. Llevaba algunos adornos y accesorios de
color verde eléctrico, así como partes metálicas a la vista.
¿Quién eres tú?-preguntó el único mercenario que quedaba
vivo mientras cruzaba los dedos para que llegaran los refuerzos.
Para ti…-susurró la mujer fríamente-…Taimanin Kuroageha.
. . .
¡HAAAAAAAAAAAAAH!-Shirubei se lanzó en una vigorosa
embestida aérea con una patada.
¡YAAAAAAAAH!-el seco grito de Yamiyuki acompañó su
inquebrantable bloqueo.
¡Déjanos seguir!-gritó Inuhito mientras apuntaba a Yamiyuki
con sus puños-¿Qué mosca te ha picado?
¡Os detendré!-bramó el líder-¡Aunque sea lo último que haga,
tengo que impedir que salgáis vivos de esta sala!
Jamás pensé que nos traicionarías…-dijo Aoi cabizbajo.
¡Es inútil intentar razonar!-dijo Rito-Lo conocemos
demasiado bien…tiene el brillo de la muerte en sus ojos…
¡Le haremos entrar en razón!-exclamó Hagane-¡En guardia!
El chico se lanzó con sus abanicos abiertos hacia el que
consideraba su líder. Éste agarró un cuchillo kunai y paró los dos golpes que
dirigió hacia él.
Je…-Yamiyuki se sonrió.
¡Así me gusta!-les gritó Belladonna desde la
pantalla-¡MATAOS! ¡DESTROZAOS ENTRE VOSOTROS! ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!
¡Vamos, Yamiyuki!-bramó Rito-¡Si quieres desentenderte de
nosotros, te respetamos, pero déjanos hacer nuestro trabajo!
Dirigió una patada baja hacia el chico, quien la paró
agarrando la pierna del musculoso Taimanin con una mano.
. . .
¡Refuerzos!-exclamó el mercenario, cuyo cuerpo estaba a
punto de explotar por el veneno-Es…peligrosa…
Llegaron muchos mercenarios y rodearon a Kuroageha, cuyas actividades
como Taimanin habían permanecido ocultas hasta aquel momento.
Cómo me alegra que hayáis venido…-dijo la chica-…así podré
acabar con todos vosotros. Vais a pagar todo lo que habéis hecho, empezando por
el intento de revivir a los nómadas, continuando con la invasión de nuestra
tierra sagrada y terminando con lo que le habéis hecho a mi bar… ¡escoria!
¡A POR SU CABEZA!-gritaron varios mercenarios a coro.
Aquel variopinto grupo formado por hombres y mujeres que
portaban los uniformes morados de los mercenarios Mazoku se lanzó a por
Kuroageha, que se encontraba en el centro del cerco que habían formado.
Morid.-siseó la joven.
Con gráciles y hermosos movimientos, comenzó a golpear sin
piedad a los mercenarios. No se movía como una guerrera ninja a pesar de serlo,
sino que utilizaba movimientos propios de las artes marciales chinas. Sus
hermosos movimientos, sus cambios de postura, sus golpes de palma, los embates
con los dorsos de las manos, con las puntas de sus dedos…un auténtico
despliegue de poder en un intercambio salvaje de golpes en el que ninguno de
los mercenarios parecía tener posibilidad alguna. Cuando los mercenarios
comenzaron a juntarse frente a la joven en lugar de rodearla, ésta pensó en una
jugada definitiva.
Ninpô – Dokuton no Jutsu! Dokudoku no Donten!-exclamó
Kuroageha.
(¡Arte ninja del
veneno! ¡Nube Tóxica!)
Mientras hacía un sello ninja con los dedos de la mano
derecha, la chica vio cómo una nube de humo violeta rodeaba a los mercenarios,
que se vieron obligados a respirarla y comenzaron a caer al suelo, doloridos y
extenuados. El veneno los mataría más lentamente que el de los dardos. Hecho esto, corrió hacia la puerta de entrada
al edificio. Una vez consiguió entrar, las luces del recibidor, que estaba a
oscuras, se encendieron. Varios mercenarios más se lanzaron al ataque, esta vez
acompañados de perros demoníacos.
No os vais a cansar, ¿verdad?-preguntó la chica-Vuestros
intentos de frenarme son fútiles…
La esbelta y voluptuosa Taimanin sacó su arma personal.
