¡HAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-gritó
Freya con vehemencia y solemnidad mientras lanzaba una potente patada voladora
contra un enemigo gigante-¡MUERE!
La
enorme y fornida pierna de Freya golpeó directamente contra aquel ingente
monstruo, pero una brillante pantalla mágica de color azul redujo el impacto a
una nulidad. Aquel escudo que no se dejaba ver y que únicamente aparecía cuando
el enemigo recibía impactos parecía tan natural y propio de él como una piel.
Se enfrentaban a una criatura de tamaño enorme, tal vez casi tanto como un
edificio. Era un monstruo de color azulado parecido a un ave gigantesca. Entre
lo que parecían sus alas sujetaba una enorme esfera de color azul eléctrico. Encima
de ella reposaba su cabeza. Las patas de aquella mole estaban apoyadas en el
suelo y rodeaban también a la esfera como si ésta fuese algo muy preciado para
aquella criatura.
¡Maldición!-bramó
Freya-¿Mi patada no ha hecho mella en su coraza? ¿Qué clase de mala bestia es
ésta?
Demasiado
has hecho acercándote a esa criatura.-comentó Yamiyuki-Mira que hemos matado a
cosas enormes, pero creo que este bicharraco se lleva la palma.
Lo
dices como si en algún momento me hubiera dado miedo acercarme a un enemigo por
su tamaño…-respondió la chica.
Jamás
se me pasaría por la cabeza tal idea.-explicó Yamiyuki-Sin embargo, acercarse a
esa cosa con su manía de hacer aparecer tormentas mágicas a su alrededor no es
tarea fácil. Aunque tu golpe no le haya hecho efecto, te felicito por haberle
dado.
¡Siempre
tan adulador!-se sonrió Freya-¿Alguna idea para acabar con este combate sin
sentido? ¡Tenemos que seguir adelante! Esta cosa se ha auto-invitado a nuestra
fiesta de patear culos y no sabemos si Shiroi y compañía nos han dado esquinazo
ya.
Como
si perseguir a un hijo de puta drogodependiente el mismísimo 31 de diciembre no
fuera lo bastante triste, ¡encima viene un pingüino hormonado con una bola de
mierda gigantesca a tocar las narices!-maldijo Ibara-¡Dejadme espacio para
bailar! ¡Voy a freír a ese tanque viviente!
¡Con
tu baile y mis poderes, le pondré una trampa de la que no podrá
escaparse!-Itami se sumó a la llamada de Ibara.
Os
aconsejo que forméis un pequeño corro detrás de mí.-pidió Metallurgy con una
sonrisa candorosa-Voy a dispararle con una de mis máquinas y me parece que unas
cuantas hectáreas van a hacer… ¡PUM!
Voy
a vaciar tantas cargas de lanzacohetes que ni los mejores culturistas del mundo
podrán cargar con la metralla.-dijo Aquanika en tono amenazador-Pongámonos
detrás de Metallurgy, delante, a los lados o donde sea, pero acabemos de una
vez con esa bestia.
Dalton
y Marah se prepararon para disparar junto a Aquanika y Metallurgy. Ibara e
Itami se colocaron estratégicamente para lanzar un ataque mágico. En la línea
más arriesgada estaban juntos los que se iban a lanzar a un ataque cuerpo a
cuerpo: Yamiyuki, Yurika, Nikola, Ayako, Yuuji y Ayame. Detrás de todos sus
compañeros se colocó Freya, quien empezó a levitar, dispuesta a invocar a un
espíritu mágico de gran tamaño para arremeter contra aquella gigantesca y
enigmática criatura.
Tres…-Freya
inició una cuenta atrás.
Ibara
comenzó a bailar sensualmente en su bastón mientras le lanzaba su anillo a
Itami.
…dos…-continuó
la joven líder de aquel equipo.
Aquanika
puso a punto sus lanzacohetes. Dalton y Marah prepararon unas torretas de
Ether. Metallurgy había hecho aparecer un enorme cañón de iones con una
longitud de varios metros el cual sujetaba con las manos como si tuviera la
ligereza de una pluma.
…uno…-Freya
estaba a punto de terminar su invocación.
Los
que se estaban preparando para el ataque de cerca se pusieron en guardia.
Nikola asió sus espadas láser, Ayako activó sus escudos de rodillas, Yuuji se
preparó para atacar con su cetro, Ayame se puso en guardia para lanzar
combinaciones de patadas, Yurika transformó sus piernas en dos enormes ancas
robóticas y Yamiyuki envolvió sus puños en oscuridad.
…
¡CERO! ¡ES HORA DE TOSTAR A ESE CAPULLO!-bramó Freya mientras soltaba al enorme
monstruo que había invocado.
Los
ataques de los héroes llovieron uno tras otro sobre el enorme monstruo. El
escudo parecía estar a punto de ceder una vez aquella magistral combinación de
técnicas de combate hubo tenido lugar. Un puñetazo de Yamiyuki puso fin a la
existencia de aquella coraza.
¡La
barrera ha cedido!-informó Yamiyuki-¡Todo el mundo a la carga! ¡Patéale el
corazón, Freya!
¡HAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-gritó
la joven mientras se lanzaba dispuesta a dar el golpe de gracia.
De
pronto, el cuerpo de aquel enorme monstruo comenzó a brillar y emitió una
potente onda de choque que cortó todos los ataques que le estaban lanzando.
¡Mierda!-exclamó
Freya, viéndose obligada a aterrizar-¿Qué está pasando?
Creo
que va a hacer algo raro.-dijo Yurika mientras señalaba un punto brillante en
el centro de la esfera que sujetaba el monstruo.
Agh…-se
quejó Ibara-…siento como si me atrayera. ¿Acaso esta cosa nos está aspirando?
Eso
parece intentar.-diagnosticó Freya-¡Apartaos! ¡Tratad de alejaros todo lo posible!
Yamiyuki,
que era el combatiente más cercano al monstruo, creó en su mano derecha una
ingente bola de fuego con la que causó una implosión que calentó el área
circundante hasta un extremo tal que la ráfaga de aire caliente resultante
empujó a todos sus compañeros lejos del monstruo.
¿Qué
estás haciendo?-preguntó Metallurgy extrañada-¿No pretenderás quedarte delante
de esa aspiradora mientras nosotros nos quedamos en la seguridad?
Eso
es exactamente lo que pensaba hacer.-respondió Yamiyuki mientras obligaba a sus
compañeros a mantenerse lejos de él con una enorme muralla de fuego.
¡No,
Yamiyuki!-pidió Yurika-¡Nadie sabe lo que puede pasar si te absorbe!
No
va a pasarme nada, ¡confía en mí!-pidió el chico-Y, si pasa algo, creo que es
mejor para nuestra misión que caiga un aliado antes de que caiga el equipo
entero.
¡No
queremos llegar a esa situación!-insistió Metallurgy-Yurika tiene razón.
¡Vuelve aquí!
No
es propio de un caballero…-Yamiyuki se calló un momento antes de reforzar su
muralla de fuego con una ingente nube de electricidad-…dejar a unas señoritas
tan esplendorosas como vosotras ante un peligro tan grande.
