TAIMANIN
YAMIYUKI
Episodio 14: Cuando
el viento lleva cinco pétalos
Belladonna irrumpió en una sala de mandos.
¡Os vais a enterar!-gritó encolerizada.
Oprimió fuertemente un botón. Un temblor en el suelo le dio
el aviso de que la orden había sido recibida.
No escaparéis con vida…-susurró la Mazoku.
Se escucharon explosiones. El edificio se estaba
segmentando. Pronto quedaría reducido a lascas de la altura del complejo que no
tendrían problemas para derrumbarse.
Veamos cómo lidiáis contra un edificio arrancándoos los unos
de los otros…-continuó hablando sola Belladonna.
. . .
Los seis Taimanin corrían por el edificio. Un fuego salvaje
se extendía por los pasillos. Además, muchos tramos de techo reventaban y
dejaban caer cascotes calientes y llamas que fluían como chorros. Mientras las
estructuras se agrietaban emitiendo un sonido estridente y amenazador, también
se generaban unos campos de energía de color azul semitransparente que seguían
una línea poligonal.
¡Me parece que no vamos a poder ir a por la rubia después de
todo!-comentó Inuhito.
Ya caerá.-comentó Shirubei mientras esquivaban los fuertes
impactos producidos por la autodestrucción del edificio.
Es extraño…-reparó Aoi.
¿Por qué?-preguntó Hagane, que estaba a su lado.
Yo también lo he notado…-concedió Rito-…no conocemos el
patrón que están siguiendo estos golpes tan fuertes de destrucción, pero
parecen llevarse muy bien con la gravedad natural. ¿Era eso lo que ibas a
decir, Aoi?
Me has leído la mente.-respondió el chico de cabello azul-El
edificio se va al garete, sí, pero no para que se derrumbe, sino para que… ¿se
separe?
No podía esperarse menos del ingeniero del equipo.-lo elogió
Yamiyuki-En efecto, la arquitectura del edificio está siendo estratégicamente
destruida para que se creen fragmentos verticales capaces de aguantar su peso
pero generen en ellos distancias insalvables. Parece que quieren separarnos y,
lo que es más, quieren que no volvamos a juntarnos: esas pantallas energéticas
de color azul serán impenetrables con casi total seguridad.
En ocasiones, no era obvio entender si Yamiyuki estaba
siendo humilde o no. Lo que estaba claro era que sentía un gran aprecio por sus
amigos y, aunque también era un ingeniero, estaba decidido a dejar el cargo y
legarlo en Aoi, quien verdaderamente lo tenía como una vocación. Fuera como
fuere, no se pararon a debatir al respecto, pues el salir de allí sanos y
salvos les resultaba mucho más importante.
Entonces no es muy complicado, ¿me equivoco?-intervino
Hagane-Basta con mantenernos juntos hasta que salgamos de aquí.
Eso creo.-respondió Yamiyuki-De todas maneras, no podemos
irnos sin asegurarnos del bienestar de Ku…
¡Chicos!-una voz femenina los interrumpió.
Kuroageha apareció por uno de sus flancos, atravesando un
pasillo perpendicular al que los chicos estaban recorriendo.
¡Justo ahora iba a decir tu nombre en voz alta!-Yamiyuki
sonrió-Me alegro de que estés bien…porque lo estás, ¿no es así?
Estoy lo mejor que alguien cuyo negocio han aplastado podría
estar.-respondió Kuroageha con una sonrisa agridulce-No me han herido, me
encuentro en perfectas condiciones de combate. Aunque no soy de tu equipo, creo
que es buen momento para una colaboración, ¿no crees?
¿Estáis de acuerdo, equipo?-preguntó Yamiyuki girándose a
sus cinco amigos.
Los chicos sonrieron con complicidad: estaba claro.
Somos siete contra una.-dijo Kuroageha-Aniquilar a esa zorra
es viable.