Parecían dos espadines, y llevaba uno en cada mano. Uno de ellos era negro y
tenía en el extremo una cuchilla verde con forma de mariposa. El otro era verde
y tenía en el extremo una cuchilla negra con forma de mariposa. Los dos eran
del mismo tamaño y tenían en la parte por la que eran agarrados unos
estrechamientos parecidos a boquillas.
Conforme los mercenarios se acercaban, Kuroageha los combatió cuerpo a
cuerpo destrozando sus espadas con sus cuchillas, las cuales posteriormente usó
para desgarrar los torsos de aquellos hombres y mujeres tan insistentes. Los
perros eran rápidos y fieros, pero conseguía esquivar sus ataques en salto. No
obstante, para asegurar su avance, se llevó el espadín negro a la boca. Rodeó
el estrechamiento con sus labios y sopló. Del otro extremo, que poseía una
oquedad oculta, salió disparado un dardo venenoso que se clavó entre los ojos
de uno de los perros, el cual comenzó a sufrir espasmos hasta caer muerto:
aquel espadín era una cerbatana, y no parecía andar escasa de munición con
tantos dardos venenosos. De un momento a
otro, comenzó a haber más perros que personas…tal vez los encargados de la
seguridad pensaban que serían más eficientes para matar a una Taimanin. No
obstante, la sagaz, inteligente y aparentemente sanguinaria joven conocía muy
bien las peculiares características del oído de un perro…
Ninpô – Ototon no Jutsu!-exclamó.
(¡Arte ninja del
sonido!)
Se llevó a la boca el espadín verde. Comenzó a soplar a la
vez que palpaba diferentes puntos de dicho objeto: se trataba de una flauta y,
gracias a su poder ninja, estaba emitiendo unas ondas ultrasónicas amplificadas
que estaban haciendo que los cerebros de las bestias se saturasen mientras
enloquecían y se atacaban las unas a las otras. En medio del caos, la chica
lanzó varias agujas senbon a los pocos supervivientes, viéndose al fin sola al
cabo de unos minutos.
Por fin…-se dijo antes de avanzar.
Miró a su alrededor. Estaba todo lleno de cámaras, pantallas
y demás elementos muy bien comunicados. Si su información era correcta, incluso
en las columnas que decoraban el recibidor podría encontrar un punto en el que
ejecutar su plan…así que miró una de ellas y, en efecto, encontró un pequeño
cuadro eléctrico oculto en la base. Arrancó la tapa sin muchos problemas
gracias a su fuerza y un hábil manejo de un juego de ganzúas del que nunca se
separaba. Una vez abierto, vio que el cuadro contenía más elementos
electrónicos que eléctricos, y parecía un interfaz de comunicaciones más que un
sistema encargado del estudio energético del local. Había algunos puertos
vacíos en los que se podían conectar ciertos dispositivos.
Vamos allá…-dijo Kuroageha.
Sacó de un bolsillo oculto una tarjeta electrónica de tamaño
mediano. De ella colgaba un cable macho con el que pudo ocupar un puerto de
aquel cuadro. Sólo tendría que apretar un botón de la tarjeta y su misión
habría finalizado…si todo salía bien.
Las máquinas no son mi
especialidad…-pensó Kuroageha-…si
falla algo, estaremos en un lío. No obstante, esto me lo han dado unas manos
demasiado hábiles como para que falle…
. . .
¡VAMOS!-bramó Belladonna a punto de perder la paciencia-¡NO
OS HABÉIS HECHO DERRAMAR NI UNA GOTA DE SANGRE LOS UNOS A LOS OTROS!
De pronto, se generaron unas interferencias en una de las
pantallas. Belladonna fue expulsada del dominio de dicho dispositivo y en su
lugar apareció el hermoso y exótico rostro de alguien muy conocido y apreciado
por todos los presentes: Kuroageha.
¡Ah, ya está!-exclamó la chica sonriendo-¿Qué hay de nuevo,
mis más queridos clientes?
¡Kuroageha!-exclamaron los seis a coro, sonriendo.
¿QUÉ ES ESTO?-bramó Belladonna desde otra pantalla.
Cierra la boca, bruja, esto no es asunto tuyo.-le espetó
Kuroageha dirigiéndole una mirada asesina-¡Chicos, escuchad! ¡He localizado a
los rehenes! ¡Están a salvo! ¡No he podido acercarme a ellos, pero sí mandarles
veneno! ¡Veneno para sus enemigos, por supuesto! Ahora mismo tienen una nube
tóxica protegiéndolos que impedirá que nadie se les acerque…y no se disipará
hasta que no vaya yo a hacerlo. ¡Despreocupaos! ¡Están todos a salvo! ¡Podéis
actuar a conveniencia!