¡No
me jodas!-exclamó Ibara-¡Siempre suelta el mismo rollo! Menos mal que a mí me
da igual que se muera o que no.
¿Sin
habérnoslo follado?-preguntó Itami.
Es
la única pena que me daría.-respondió la chica.
Si
quieres ser un caballero, ¿por qué no dejas que te ayudemos nosotros?-preguntó
Nikola-¡Hay más hombres contigo!
Si
Nikola va, yo también. ¡Juntos hasta la muerte!-añadió Dalton.
A mí
dejadme en paz.-Itami se encogió de hombros.
En
primer lugar…-dijo Freya entre amenazadoras pausas-… ¡Itami, no te pago para
esta mierda! ¡A ti tampoco, Ibara! Y, en segundo lugar… ¡mierda, Yamiyuki, no
te diviertas tú solo! No es propio de una señorita dejar a un caballero tan
polifacético como tú al borde del peligro. ¡Me voy contigo!
¿Y
le importa más nuestro sueldo que Yamiyuki?-siseó Ibara.
No
te equivoques, guapa.-respondió Freya tajantemente-Simplemente confío más en él
que en vosotros, y por eso me preocupo más de que la caguéis antes que él.
Yuuji
se acercó a Nikola y a Dalton, dispuesto a ayudar a Yamiyuki y a Freya.
¡Atrás!-les
pidió Freya.
La
chica deshizo las dos barreras de Yamiyuki de un manotazo. Lo que encontró al
otro lado fue una escena muy apremiante: el chico estaba flotando hacia la
esfera, a punto de ser absorbido.
Al
menos me ha salido bien lo de ganar tiempo.-dijo Yamiyuki mientras se acercaba
a la pared de la esfera sin poder evitarlo.
Tú
también lo habías pensado, por lo que veo.-dijo Freya.
¿El
qué?-preguntó Yamiyuki-¿Que el punto débil de esta fiera puede estar en su
interior y por eso no somos capaces de eliminarlo desde fuera? ¡Claro que lo he
pensado! ¡No me dejo absorber por un pingüino mutante sólo por caballerosidad!
De nada me sirve la “G” de “galán” si no la comparto con la de “genio”.
¡Ése
es el Yamiyuki Kuroi que conozco!-exclamó Freya con una sonrisa mientras
apretaba el puño-¡Rájale las tripas!
¡A
la orden!-exclamó Yamiyuki mientras terminaba de ser absorbido por la esfera.
¡Se
lo ha tragado!-Freya oyó que sus compañeros gritaban detrás de ella.
. . .
¡Ugh!-Yamiyuki
emitió un quejido, pues había caído de golpe en una superficie oscura que no
era nada cómoda.
Miró
a su alrededor. Todo era negrura. Se miró las manos, los pies y el resto del
cuerpo. Se encontró con que estaba completamente desnudo.
¿Qué
cojones está pasando aquí?-preguntó el chico en voz alta.
¡Yamiyuki!-el
chico oyó la voz de Freya.
Se
giró. Detrás de él había un holograma con el rostro de su compañera.
Por
alguna extraña razón, podemos verte como si la esfera que sujeta ese monstruo
fuera un monitor.-explicó la chica-Ha dejado de atacarnos, así que lo sucesivo
está en tus manos. Ah, y, aunque estés dándonos la espalda, ¿podrías taparte un
poco?
Yamiyuki
se tapó la entrepierna entrecruzando las dos mitades de su larguísima melena
como si de una cortina se tratase.
No
lo he hecho adrede.-dijo el chico girándose para mirar a los ojos a aquel
holograma-¿Veis algo que no vea yo?
Todo
oscuridad.-terció Aquanika-Estás jodido, chaval.
Gracias
por tu constante apoyo, Aquanika.-respondió Yamiyuki en tono ácido. ¿No veis
una tienda de ropa ni nada?
Tranquilo,
pimpollo.-respondió la joven de cabello rosa-Veo algo mucho mejor. Llévate las manos al pecho. Tienes algo
centrado donde nosotras tenemos el comúnmente llamado canalillo.
El
chico tocó lo que parecía una joya redonda incrustada en su pecho. Se miró y se
dio cuenta de que era un pequeño disco plateado que parecía poder abrirse como
si fuera un espejo de mano. Al intentar abrirlo, cedió con suavidad, mostrando
en una de las caras internas un espejo y en la otra una colección de balas de
color rosa firmemente incrustadas.
¿Un
espejo de mano incrustado en mi pecho?-preguntó Yamiyuki-He de suponer por tu
comentario, Aquanika, que esto es de utilidad para mi situación actual.
¡Desde
luego!-respondió la chica-Mira, no sé cómo ha podido pasar, pero parece ser que
dentro de esa esfera tienes poderes mágicos. Enhorabuena, Yamiyuki, eres un
mago o incluso un brujo. Conozco ese objeto y sólo lo utilizan personas con
poderes mágicos… concretamente brujas, por eso creo que eres más un brujo que
un mago. Si alguna vez te has planteado que la vida era injusta contigo por ser
de los pocos del grupo que no tiene dominio sobre la magia, es hora de que
dejes atrás esas ideas, pues ya eres de los nuestros. ¡Usa ese espejo mágico
para vestirte!
De
acuerdo.-respondió Yamiyuki-Me imagino que si te pido explicaciones me dirás
que tengo que concentrarme, unirme mentalmente con el objeto y todas esas cosas
que soléis decir los magos, así que voy a hacerlo a mi manera.
Todavía
tapándose los genitales con su melena, Yamiyuki rodeó el espejo con sus manos y
cerró los ojos. Su pelo comenzó a brotar y a hacerse más y más largo,
enredándose en su cuerpo y formando un perfecto y elegante traje negro, pues él
era moreno. El chico abrió los ojos justo a tiempo para ver cómo sus manos se
bañaban de una luz blanca que no tardó en convertirse en unos largos y
ajustados guantes de dicho color. El uniforme tenía un corte muy sensual y
revelador: era totalmente ceñido y apretado, marcando todas y cada una de sus
curvas, así como sus elegantes y varoniles músculos. Le tapaba los hombros y
bajaba por su cuerpo formando una provocativa “V” que dejaba al descubierto
todo su torso y abdomen, cerrándose a la
altura de la entrepierna para cubrir su zona íntima. Por detrás hacía la misma
“V”, dejando ver parte de sus hombros, toda su columna vertebral y parte de la
cadera, cerrándose justo para tapar la parte de los glúteos. Las piernas las
tenía totalmente cubiertas, como si llevara unos leggings que acabaran en
zapatos de tacón alto. Las mangas tenían gran cantidad de flecos, como si
fueran dos melenas, y bajaban hasta sus rodillas, dejando ver entre medias los
guantes blancos. A ambos lados del pecho tenía unas finas tiras negras que
sujetaban el espejo plateado. Por detrás, su melena caía lacia y abundante. En
la parte de arriba llevaba un apretado moño cónico al que estaban muy bien
apretadas unas brillantes y vistosas tiras rosas que llegaban hasta el suelo,
de cuyos extremos colgaban cruces plateadas con piedras doradas en el centro.