Estimo que en diez minutos…-respondió Yamiyuki-…el edificio
se fragmentará dejando huecos de varios metros entre sus secciones…podríamos
quedar atrapados en tal caso…
¿Diez minutos?-preguntó Kuroageha sorprendida-Entonces
vámonos. Tendremos otras oportunidades para pelear con ella… al fin y al cabo,
los rehenes han sido correctamente evacuados y nosotros estamos bien. Si nos
tiramos por las ventanas de esta planta, podremos caer en edificios cercanos.
Dándonos un poco de prisa no tendremos ningún problema.
De acuerdo.-asintió el líder del equipo masculino-¡Vamos!
¡Eso es lo que quería que hicierais!-escucharon a Belladonna
detrás de ellos.
¡Tú!-bramó Kuroageha-¡Maldita seas! ¡Es hora de matar dos
pájaros de un tiro!
¡Intentadlo!-exclamó la demonio.
Aquella mujer no iba tan trajeada como la anterior vez que
la vieron. Ostentaba un vestido de combate muy ceñido y corto de color negro
con detalles y adornos en gama de ocres. Botas altas negras con cordones
plateados y guantes a juego hasta la altura de los codos. Su espalda estaba
cubierta por una vaporosa capa negra con forro de color ocre y llevaba el
cabello recogido en una coleta alta. Parecía la ropa típica de combate de una
noble demoníaca como ella y, en efecto, no tardó en materializar un arma: el
fuego azul que amasó con sus manos se convirtió en un enorme bastón metálico
con enormes esferas en los extremos que tenían incrustadas unas franjas
brillantes de cristales amarillentos.
Con esa indumentaria, ese despliegue de poder y esa forma
física…-susurró Yamiyuki-…no hay duda de que eres familia de la más famosa de
entre todos los caballeros demoníacos de nuestra historia: Ingrid.
Veo que habéis hecho los deberes a la hora de
investigar.-dijo Belladonna-No obstante, ella no tiene nada que ver en esto y
no va a libraros de la muerte. ¡Áspides del Averno, atacad!
Belladonna giró su enorme bastón entre sus manos, creando un
aro de fuego azul con las esferas. Del negro interior de este aro comenzaron a
salir serpientes de gran tamaño cuyas pieles emitían llamas violáceas. Se
lanzaron a por los Taimanin, pero no tardaron en verse seccionadas en rodajas.
¿En serio eres tan cutre, princesa?-preguntó Shirubei con
una mirada sádica mientras se relamía al ver la sangre de las bestias en sus
garras.
Maldito insolente…-murmuró Belladonna-…no soy una princesa,
pero no necesito serlo para hacer que bajéis a vuestra altura merecida. ¡Canes
del Averno, obedeced mis comandos!
Girando su bastón de una manera diferente, la demonio
convocó a una jauría de enormes perros llameantes que comenzaron a correr con
fiereza hacia el grupo. Una hélice rosada comenzó a pasar entre ellos en
sentido contrario. Aquel tornillo volador cortaba el aire a la vez que hacía
que las cabezas de los perros cayeran al suelo.
Qué trucos tan baratos…-le espetó Hagane tras aterrizar y
sacudir la sangre de sus abanicos-…señorita noble.
Haberse reunido sanos y salvos y haber evacuado a los
rehenes los había envalentonado. No obstante, tenían presente que no les
quedaba mucho tiempo.
No quería haceros frente.-dijo Belladonna-Ni siquiera
causaros un rasguño… ¡sólo haceros perder el tiempo!
¿Qué?-Kuroageha se incomodó y sintió un peligro
acechándolos.
¡NO!-bramó Yamiyuki-¡ATRÁS TODO EL MUNDO!
Un campo de fuerza azul atravesó su posición. Si no llegan a
apartarse, los habría cortado por la mitad. La suerte quiso que Kuroageha y
Yamiyuki cayeran juntos al lado de Belladonna y que, por otra parte, Aoi,
Inuhito, Rito y Shirubei cayeran al otro lado, cerca de las ventanas.
¡Maldita sea!-exclamó Inuhito mientras lanzaba un shuriken
contra la pantalla luminosa.