Los seis Taimanin se miraron y se sonrieron los unos a los
otros.
¡Por fin podemos dejar de fingir!-exclamó Hagane con una
sonrisa de oreja a oreja.
¿Fingir…-Belladonna parecía al borde de la ira.
¡Por supuesto!-exclamó Yamiyuki henchido de orgullo-Con sólo
una mirada han sido capaces de entender lo que estaba pasando conmigo. ¿Piensas
que en las prácticas diarias de artes marciales entre nosotros no nos lanzamos
golpes, nos bloqueamos y esquivamos mutuamente? ¡Hemos hecho ejercicios mucho
más intensos y duros en una mañana normal de entrenamiento! ¡Nunca nos hemos
sentido tan ilesos durante una misión! ¡Has caído en la trampa, Belladonna
Rubidium!
¡Malditos seáis!-chilló Belladonna.
Y bendito sea el día en que nos apuntamos a teatro de
pequeños.-dijo Inuhito entre risotadas-Los seis juntos llevábamos a cabo obras
muy divertidas… ¡como la que acabamos de hacer ahora! ¿Crees de verdad que
llamaríamos “traidor” a Yamiyuki, arpía?
No, mejor: -le corrigió Shirubei- ¿Crees que Yamiyuki nos
traicionaría en algún momento? ¡Has jugado inteligentemente, pero has sido muy
ingenua!
¡Somos tanto o más estrategas que guerreros!-se unió
Aoi-¡Los Taimanin venceremos allá donde haya un solo demonio dispuesto a
perturbar la paz!
¡Eso es!-bramó Hagane-Y la pregunta del millón: ¿PODEMOS IR
A MATARLA?
Una enemiga de este calibre no merece menos.-coincidió
Rito-Démosle un final acorde a su actuación.
Claro que podéis ir a matarla.-intervino Kuroageha-La
decisión, no obstante, está en manos de vuestro líder.
No sin antes haber asegurado que todo el mundo sale de aquí
sano y salvo.-respondió Yamiyuki-Kuroageha, dile a Veena que se lo agradezco
enormemente.
¿Así que tú la instaste a llamarme por teléfono?-preguntó
Kuroageha-¡Es impresionante cómo esa chica se acuerda de mi número sólo porque
me oyó dárselo a Seika en el Nishi!
Los siete estaban charlando de manera animada como si estuvieran
en un bar, ignorando por completo a Belladonna, tanto más cuanto más notaban
que ésta se enfurecía.
¡MALDITA ESCORIA TAIMANIN!-bramó Belladonna-¡VOY A ACABAR
CON VOSOTROS!
¡Evacúa a todo el mundo, por favor, Kuroageha!-pidió
Yamiyuki-¡Yo me encargo de lo demás!
¡NO!-chilló Belladonna-¡NUESTRO PLAN! ¡MALDITA SEA!
¿Sabes una cosa, bruja?-preguntó Kuroageha a través de su
pantalla-Tu plan no ha estado tan mal…os habéis cargado mi bar. Créeme cuando
te digo que me estoy dirigiendo a tu ubicación ahora mismo para patearte el
culo. ¡ZORRA! ¡Era un negocio de vida! ¡Era mi felicidad y mi orgullo! ¡TE VAS
A ENTERAR! ¡PAGARÁS POR ELLO! ¡TE HARÉ SUFRIR!
¡MUERTE A LOS DEMONIOS!-bramó Shirubei-¡VIVAN LOS TAIMANIN!
¡VIVAN LOS TAIMANIN!-gritaron los siete a coro.
Aún no he dicho mi última palabra.-dijo Belladonna con
serenidad antes de cortar las comunicaciones.
. . .
En cuanto me asegure de que los críos salen de aquí…-se dijo
Kuroageha-…voy a buscar a esa zorra y le voy a arrancar la piel a tiras.
Tras sabotear las comunicaciones, se guardó la tarjeta y se
dirigió a la ubicación de los rehenes, la cual había averiguado gracias a un
mapeado digital incluido en el software
de dicha tarjeta. Le costó varios paseos llegar hasta el lugar, pero por fin
encontró la sala: una nube de veneno y varias bestias muertas. Los alumnos
estaban a salvo.
¡Kuroageha-sensei!-exclamó Veena al verla.
Kuroageha disipó todo el veneno y se acercó a los alumnos.