En la parte de atrás de las mangas, cayendo desde los hombros, ostentaba varias
cadenas plateadas de cuyos extremos colgaban brillantes piedras preciosas de
colores.
¡Está
buenísimo!-bramó Ibara-¡Más que de costumbre! ¡Menuda frikada de traje! ¡Es una
puta pasada!
El
holograma del rostro de Itami apareció al lado del de Ibara para silbarle
provocativamente.
¿En
qué acabo de convertirme?-preguntó Yamiyuki.
¡En
un brujo de Umbra!-exclamó Aquanika-¡Al menos no estás en pelotas!
¿Puedo
llamarte Bayonetto mientras lleves ese traje?-preguntó Ibara.
NO.-respondió
Yamiyuki tajantemente.
¿Bayonetto?-preguntó
Metallurgy extrañada a la vez que el holograma de su rostro aparecía alrededor
de Yamiyuki.
Me
recuerda a un videojuego al que jugué hace poco en casa de Itami.-explicó
Ibara.
Creo
que han detectado tu poder.-dijo Freya-Vemos enemigos acercándose desde tu
espalda. ¡Gírate!
Yamiyuki
se encaró a la dirección a la que apuntó Freya y vio varias figuras envueltas
en luz dorada aproximándose velozmente hacia él.
¿Son
ángeles?-preguntó Yamiyuki-¿Como los de Shiroi?
Algo
así.-supuso Freya-¡Dales su merecido! ¡No creo que esos tridentes con los que
te apuntan sean para jugar!
¿Cómo
funciona esta condición de brujo?-preguntó Yamiyuki.
Dale
un puñetazo al ángel que tienes más cerca.-dijo Aquanika-¡No preguntes! ¡Actúa!
Yamiyuki
vio que el ángel que se le acercaba tenía intención de clavarle su tridente.
Para evitarlo, lanzó un vehemente puñetazo. De la nada se dibujó un círculo
mágico de cuyo centro emanó un enorme brazo negro que imitó el puñetazo del
chico, haciendo pedazos al ángel.
¡Qué
pasada!-exclamó Yamiyuki-¡Voy a intentarlo de nuevo!
Un
ángel se le acercaba por la derecha. Lanzó una patada lateral y volvió a pasar
lo mismo: un círculo mágico lo acompañó y de su centro salió una gigantesca
pierna negra que pateó y destrozó al ángel.
¡Guau!-exclamó
Yamiyuki-¡No está nada mal!
¡No
hay tiempo para celebraciones!-exclamó Aquanika-Si quieres que te dirija en el
uso de tus nuevos poderes, ¡sé más rápido! ¡Te van a arrancar la cabeza!
Yamiyuki
miró hacia arriba: un ángel trataba de asestarle un golpe letal con su
tridente. En respuesta a esto, agarró el arma dorada con la mano y la desvió.
Tras ello, giró sobre sí mismo y fustigó la cara de aquel enemigo de una fuerte
patada. Dándose cuenta de que no necesitaba estar lejos para invocar aquellas
extremidades gigantes y que podía golpear con su propio cuerpo, el chico se
enzarzó en un intercambio de golpes con el ángel, tardando poco tiempo en
someterlo y matarlo.
Parece
que no hay más de esas cosas por aquí cerca.-dijo Yamiyuki-Un placer trabajar
contigo, Aquanika.
Yo
siempre ficho a los mejores compañeros de trabajo.-se jactó Freya.
Oh,
sí.-corroboró Yamiyuki-Tú la primera. ¿Te acuerdas de cuando trabajamos juntos
en un polideportivo enseñando baile de barra vertical a un grupo reducido?
¡Fue
genial!-asintió Freya-¡Nos lo pasamos de puta madre, sobre todo cuando tocó
reventar cabezas ajenas!
¿En
qué clase de líos os metéis vosotros?-preguntó Metallurgy con una mezcla de
curiosidad y miedo.
Sólo
estábamos trabajando.-explicó Freya-¡El dinero no crece de los árboles, tenemos
que mantenernos!
Tu
pelo es tu arma, tu armadura, tu cuerpo, tu poder, ¡todo!-explicó Aquanika-Todo
lo que puedas imaginar lo puedes hacer con tu cabello. ¡Ése es tu poder como
brujo de Umbra! Tu melena puede transformarse en cualquier cosa y se trata de
ser un hijo de la gran puta en cada instante. ¡Busca una salida y una manera de
destruir al bicho!
Me pregunto
si conservo mis poderes de siempre aunque no sean mágicos.-Yamiyuki hablaba
para sí en voz alta mientras escuchaba y asentía a lo que decía Aquanika.
De
repente, la oscuridad se rompió violentamente por un dorado y brillante rayo de
luz. El joven miró hacia arriba y vio que en la negrura se abría lo que parecía
un portal luminoso. Mientras esquivaba los rayos que emanaban de él, se hizo
camino hacia el haz. Sus saltos eran sorprendentemente altos y vigorosos. Si
bien Yamiyuki siempre había sido un excelente saltador, aquellos movimientos
eran más propios de alguien con el don de la ingravidez. Cuando le faltaba poco
para alcanzar aquel resquicio de luz, de éste salieron más ángeles, esta vez
acompañados de algunas bestias con armaduras doradas y gigantescas armas
encantadas con una luz blanca.
¡HAAAAAAH!-bramó
Yamiyuki mientras apuntaba a sus recién llegados enemigos con la palma de la
mano izquierda.
Como
él esperaba, de su mano brotó un potente chorro de fuego que prendió y
ralentizó al grupo de enemigos.
¡Conservo
mis poderes!-se alegró el joven-¡Bien! ¡Tomad ésta, panda de capullos! ¡Fuera
de mi camino!
Yamiyuki
lanzó una patada al aire. De su pierna salió un manojo de rayos azules que
impactó contra uno de los ángeles, haciendo que explotase entre electricidad.
Ya
está aprendiendo los movimientos típicos de los de su condición.-observó
Aquanika-¡Mirad qué frescura y qué encanto en los movimientos del chico!
Mientras
Aquanika comentaba las proezas del chico, éste se dedicaba a cargar sus puños
con oscuridad y castigar a los ángeles conforme se le acercaban. Una de las
enormes bestias consiguió acercársele y asestarle un brutal martillazo que hizo
que saliera propulsado.
¡JO-DER!-exclamó
el chico mientras se recuperaba del golpe.
Te
doy otra pista.-insistió Aquanika-En el sitio en el que te mueves no existe la
noción de suelo. Controlas la tierra, ¿no?
Yamiyuki
se sonrió con picardía. Dio un pisotón en el aire y comenzaron a brotar rocas
de debajo de la bestia, golpeándola fuertemente.
¡Me encanta
esto!-el chico parecía estar a gusto con sus nuevos poderes.
El
monstruo angelical trató de lanzar otro martillazo, pero Yamiyuki decidió no
caer dos veces bajo el mismo truco y esquivó el golpe con una pirueta.
¡Justo
a tiempo!-comentó-¡Casi me golpea de nuevo! Eh, ¿por qué se mueve todo tan
lento?