El arma arrojadiza brilló un instante y se redujo a polvo.
Vale, lo he pillado.-murmuró Inuhito-No vamos a poder
juntarnos por este camino…
Los pocos mercenarios que quedaban comenzaron a rodear a los
cinco chicos mientras las llamas devoraban el edificio, que comenzaba a
fragmentarse.
¡Mierda!-gritó Hagane-¡No creáis que vais a doblegarnos con
esto, malditos demonios!
¡JAJAJAJAJAJAJAJAJA!-Belladonna soltó una risotada.
Voy a borrarte esa estúpida sonrisa, ramera barata, lo
sabes, ¿no?-la amenazó Kuroageha.
¿Tú y cuántos más?-la retó Belladonna-¡No tienes ni un ápice
de poder en comparación conmigo!
¿Quieres comprobarlo?-Kuroageha asió su flauta y su
cerbatana y apuntó a Belladonna con las cuchillas de ambas.
Je…-Belladonna empuñó su bastón.
No pego a mujeres…-recordó Yamiyuki-…dale duro, Kuroageha.
¡Será un placer!-respondió la Taimanin.
Las cuchillas de la hermosa guerrera fueron paradas por el
bastón de la Mazoku. Mientras forcejeaban, los chicos notaron algo diferente.
¿No os sentís más ligeros?-preguntó Shirubei mientras
apuntaba con sus garras a los enemigos cercanos.
Sí…-corroboró Inuhito-… ¿qué está pasando?
Creo que algo bueno, para variar un poco.-explicó Aoi-La
fragmentación de las estructuras del edificio ha debido de inutilizar el
revestimiento de las paredes que sellaba nuestros poderes. De no ser así, ha
tenido que suceder algo similar, pues… ¡siento el poder del rayo en mí de
nuevo!
En ese caso…-susurró Rito.
…eso es.-lo apoyó Hagane sonriéndole.
Los chicos se pusieron en guardia. Desplegaron sus poderes
de manera conjunta.
Ninpô – Hyôton no Jutsu! Shouri no Toge!-exclamó Shirubei.
(¡Arte ninja del
hielo! ¡Espinas de la Victoria!)
Shirubei saltó y, mientras ejecutaba un sello ninja con sus
manos, giró sobre sí mismo. El aire alrededor de su cuerpo se convirtió en una
gélida neblina de la que emanaron puntiagudas estacas de hielo que llovieron
sobre los enemigos, clavándose dolorosamente en ellos.
Ninpô – Raiton no Jutsu! Kagayaku Mori!-lo acompañó Aoi.
(¡Arte ninja de la
electricidad! ¡Bosque Resplandeciente!)
De la mano izquierda de Aoi brotó una masa de rayos que
estampó violentamente contra el suelo, generando brotes multidireccionales de
electricidad que atraparon a los enemigos y les propinaron fortísimas
descargas.
Ninpô – Dôton no Jutsu! Surudoi Iwa!-siguió Rito.
(¡Are ninja de la
tierra! ¡Rocas Cortantes!)
Un aluvión de fragmentos de roca muy afilados voló hacia los
enemigos siguiendo las órdenes de las fuertes manos de Rito, diezmándolos de
manera crítica.
Ninpô – Fûton no Jutsu! Sakura Kagetsu!-continuó Hagane.
(¡Arte ninja del
viento! ¡Temporada de Cerezos!)
Hagane combinó sus sellos ninja con unos movimientos de
danza. Un fuerte viento que arrastraba pétalos de cerezo mandó a volar a los
enemigos, alejando los cadáveres y acabando con los supervivientes. Esto hizo que chocaran contra las ventanas,
rompiéndolas entre ruidosos golpes. Miraron entonces al otro lado de la
pantalla de energía. Kuroageha y Belladonna estaban forcejeando la una con la
otra.
Es cuestión de segundos que Kuroageha vapulee a esa
arpía.-comentó Inuhito-Voy a ir preparando la salida. Ninpô – Kiba no Jutsu!
(¡Arte ninja de los
colmillos!)