Veena Idaiyar…-dijo la joven-…muy buen trabajo. Has
demostrado ser valiente, fuerte y ágil en cuerpo y mente…como una verdadera
Taimanin…como la Taimanin que te queda poco para ser. Enhorabuena, tendrás tu
recompensa. Yamiyuki me pidió que te diera las gracias.
Oh…-dijo Veena-…no ha sido nada. Soy yo quien debería darle
las gracias por darme el coraje suficiente…
Podréis hablar, no te preocupes.-dijo Kuroageha-En cualquier
caso, ¿estáis todos bien? Voy a sacaros de aquí. ¡Volvemos a casa!
La hermosa Taimanin rompió el vidrio de una patada. Las
grietas se transmitieron como una especie de efecto dominó hasta lo más alto y
así liberó a los estudiantes.
Para los que no me conozcáis…-dijo-…soy la profesora
Kuroageha. Tengo un permiso de excedencia en mi actividad docente, pero creo
que voy a reincorporarme para la guerra que se avecina. Además, ya no tendría
trabajo de no hacerlo…
¿Cómo vamos a salir de aquí?-preguntó uno de los
estudiantes.
Inteligencia me ha dado las pautas.-dijo Kuroageha con
intención de calmar los nervios de los chicos y chicas-Cerca de aquí hay una
salida de emergencia que da a la calle. Saldréis por ahí.
Les hizo un gesto para que la siguieran. Se toparon con una
pesada puerta metálica. Hizo entonces un gesto para que todos pararan mientras
ella forzaba todas las cerraduras con sus ganzúas.
Kuroageha-sensei…-se aventuró a decir una chica-… ¿por qué
ha dicho “saldréis”? ¿Usted no viene con nosotros?
Me encantaría acompañaros, pero tengo algo más que hacer
aquí.-explicó-No te preocupes, volveremos a vernos. ¡La puerta ya está abierta!
Con sólo sus brazos, Kuroageha tiró del pesado portón y
reveló una salida. Podía verse la acera, un tramo de la calzada y varios
edificios contiguos.
¡Sois libres!-exclamó la profesora.
Disculpe…-otro alumno dubitativo se lanzó a hablar-… ¿cómo
vamos a volver a Gokuruma si no sabemos dónde estamos?
He pensado en ello.-Kuroageha respondió con una
sonrisa-Ellos lo saben.
En la salida, estacionados en la acera, había varios
vehículos. Varios automóviles de gran tamaño y muchas plazas esperaban.
¡Jefa!-exclamó uno de
los conductores con lágrimas en los ojos-¡Ha sido todo culpa nuestra!
Lo sentimos tanto…-lo apoyó una conductora.
No es momento para lamentarse.-los cortó Kuroageha-Aún
podéis hacer algo grande, enorme: llevar a estas víctimas de secuestro a la
seguridad de nuestros dominios. Yo no estuve ahí para proteger mi propio
negocio: sería yo quien tendría que lamentarse, pero… ¡no hay tiempo!
Los conductores eran los camareros de Kuroageha, los
Taimanin que no habían podido vencer a Delphine. A pesar de sus heridas, habían
hecho acopio de fuerzas y habían seguido las órdenes de su jefa. Con unos
vehículos dotados de GPS y comunicaciones, no sería difícil volver a casa.
Veena fue la última en ocupar una plaza.
Gracias por todo…-dijo-…si no llega a ser por usted,
podríamos haber muerto.
Es mi trabajo como Taimanin.-respondió Kuroageha-No tienes
que agradecerme nada. Os agradezco a vosotros que estéis vivos. Habla mucho con
Seika cuando vuelvas…ha llorado mucho por ti, aunque no creo que quiera que lo
sepas. Tienes una amiga muy valiosa: protégela y dale la ayuda que necesita
para terminar de florecer.
Así lo haré.-dijo Veena mientras asentía emocionada.
Buen viaje.-dijo Kuroageha a modo de despedida.
Los vehículos no tardaron en arrancar y alejar a todos los
secuestrados de aquel lugar tan peligroso.
Y ahora…-se dijo Kuroageha-… ¡a por esa puta!
Todo mi programado y estudiado MUAHAHAHAHA.
ResponderEliminarEn fin, por un lado me gusta que Kuorageha no grite, como que le hace parecer más perversa. En cuanto a mis chicos... Son los mejores ¬¬
¡Bienvenida de nuevo! Espero que hayas leído también los episodios 11 y 12 y te hayan gustado. Se acerca lo grande...
Eliminar¡Y gracias por comentar siempre!