¡Tiempo
Brujo!-exclamó Aquanika-¡Tu nuevo poder ralentiza el entorno como respuesta a
una emoción fuerte! ¡Aprovéchalo para ser más rápido que nunca ante el enemigo
y acabar con él!
¡Chupaos
ésta!-exclamó Yamiyuki.
El
chico se colocó en medio de sus enemigos y comenzó a girar sobre sí mismo como
si bailara. Liberó entonces un enorme aro de fuego que prendió a todos los
ángeles y, tras ello, lanzó una rapidísima sarta de puñetazos contra la bestia
que lo había golpeado. Pronto se dio cuenta de que su puño se cargaba con un
aura mágica de color rosado.
Siento
que cuanto más le golpeo más fuerte me vuelvo.-comentó el chico-¡Ser un brujo
no está nada mal a pesar de llevar estas pintas!
Dio
el golpe de gracia a la bestia con un tajo descendente de Karate, partiéndola
por la mitad.
Lo
dices como si no te gustara tu nuevo modelito.-comentó Freya.
Tienes
razón.-respondió Yamiyuki-¡Me encanta! ¡Es puro estilo!
El
portal de luz comenzó a empequeñecerse.
¡Corre,
Yamiyuki!-lo animó Metallurgy-¡Tú puedes salir de ese sitio tan oscuro y poco
aportador! ¡Vamos!
¡Date
prisa!-pidió Freya al ver que al joven le costaba llegar.
¿Es
que no puedo dejarte solo?-se quejó Aquanika-Usa tu… ¿qué cojones tendrás tú?
Ah, ya sé. ¡Usa tu león interior!
¿Mi
qué?-preguntó Yamiyuki.
¡QUE
CORRAS, HOSTIA!-bramó Aquanika.
Yamiyuki
intentó darse más prisa y, mágicamente, se convirtió en un enorme león negro
con una tupida melena roja. De su cuello colgaban tiras rosas. En esta nueva
forma, su velocidad se incrementó tanto que logró atravesar el portal de luz.
No
era tan difícil, ¿verdad?-comentó la joven kazaja.
El
chico sólo pudo responder con un rugido. Al llegar a su nueva ubicación, lo que
parecía un enorme anfiteatro rodeado de un soleado cielo, se vio rodeado de
bestias voladoras con halos en la cabeza. Desde el pilar de piedra en el que
estaba apoyado, lanzó otro rugido, esta vez para amenazar a los ángeles.
El
brujo no debe salir vivo.-dijo una voz desconocida desde la nada.
Tras
oír esta frase, todas las bestias se abalanzaron sobre Yamiyuki, quien volvió a
convertirse en hombre y barrió a todas las bestias voladoras con una patada
giratoria acompañada de la misteriosa pierna gigante que había aprendido a
utilizar antes.
Creo
que alguien me quiere ver muerto.-comentó Yamiyuki mientras saltaba hacia una
de las criaturas voladoras para iniciar seriamente el combate.
¡Cuidado!-gritó
Metallurgy.
La
enorme garra de la bestia se acercaba peligrosamente hacia Yamiyuki.
Tiempo
Brujo, ¿verdad?-preguntó el chico haciendo acopio de lo que estaba
aprendiendo-¡Vamos allá!
Al
esquivar el zarpazo, se sorprendió convirtiéndose en un enjambre de mariposas
negras con dibujos rosados en las alas. Estas mariposas volvieron a juntarse en
la espalda del monstruo, dándole forma de nuevo al chico, quien se vio rodeado
de la misma aura violácea que cuando había esquivado el martillazo de la bestia
anteriormente. Aprovechando que todo a su alrededor se movía más lentamente, el
chico agarró a la bestia por la cola y comenzó a hacerla girar dando vueltas en
el aire.
¡Buen
dominio de tu mariposa interior!-gritó Aquanika.
¿Cómo
sabes tanto de esto?-preguntó una incrédula Yurika.
Digamos
que tengo contactos.-se limitó a responder Aquanika.
Mientras
tanto, Yamiyuki disfrutaba lanzando a la bestia que había agarrado contra otra
cercana. El choque fue tan fuerte que las dos cayeron en picado hacia el suelo
desde la altura a la que se encontraban.
¡Es
hora de un Ataque Clímax!-bramó Aquanika-¡Invoca a un demonio! ¡Seguro que
alguien como tú tiene a cientos a su cargo!
¿De
qué me hablas?-preguntó Yamiyuki.
¡Recuerda
lo de tu pelo!-repitió Aquanika-¡Deja de hacer preguntas estúpidas y piensa en
tu cabellera! ¡El nombre del conjuro saldrá solo!
Casi
involuntariamente, Yamiyuki articuló unas palabras en un idioma irreconocible.
Como si obedeciera una orden, su cabello se desprendió de su cuerpo,
descubriéndole los brazos y los muslos, tomando la forma de un enorme fénix
negro hecho de pelo con fuego entre las plumas. Su majestuoso vuelo arrolló a
las dos bestias, haciéndolas estallar en llamas y generando una onda expansiva
que sacudió a las demás que estaban volando por los alrededores.
¡Qué
pasada!-comentó Freya-¡Así me gusta, Yamiyuki!
Yamiyuki
cayó al suelo de pie mientras su cabello volvía a vestirlo. Las bestias que no
habían muerto por el ataque anterior descendieron en picado. Antes de que el
chico pudiera hacer nada, a su alrededor aparecieron, rodeándolo, más bestias
portadoras de martillos como las que habían aparecido anteriormente. Comenzaron todas a lanzar martillazos.
Yamiyuki inició una cadena de maniobras evasivas con elegantes volteretas a la
vez que contraatacaba con hermosas patadas y movimientos dignos de un espectáculo
circense. En pleno combate, se acercó a una bestia, le arrancó el martillo de
las manos y golpeó su tronco superior, partiéndola por la mitad.
¡Eh!-se
sorprendió el chico-¡No está nada mal este martillo! Seguro que me sirve para…
¡ESTO!
El
chico miró hacia arriba, reparando en las bestias que iban a caer sobre él.
Lanzó el martillo, golpeando a una y lanzándola de nuevo hacia arriba. Sus
acompañantes se desconcertaron, dándole a Yamiyuki la oportunidad de
electrocutarlas en el aire y someterlas a una devastadora y estruendosa
explosión de oscuridad.
¡Cuidado
en la caída!-exclamó Freya-¡Te has librado de los voladores, pero quedan
algunos terrestres! Porque aquí ya existe el suelo, ¿verdad?
¡Utiliza
un Ataque Tortura al bajar!-ordenó Aquanika-¡Matarás a uno y acojonarás al
resto! ¡Sólo imagina que quieres que aparezca una máquina de tortura para matar
a uno de esos capullos.
¡Te
elijo a ti!-exclamó Yamiyuki señalando con el dedo a una de las bestias
portadoras de martillos-¡MUÉRETE!