El joven de cabello blanco dibujó un aspa en las paredes que
sujetaban el ventanal con sus dedos como única herramienta. El corte fue tan
perfecto y profundo que comprometió la estabilidad de todo el trozo de pared.
Una patada en el centro del aspa fue suficiente para que el chico terminara por
crear un boquete desde el que se veía el cielo.
La caída es permisible.-dijo Inuhito-No habrá problemas en
encontrar un buen punto de aterrizaje desde aquí. Sólo falta que Yamiyuki y
Kuroageha puedan reunirse con nos…
Oyeron un estruendo. El trozo de edificio donde estaban y el
que pisaban Yamiyuki, Kuroageha y Belladonna se separaron. La distancia entre
ellos comenzó a agrandarse.
¡Yamiyuki!-exclamó Shirubei-¡Tienes que venir! ¡Tú también,
Kuroageha!
¡Ahora no!-bramó Belladonna-¡Os obligaré a seguir perdiendo
el tiempo aquí!
Gracias a los hechizos de la demonio comenzaron a aparecer
más monstruos. Esto obligó a Yamiyuki a mantenerse tan ocupado como su
compañera.
¡Saltad!-exclamó Yamiyuki-¡No pasa nada si os vais sin mí!
¡Os seguiré antes de que os deis cuenta! ¡Kuroageha y yo sabremos cuidarnos!
Pero…-rebatió Rito-…no podemos dejaros aquí. ¡Sois nuestros
camaradas y amigos!
¡Insisto!-bramó Yamiyuki-¡Antes de que sea demasiado tarde!
¡Vamos, tiraos por el boquete y poneos a salvo! ¡Volved a casa! ¡Seguramente
estaré esperándoos allí cuando queráis llegar!
El abismo entre ambos fragmentos estaba comprometiendo la
audibilidad de aquella conversación.
¡No vamos a dejarte tirado con esa pécora!-gritó Hagane.
Yamiyuki se quedó en silencio. Con los brazos en jarras, se
encaró a sus amigos y dio un pisotón en el suelo.
Taimanin…-ordenó Yamiyuki-… ¡RETIRADA! ¡ES UNA ORDEN!
Los cinco chicos se colocaron juntos y se alinearon.
¡Sí, capitán!-gritaron a coro mientras contenían un amago de
lágrimas de rabia e impotencia.
Los cinco chicos saltaron por el boquete. Ni en el aire
tuvieron descanso: una manada de demonios voladores comenzó a extorsionarlos.
En medio del intercambio de golpes aéreo, cada subgrupo de bestias se encargó
de llevar a un chico por un sitio, haciendo que se separaran y asegurando que
cada uno caería bien lejos de sus acompañantes.
Mierda…-pensó
Shirubei-…nos la han terminado de jugar…
Esto no quedará así.-Hagane
amenazaba para sus adentros-Tendremos
nuestra venganza.
Nadie puede
separarnos.-Aoi mantenía su mente muy despejada mientras aseguraba su caída
y se libraba de las bestias aéreas.
Lamentaréis cada
segundo de esta mierda.-Inuhito hablaba para sí con una serenidad
totalmente dispar con respecto a los gritos y la fiereza que estaba mostrando
al castigar a los demonios voladores con su aro.
Habéis perdido.-se
dijo Rito-Separarnos no nos herirá.
Volveremos a reunirnos y acabaremos con vosotros…
. . .
Te he visto empujarlos lejos de nosotros cuando ha saltado
la barrera energética.-comentó Kuroageha-Muy sutil…tal vez ellos no se hayan
dado cuenta.
Lo entenderían en cualquier caso.-respondió Yamiyuki-Hemos
estado en grave peligro dentro de este lugar…y no pienso dejar que les pase
nada a mis más valiosos amigos. Lucharé y sufriré por ellos cuanto sea
necesario, pero no dejaré que se expongan más de la cuenta. Si alguien tiene
que partirse la cara por esos cinco estandartes…aquí está Yamiyuki Kuroi.