De
debajo de los pies de la bestia salieron unos grilletes que le ataron sus
cuatro patas. Alrededor de estos grilletes se dibujó un aro de agujeros en el
suelo de cuyos interiores brotaron larguísimas espinas que atravesaron a la
bestia para inmovilizarla. Un círculo negro apareció encima de la cabeza del
monstruo. De su centro cayó un enorme péndulo cortante del cual se colgó
Yamiyuki para empezar a balancearse sensualmente a la vez que movía las caderas
como si su cuerpo le exigiera un baile, cortando al monstruo en pedazos. Los
más cercanos a la víctima comenzaron a correr sin control por el campo de
batalla.
¿Por
qué corren tanto?-preguntó Yamiyuki-Echo en falta las pistolas que llevaba en
los bolsillos de la ropa que me ha desaparecido mágicamente. Vienen bien en estos
momentos.
¡No
me jodas!-gruñó Aquanika-¡Todos los brujos de Umbra tienen cuatro! ¡Llámalas!
¡Claro,
es en lo que todos pensamos cuando suena el despertador cada mañana!-corroboró
Yamiyuki-“Si fuera un brujo de Umbra, tendría cuatro pistolas. ¡Buenos días!”
Del
cielo cayeron cuatro objetos que el chico identificó como unas pistolas. Dos de
ellas cayeron mágicamente en sus manos. Las otras dos se ciñeron a sus
tobillos, quedando cada una paralela a un tacón.
¡Guau!-exclamó
Yamiyuki-¡Qué bonitas!
Las
pistolas eran bastante grandes, de cañón marcadamente alargado y de color negro
con decorados plateados. En la parte trasera, donde una pistola convencional
llevaría el martillo, tenían unos grandes y vistosos adornos en forma de alas
de mariposa de varios colores. Sin dudar ni un momento, el joven comenzó a
disparar contra las bestias que huían despavoridas, frenando su avance.
¡Menuda
cadencia!-comentó Yamiyuki-¿Esto también es por la magia de Umbra?
¡Ya
lo creo!-respondió Aquanika-¡Machácalos!
Te veo
demasiado simpática hoy.-comentó Freya-¿Es porque estamos en fin de año?
¡Cierra
la boca y mira el espectáculo, incordio de tía!-le espetó Aquanika.
Yamiyuki
daba buena cuenta de las bestias. No tardó en darse cuenta de que no necesitaba
apretar mucho los gatillos, pues las pistolas disparaban a su conveniencia,
razón por la cual se lanzó a disparar con sus piernas, dando elegantes patadas
al aire y acompañándolas con letales ráfagas de balas.
¿Por
qué no te marcas un Break Dance en medio del campo de batalla?-preguntó
Aquanika-¡Tirotéalos con estilo!
Lo
he bailado muchas veces, pero prefiero marcarme un… ¡Jumpstyle!-respondió
Yamiyuki.
El
chico comenzó a bailar ágilmente con gran cantidad de saltos, zancadas y
movimientos intrincados con sus piernas. Cada paso era un balazo directo a un
punto vital de aquellas bestias.
¡Qué
bien bailas, Yamiyuki!-comentó Dalton-¿Te lo pasas bien?
¡No
te imaginas cuánto!-respondió el nuevo brujo de Umbra mientras bailaba y
disparaba a las bestias-¡Es hora de hacer que exploten! ¡A bailar, chicos! Let’s dance, boys!
Yamiyuki
saltó de nuevo y dejó de usar sus pistolas para lanzar golpes de palma al aire.
Las gigantescas manos mágicas que lo acompañaban comenzaron a palmear a las
bestias, aplastándolas severamente. Terminó el ataque cayendo en picado con una
pierna en vertical y la otra cruzada elegantemente por encima de su rodilla
mientras extendía sus brazos y colocaba sus manos en posición de meditación. La
caída liberó una onda expansiva de fuego explosivo que hizo saltar en pedazos a
todas las bestias.
¡Vía
libre!-informó Yamiyuki con satisfacción-Veamos hacia dónde me lleva la guía de
luz que he estado siguiendo…
Tras
un corto paseo, el chico llegó a una gigantesca puerta de madera. Sin
miramientos, le dio una patada, abriéndola de par en par. Lo que le esperaba al
otro lado era la tranquila calle de una ciudad de noche.
¿Dónde
estoy?-se preguntó Yamiyuki en voz alta-Ah, no, no me digáis nada, ya sé que
estoy en el estómago de un monstruo gigantesco.
Escucha,
pimpollo.-dijo Aquanika-Tienes a tu servicio a más demonios de los que conoces.
El que da los puñetazos y las patadas contigo y ese fénix no son los únicos. No
obstante, no todos los demonios sirven a los brujos de manera directa. Muchos
espíritus lejanos se materializan en nuestro espacio y tiempo en forma de armas
mágicas de gran poder. Hay una cerca de ti, puedo verla detrás de tu campo de
visión, en un edificio muy alto. Cógela antes de que lleguen más enemigos. En
el momento en el que la agarres sabrás su nombre.
Yamiyuki
se giró y vio un destello en lo alto de un bloque de viviendas de gran altura.
Si
puedo transformarme en mi león interior cuando necesito correr muy rápido,
estoy más que seguro de que puedo convertirme en otro animal para volar.-reflexionó
Yamiyuki-Después de todo, las explicaciones de Aquanika son bastante
reveladoras y, si nos las tomamos al pie de la letra, puedo hacer lo que me
salga de la real y reverenda polla sin restricciones.
Calmadamente,
Yamiyuki se convirtió en un cuervo de gran envergadura y voló elegantemente
hasta lo alto del edificio. Volviendo a su forma humana, agarró el objeto que
había visto brillar desde abajo: era un disco de música antiguo, un vinilo.
Sólo
es un LP, Aquanika.-Yamiyuki se encogió de hombros-Pero no voy a hacerte gastar
más saliva de la que necesitas: se convierte en un arma, ¿verdad? ¡Música,
maestro!
El
chico lanzó el disco por los aires y lo paró en seco con un dedo, haciéndolo
girar como si fuera la aguja de un tocadiscos. Comenzó a sonar música
electrónica.
¡Qué
temazo!-reparó el chico-Esto le encantaría a un gran amigo mío.
El
vinilo comenzó a brillar hasta que estalló en pedazos y se convirtió en un par
de enormes y pesados abanicos metálicos de color gris violáceo metalizado con
algunas hojas rojas brillantes. Yamiyuki agarró uno con cada mano a la vez que
las pistolas que llevaba desaparecían para su comodidad y conveniencia.
¡Bienvenidos
a mis manos, Black Roses!-exclamó el joven mientras blandía los abanicos-Ah,
pues es verdad que tienen nombre y que llega a mi conocimiento automáticamente.
¡Vas
a poder estrenar tu nuevo regalo de Navidad!-comentó Freya-En la plazoleta que
hay debajo del edificio, justo al otro lado de donde has aparecido, hay una
congregación de ángeles.
¡Recuerda
que sigues llevando dos pistolas en las piernas!-le gritó Aquanika.
Yamiyuki
saltó hacia los ángeles y cayó frente a ellos.
Liarme
a palos es muy divertido, pero quiero preguntaros quién os comanda y por qué no
quiere que salga vivo de aquí.-dijo el chico.
El
Padre no tiene necesidad de que lo conozcas.-dijo uno de los ángeles-¡Nuestra
obligación es acabar con quien ose entrar en nuestros dominios! ¡A la carga,
ángeles!
Yamiyuki
levantó los abanicos para ponerse en guardia. Notó que eran muy pesados, por lo
que supuso que, aunque se veían afilados, no eran unos abanicos cortantes
demasiado convencionales. Por ello, decidió utilizarlos de manera contundente,
como si fueran dos mazas. En medio del intercambio de golpes comenzó a alternar
entre lanzar martillazos y cortes, causando devastadores daños en los enemigos.
Entre su incesante danza de abanicos alternaba brutales patadas que acompañaba
con contundentes disparos a quemarropa. Tras ser golpeado un par de veces por
el ejército enemigo, el joven ejecutó una brillante maniobra evasiva con la que
activó de nuevo el Tiempo Brujo. Aprovechó este momento para apuntar a los
enemigos con los abanicos desde lejos, mostrando que tenían decenas de agujeros
en la parte delantera por los cuales comenzaron a disparar balas de
ametralladora, acribillando a todos los enemigos.
¡Es
la hora de un Ataque Clímax!-exclamó el chico.
De
su boca volvieron a salir unas palabras mágicas indescifrables. El pelo que
cubría sus piernas se deshilachó, brotando hacia diferentes direcciones de la
pequeña plaza en la que se encontraban los combatientes. A los pocos segundos,
los mechones se entrelazaron, formando a un pavo real demoníaco con una cola
enorme entre cuyas plumas había cristales azules que repartían electricidad. El
poderoso golpe del gigantesco pavo cuando su cola de abanico golpeó el suelo
causó una explosión eléctrica que desintegró a todos los ángeles menos a uno.
A
veces me he preguntado si en otra vida yo he sido un guerrero ninja cazador de
demonios…-dijo Yamiyuki mientras se dirigía al ángel que había dejado vivo-…y
ahora me sorprendo siendo un brujo cazador de ángeles. ¡Qué paradójico! A ti te
he dejado vivo por contestarme mal. ¡Vas a decirme todo lo que sabes!
¡No
revelaré nada que tenga que ver con el Padre!-insistió el ángel.
¿Seguro?-insistió
Yamiyuki asestando un potente rodillazo cargado de electricidad contra el
ángel.
¡Seguro!-bramó
la criatura, ya hincada en el suelo.
Alguien
más listo que tú me lo dirá por ti.-dijo el chico a modo de despedida.
Atrapó
al ángel con una voltereta con patada, clavando el tacón bajó el mentón de su
enemigo, pudiendo atravesarle la cabeza de un disparo con la pistola que
llevaba anclada al pie.
Parece
que me estoy acostumbrando a sentir la presencia de los enemigos con la
percepción de la magia.-comentó Yamiyuki-¿Estáis desde ahí fuera de acuerdo
conmigo en que si continúo por esta dirección –señaló una calle con un dedo-
podré tender una emboscada a un grupo de ángeles y llegar así a un lugar donde
se encuentra algo muy poderoso?
En
efecto.-respondió Freya-Aprendes muy rápido, Yamiyuki. ¡Así me gusta!
Creo
que eso tan poderoso que dices será un arma más.-conjeturó Aquanika-Acércate y
trata de hacerte con todo lo que puedas,
¡vamos!
Yamiyuki
se acercó al lugar donde pensaba que iba a encontrar una concentración de
ángeles. Al llegar al sitio, vio que todas las criaturas, algunas más
antropomorfas que otras, escuchaban las palabras de quien parecía una persona.
Su cuerpo tenía forma humana, pero llevaba una túnica blanca y una máscara
dorada que impedían ver nada de su ser. Ni siquiera se podía notar si era un
hombre o una mujer.
¡Os
dijimos que el brujo estaba cerca, Su Santidad el Padre!-dijo uno de los
ángeles-¡Podría ser peligroso!
He
venido a zanjar en persona el problema que tenemos con este intruso.-dijo la
figura de la túnica blanca mientras hacía aparecer un disco de vinilo en una de
sus manos mágicamente.
La
voz de aquella persona era masculina. No sólo había revelado que lo que había
bajo la túnica era un hombre, sino que, además, había dado a Yamiyuki una pista
auditiva: la voz de aquel hombre era la misma que había resonado desde la nada
en una de las batallas anteriores.
Yamiyuki
Kuroi, nuevo brujo de Umbra…-comenzó a decir el Padre-… he conseguido aprender
lo básico sobre ti en el poco tiempo que llevas entre nosotros. No eres
conveniente. Tenemos que acabar contigo. Si destruyes esta realidad, alguien en
los cielos se enfurecerá sobremanera.
Perdóname
la descortesía, pero no me hace gracia que un desconocido me esté mareando en
sus tierras y encima venga a pedirme que me deje matar.-le respondió
Yamiyuki-Voy a cerrarte esa bocaza, señor enmascarado.
No
imaginaba que fueras a dejarte matar.-respondió el Padre-Es más, te traigo un
regalo para que dures más en un combate contra mí. ¡Ten!
Lanzó
el disco contra Yamiyuki, quien lo paró con un dedo y lo hizo girar. Comenzó a
sonar música étnica de estilo árabe.
Esto
le encantaría a uno que yo me sé.-comentó el chico-No por el hecho de que le
guste la música árabe, sino porque es muy dado a escuchar música relajante
antes o después de descuartizar cruelmente a sus enemigos como voy a hacer
contigo. ¡Vamos allá, arma, manifiéstate!
El
disco estalló en pedazos y la luz que brotó de él cubrió la cintura y las
caderas de Yamiyuki. Encima de su traje de brujo quedó vestido con un pañuelo
bastante largo de danza del vientre de color negro azulado con lentejuelas
plateadas colgando por todos los picos. Iba sujeto al traje con un cinturón plateado
con cintas negras de las cuales colgaban cascabeles, también plateados.
¿Un
accesorio de danza del vientre?-preguntó Yamiyuki-Emblem es tu nombre, ¿verdad?
Espero que me asegures unos buenos bailes.
¿Yamiyuki
baila la danza del vientre?-preguntó Itami con curiosidad.
Puedo
asegurarte que sí.-respondió Freya-Es un excelente bailarín en ese estilo.
Con
los abanicos en las manos y el pañuelo colgando de su tronco inferior, Yamiyuki
se encaró al Padre y a su horda de ángeles.
¡Atacad!-ordenó
el Padre.
¡Es
hora de mover esas caderas!-se animó Yamiyuki-¡Ser malo nunca estuvo tan bien!
El
joven brujo se lanzó al ataque. Comenzó a agitar las caderas y a golpear con
ellas a los ángeles que se le acercaban, alejándolos de él.
Parece
que esta arma fortalece los golpes que doy con mis caderas.-apreció
Yamiyuki-Veamos si hace algo más… ¡mágico!
Yamiyuki
comenzó a contonear sensualmente su pelvis. El pañuelo comenzó a levantarse de
manera reveladora y las lentejuelas se orientaron hacia los enemigos. En un
instante, se agrandaron hasta alcanzar el diámetro aproximado de un CD y de
ellas comenzaron a brotar cuchillas, convirtiéndose en discos de sierra. La
danza de Yamiyuki adquirió entonces unas peligrosas y destructivas propiedades
cortantes con las que comenzó a destruir a las hordas de ángeles.
¡Vamos!-el
chico se sentía cada vez más animado-¡Bailad conmigo la danza del vientre!
Lanzó
los abanicos hacia arriba y comenzó a acompañarse de las manos para bailar con
más ímpetu. Los movimientos sensuales y elegantes de sus brazos se coordinaban
con los de sus piernas. El baile comenzó a hacerse más y más frenético. Cada
golpe de cadera de Yamiyuki ocasionaba derramamientos de sangre por los discos
cortantes. Entre aquel encarnizado y espectacular intercambio de golpes, hacía
pausas periódicas para marcar una postura determinada, haciendo incluso los
gestos con las manos. Estos movimientos marcados desataban ondas expansivas
cortantes que no tardaron en diezmar a sus enemigos. Cuando los ángeles
hubieron caído, los abanicos descendieron hasta las manos de Yamiyuki, quien
los agarró y apuntó con uno de ellos al Padre.
Por
fin solos.-dijo mientras le guiñaba un ojo.
Me
alegro de que te haya gustado mi regalo.-dijo el Padre-Veremos si ahora eres
capaz de enfrentarte al Padre Xydxsaqa en un mano a mano.
¿Padre
qué?-se extrañó Yamiyuki-¿Xydxsaqa? ¿Qué clase de nombre es ése?
El
mío, alfeñique.-respondió el hombre enmascarado-¡Prepárate para luchar!
El
arma del Padre se materializó en sus manos: una enorme rueda dorada que
sujetaba con ambas manos aprovechando dos huecos en su intrincado diseño.
Mi
misión es apoderarme de la Iglesia y remodelarla por completo.-explicó el
Padre-No puedo dejar que herejes como tú campen a sus anchas. ¡Prepárate!
Con
menudo majadero he ido a cruzarme…-se lamentó Yamiyuki.
Sin
mediar más palabra, el joven brujo embistió al Padre con sus abanicos, pero
éste lanzó un potente golpe con su rueda dorada y se los saltó, haciendo que
desaparecieran al poco tiempo.
¡Black
Rose, no!-se lamentó Yamiyuki-Les estaba cogiendo cariño, maldito mamón.
¡Emblem, es hora de darle una lección a este chalado!
Yamiyuki
volvió a bailar con unos sensuales pasos de danza del vientre. El pañuelo
comenzó a atacar violentamente al Padre, pero éste lo bloqueó interponiendo la
rueda en medio de la trayectoria del ataque. Acto seguido, hizo que girara
sobre sí misma formando una bola que enganchó y arrancó el pañuelo de las
caderas de su dueño, haciendo que desapareciera también.
¡Si
acababas de regalármelo!-exclamó Yamiyuki-¡Qué ser más incoherente resultas
ser!
¡Cállate!-le
espetó Xydxsaqa.
El
Padre golpeó a Yamiyuki con su rueda, lanzándolo por los aires.
El tío es fuerte.-pensó Yamiyuki-Voy a tener que ponerme serio.
¡Arde
bajo el fuego sagrado!-el Padre emitió una sentencia condenadora.
La
rueda que sujetaba aquel hombre se cubrió de fuego dorado. Con un vehemente
movimiento, el enmascarado agitó el arma y disparó el anillo de llamas
brillantes que había creado en dirección a Yamiyuki.
¡De
eso nada!-exclamó el joven brujo-¡El fuego es mi especialidad!
Con
su habilidad para manipular el fuego, Yamiyuki deshizo el anillo y lo convirtió
en una cola de fuego que redirigió hacia el Padre. Durante el trayecto, las
llamas perdieron el color dorado y se volvieron mucho más vivas y ardientes.
¡NO!-gritó
Xydxsaqa mientras se protegía con la rueda-No sabía que tenías ese poder… ¡pero
me has dado la mejor pista! ¡Ahógate en tu tumba!
El
Padre desapareció momentáneamente y apareció detrás de Yamiyuki, colocando la
rueda bajo sus pies y haciendo que de ella emanara un géiser enorme. El agua
atrapó al joven a la vez que lo impulsaba hacia arriba.
Tengo que hacer algo ya.-pensaba
Yamiyuki mientras se debatía en el agua-¡Tiempo
Brujo!
El
chico hizo ademán de salir del agua, logrando ralentizarla lo suficiente como
para escapar del géiser, llamar a sus cuatro pistolas y golpear con una de
ellas a su enemigo en la cara de una patada.
Ya
no eres tan bueno, ¿eh?-preguntó Yamiyuki.
¡No
cantes victoria!-respondió su contendiente.
El
Padre asió de nuevo la rueda y trató de golpear de nuevo a Yamiyuki, pero éste
se protegió con las pistolas que llevaba en las manos, parando el golpe con
ellas.
Me
gusta cantar, pero prefiero bailar.-le explicó el chico-¡Bailaré sobre tu
tumba!
¡Insolente
bravucón!-bramó el Padre-¡Te arrepentirás de tu arrogancia!
Con
un gran alarde de poder, Xydxsaqa invocó a un enorme ángel con forma de dragón.
Instintivamente, Yamiyuki respondió invocando a otro de sus demonios. Apareció
un enorme león hecho de pelo negro con una mata de brotes verdes gigantescos a
modo de melena. Comenzó a intercambiar golpes y mordiscos con el dragón. En
aquellos momentos, el Padre sujetaba la rueda con una mano mientras con la otra
comandaba al dragón. Yamiyuki se encontraba semidesnudo, con su cabello
tejiendo y nutriendo al poderoso león.
No
estás en posición de pelear con esas pintas, ¿no crees?-preguntó Xydxsaqa.
Estoy
en posición de hacer lo que me dé la gana.-le espetó Yamiyuki.
¡Zanjemos
este asunto de una vez!-el Padre lanzó un ultimátum.
Atacó
de nuevo con su rueda. Yamiyuki paró el golpe de un puñetazo y superó la fuerza
de su atacante, obligándolo a retroceder y a apartar el arma.
¿Cómo
has…-se sorprendió el enmascarado.
¡YAAAAAAH!-gritó
Yamiyuki.
Con
una potente patada voladora, recortó la distancia que lo separaba de su
enemigo, impactando en su pecho y quitándole potencial para controlar al
dragón. Esto hizo que el león pudiera someterlo y acabar con él.
¡No!-gritó
el Padre.
El
pelo de Yamiyuki volvió a su sitio, dándole la suficiente fuerza como para
atrapar a su contendiente en una combinación de golpes que terminó con un
gancho alto. El Padre salió disparado hacia los cielos.
¡Cárgatelo!-bramó
Aquanika.
¡Lanza
uno de esos Ataques Clímax!-pidió Freya con entusiasmo-¡Son preciosos!
El
pelo que cubría la espalda de Yamiyuki se convirtió en un hermoso par de alas
con algunos detalles de colores. Alzó el vuelo y se colocó a la altura del
Padre, quien quedó ingrávido por efectos de la magia oscura que rodeaba al
joven brujo.
¿Qué
pretendes hacer?-preguntó Xydxsaqa-Tu magia es inmadura, todavía no puedes…
Se
calló al ver que Yamiyuki le apuntaba a la cabeza con una de sus pistolas.
¡NUNCA
JODAS A UN BRUJO!-bramó el chico.
Disparó.
La bala destrozó su máscara, pero el Padre se dobló de dolor de tal manera que
no dejó ver su cara.
¡Ha
llegado tu hora!-dictaminó Yamiyuki-¡ES LA HORA DE UN CLÍMAX INFINITO!
Yamiyuki
volvió a pronunciar un conjuro indescifrable. Sus guantes se deshicieron en luz
mágica para potenciar su hechizo. Absolutamente toda su ropa se separó de él y
todo el pelo se concentró en su entrepierna, formando una especie de
calzoncillos mágicos con adornos rosas. Pronto, estos calzoncillos mutaron,
tomando la forma de un enorme dragón cuyas alas imitaban los pétalos de una
rosa. Aquella enorme criatura negra tenía muchas luces rosas entre los pétalos
de sus alas, y su larguísimo cuello parecía un pene gigante saliendo del cuerpo
del brujo. El dragón rugió y comenzó a mordisquear al Padre, rasgándole la
túnica. Terminó el ataque lanzando un brutal rayo rosa que lo lanzó hacia el
horizonte.
Mientras
tanto, el chico movía elegantemente sus manos. Quería invocar al poseedor de
esas extremidades gigantes que tanto le habían ayudado. Cuando apareció, se
encontró a un enorme y estilizado íncubo de oscuridad. Lejos de querer lanzar
puñetazos o patadas contra el Padre, pegó su enorme miembro viril al cuello del
dragón y emitió un potente rayo blanco que se juntó con el rayo rosa del
dragón, causando una explosión de energía inmensa, tan fuerte que le saltó el
espejo del pecho a Yamiyuki.
¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!-gritó
Xydxsaqa-¡Volveré miles de años después y tiranizaré la Iglesia! ¡Recordad mis
palabras! ¡No habrá cura ni monja que pueda conmigo!
El
joven había derrotado al Padre, pero sentía que se desnudaba y que no podía
hacer nada más de lo que había hecho antes. Se le nublaba la vista y lo único
que alcanzaba a ver era que su espejo de mano se perdía en la altitud del
cielo.
. . .
¡Va
a explotar!-exclamó Freya-¡Atrás!
Yamiyuki
salió disparado de la esfera de aquel monstruo. Nikola se puso en medio de su
trayectoria y aprovechó su gran fuerza muscular y el gran tamaño de sus manos
para pararlo a la vez que le daba un reconfortante abrazo.
¿Nikola?-preguntó
Yamiyuki, quien no había abierto los ojos todavía y sólo podía identificar a su
camarada por el olor.
¡Sí!-respondió
éste con una sonrisa-¡Lo has conseguido!
El
joven miró a su alrededor. El monstruo se estaba deshaciendo a la vez que la
brisa esparcía sus pedazos.
¡Enhorabuena!-lo
elogió Freya.
Mientras
sus compañeros le aplaudían, Yamiyuki se apoyó en las manos de Nikola para
incorporarse.
Muchas
gracias por sujetarme, Nikola.-dijo con caballerosidad-Y muchas gracias a todos
por vuestro ánimo. Ah, y… gracias, Aquanika, por guiarme.
Ya
te lo cobraré.-respondió la asesina de cabello rosa.
Supongo.-respondió
Yamiyuki cruzándose de brazos-Y, como es normal en nosotros, no vamos a
detenernos a reflexionar sobre lo que ha pasado, ¿verdad? Vamos a continuar con
nuestro camino y ya lo hablamos mientras avanzamos.
Me
parece una buena idea.-dijo Freya-¿Vamos?
¡Sí!-exclamaron
los demás.
Aquel
numeroso y heterogéneo grupo echó a andar. Cuando todavía no habían avanzado ni
un kilómetro, se giraron todos hacia atrás, como si alguien los hubiera
llamado. Se giran hacia ti, lector.
¡FELIZ
AÑO NUEVO!-gritan todos-¡Y nos vemos en “Finale ~ Worlds Collide IV ~! Hasta
entonces… ¡QUE TENGÁIS UNA MUY FELIZ NOCHEVIEJA Y UN PRÓSPERO 2016! ¡GRACIAS A
TODOS POR ACOMPAÑARNOS!
Tras
decir estas palabras, vuelven a su camino. No obstante, Yamiyuki vuelve a
girarse. Parece que tiene algo que decirte. Te mira con unos ojos llenos de
lascivia, una sonrisa llena de inteligencia y picardía y ambas manos en la
entrepierna.
Mis
andanzas en el Reino de Tokyo no han terminado.-dice-Conmigo tenéis doble cita.
Nos vemos también en “Taimanin Yamiyuki” antes de lo que os podáis imaginar. Os
aseguro que vais a disfrutar, vais a sentir, vais a sufrir, vais a VIVIR la
historia. Nos acercamos al final, pero eso no quiere decir que quede poco. ¡Os
estaré esperando con mis amigos Taimanin! ¡Feliz año!
Vuelve
a girarse para continuar la marcha con sus camaradas. Del cielo cae algo
brillante, tal vez algo plateado. Conforme se acerca al suelo se hace más y más
identificable. ¡Es el espejo de mano que Yamiyuki llevaba en el pecho! Sin
saber si por casualidad o por obra de una mano desconocida, este espejo parece
que va a caer justo en el bolsillo de la chaqueta que lleva el chico… pero no
puedes ver si termina de meterse en el bolsillo o si, por contraparte, cae al
suelo porque el joven héroe pasa justo en ese momento por al lado de una masa
de arbustos.
. . .
Yamiyuki Kuroi is …
… BAYONETTO!
¡Feliz Nochevieja y muy feliz 2016, mis
queridísimos lectores y amigos! Este año he decidido hacer sólo un discurso, el
de Navidad, y cambiar el de Año Nuevo por esta pequeña historieta spin-off de
“Worlds Collide”. ¡Espero que os haya gustado! Para darle más interés a este
episodio que flota en la cronología de la historia, os propongo un pequeño
juego: a ver cuántas referencias a la saga de videojuegos “Bayonetta” sois
capaces de encontrar (aunque algunas son obvias) a la vez que también
encontráis referencias a otras historias mías (¡y éstas ya no son tan fáciles,
sobre todo si no os habéis leído alguna obra!). Podéis decirme todas las
referencias que encontréis por comentarios, en respuestas, por Twitter o como
queráis. Simplemente me hace mucha ilusión saber cuánto controláis de mis
historias y hasta qué punto os intereso. ¡Muchas gracias por leerme hasta aquí
y espero de corazón que os haya gustado! Desconozco qué ritmo podré llevar en
2016, pero os aseguro que las historias que tengo preparadas son cada vez más y
mejores. ¡No os libraréis de mí! ¡Un beso enorme! ¡Y, de nuevo, mil gracias!
Yamiyuki Kuroi